Narra Alba
-¿En qué local canta Nat? -Cuestioné al catalán, que se encontraba preparando unas tostadas.
-En el 33/45, está por el centro, si quieres te llevo, mi curro está cerca de ahí también. -Dejó el plato con las humeantes tostadas sobre la mesa.
-Si, antes de que se despierte Natalia, así le doy una sorpresa. -Sonreí triunfante llevándome un trozo del pan a la boca hasta que terminé -Me visto y vamos, y no hagas ruido que el bebé se despierta.
Me levanté de la mesa rápidamente y volví a la habitación donde la de Pamplona seguía durmiendo plácidamente.
Me quedé embobada mirándola.
-Coño rápido. -Exclamé al recordar que tenía que vestirme.
-Coño la ropa. -Volví a exclamar al ver la mía sucia tirada por el suelo de la habitación.
-Bueno... -Me mordí las uñas observando el armario de la pelinegra- No creo que le moleste...
Acto seguido rebusqué por el profundo armario ropa que me pudiese valer.
Escogí una sudadera negra y unos pantalones de camuflaje.
-Ya estoy. -Salí de la habitación y fui con Miki, que se encontraba ya con las llaves en la mano.
-Por fin. -Abrió la puerta- ¿Llevas la ropa de Natalia?
Asentí con una sonrisa y salí del hogar dirigiéndonos al ascensor.
-Ahora huelo a ella. -Comenté y pulsé el botón de él.
Esperamos pacientemente en silencio hasta que las puertas se abrieron en frente de nosotros.
Dentro solo se encontraba un hombre de unos 20 años más o menos.
-Buenas Mikel. -Saludó mi acompañante
¿Mikel? Me sonaba mucho su nombre.
-Buenas a ti también, ¿Qué tal se encuentra Natalia? -Rió.
-Bien, aun que no te debería de importar mucho después de pasar de su culo. -Respondió mi amigo rodando los ojos.
Le pregunté con la mirada que pasaba y solo negó con la cabeza.
-Ella se lo buscó... ¿Quién coño se va todos los días a las cuatro de la mañana con una amiga? Eso no se lo cree ni el tato... Es una puta infiel.
-Cállate chaval, no sé ni quien eres pero no hables así de ella. -Fruncí el ceño y le miré desafiante.
-Anda si tenemos a una zorrita aquí. -El "machito unga unga", como acababa de nombrarle, se acercó más a mi- Calladita estás más guapa.
-Quita cerdo. -Aparté su cuerpo del mío al ver como se acercó para intentar besarme.
-Mikel, para ya. -Mi amigo intervinó antes de que las puertas del elevador se abrieran.
-Ya nos volveremos a ver, rubia. -El machito unga unga salió de las cuatro paredes de metal no sin antes mirar desafiante a Miki.
-Menudo asco de tío. -Sacudí mi ropa.
-Es muy peligroso, no le vuelvas a hablar así por favor, te podría pasar algo. -Mi amigo me miró preocupado- ¿Estás bien?
Asentí.
-¿Pero quién era? ¿Por qué hablo así de Natalia?
-Te cuento por el camino. -Abrió el portal y nos dirigimos a un coche gris aparcado delante del de Natalia.
(...)
-Era el ex de Natalia. -Habló Miki ya conduciendo.
-¿H-hace cuánto lo dejaron?
-Mas o menos desde que os conocisteis. Llevaban ya 3 años juntos.
-¿Entonces lo dejaron por mi culpa? -Comencé a sentirme mal.
-No, eh, tranquila, tu no tienes la culpa de nada. -Aprovechando que nos encontrábamos en un paso de peatones me acarició la mejilla.
-Mikel era gilipollas -Prosiguió- A ver... Era un alcohólico y un drogadicto... Metió a Natalia en todo ese rollo.
-¿Q-qué? -Mi cerebro comenzó a procesar toda la información.
-Si, comenzó a llevársela fiestas a los 2 años de comenzar a salir, iban todas las noches. Hasta que un día llegó a casa no solo borracha sino que drogada, tenía los ojos rojos, alucinaciones, vómitos...
-Joder... -Exclamé.
-Si, le dije que por favor le dejara, que no le hacía bien... Obviamente se enfadó conmigo y se fue de casa, a las 4 de la mañana, una semana después entró en razón y le dejó.
-¿Q-que día era?
Me miró.
-16 de noviembre.
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En este banco || Albalia
Teen FictionDonde Alba y Natalia se conocen en un banco a las 4 de la mañana.