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Narra Alba

Llamamos a la puerta.

Nadie abría.

Natalia golpeó con más decisión el trozo de madera.

Seguía todo igual.

-¿Seguro que vives aquí? -Cuestionó Nat a la niña.

Asintió decidida.

-Claro, el piso 1, como mi número favorito; y puerta A, de "Aina". Soy una niña lista.

Miré esta vez a Natalia con las cejas subidas mientras me sentaba en las escaleras que subían aún más para arriba.

-¿Y qué hacemos? Llevamos 10 minutos llamando y nos dijeron que a las nueve estaban aquí para recogerla.

E incluso habíamos llegado un poco tarde, a las 23:00... Nos entretuvimos viendo como Aina nos enseñaba sus trucos en la silla, comprando ropa y adornos de Navidad.

La pelirroja también nos había contado que nació sin movilidad en las piernas y que no era adoptada; Si no que nació por inseminación artificial.

-Mándales un mensaje, tienes el número, te vi intercambiarlo.

Negué con la cabeza.

-Ya envié uno antes y no le llegaron.

Las dos restantes resoplaron a la vez.

Miré a los lados del rellano del piso.
La verdad es que era muy bonito; las escaleras de caracol marrones conjuntaban perfectamente con las desgastadas paredes color crema y las puertas marrones.

Torcí mi cuello hacia arriba y observé el techo; No era un edificio muy alto, pero en el final tenían una cristalera que filtraban la luz de la luna.

Mirando el cielo nocturno volví a pensar en Barcelona, en cierto modo también echaba de menos aquella ciudad tan mágica. Sobre todo por que allí comenzó todo con Natalia.

Echaba de menos mis principios, con ella en el banco.

Algún día llevaríamos a Aina allí.

-Tengo sueño... -Se quejó la intrusa en mis pensamientos.

Miré a mi novia con preocupación.

¿Cómo se cuidaba de una niña tan pequeña como ella?

-Duerme un poco si quieres, peque. -Natalia se quitó el gorro que compró anteriormente y se lo puso a Aina.

-Yo también tengo sueño. -Me quejé apoyando mi cabeza en la pared con una media sonrisa.

Natalia me miró y se sentó a mi lado para luego acurrucarse en mi cuerpo.

-Ay, estás fría Albi. -Se quejó al tocar mis manos.

-Caliéntame entonces.

Cogió mis manos y se las llevó por dentro de mi chaqueta que aún llevaba puesta.

Mis manos, frías, contrastaron contra su ardiente piel y un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

Me apoyé en su hombro y cerré los ojos al mismo tiempo que ella; Quedándonos las tres dormidas.

Sin saber lo que llegaría a pasar.

(...)

-Rubia.

<<Rubia>> -Oí en mi mente con la voz de Mikel.

Abrí los ojos asustada.

-Coge el teléfono chica rubia. -Me habló Aina sacándome de mis sueños.

No me había dado cuenta de que el aparato sonaba y vibraba al mismo tiempo en mi bolsillo.

-Ya va... -Murmuré adormilada apartando delicadamente a Natalia de mi cuerpo.

Conseguí sacarlo del bolsillo y al encender la pantalla visualicé la hora: 3:15 de la mañana.

Descolgué.

Me lo llevé a la oreja y tragué saliva para hablar.

-¿Ajá? ¿Quién es?

-¿Alba? -Me nombró una voz desconocida para mi.

-Si, ¿Quién es? -Repetí.

-Hospital General Universitario de Elche, ¿Familiares de Natalia Saiz y Alba Badía?

Miré a Aina.

-S-si... ¿Qué pasa?

-Han tenido un accidente automovilístico y se encuentran ambas en coma. En el teléfono que funciona solo encontramos registrado su número y el de la otra afectada... Venga en cuanto pueda pero no se preocupe.

Dejé de oir lo que decía en la palabra <<Accidente>>, dejé de mirar a Aina en cuanto oí <<Automovilístico>> y comencé a correr en <<Coma>>.

intensito pero corto juju

En este banco || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora