Estaba en el portal de mi casa cuando recordé lo que me dijo Nat antes de despedirnos con un cálido abrazo.
"Cuando llegues a casa mandame un mensaje, toma mi número"
Añadí las 9 cifras a mi móvil bajo el nombre de "Nat banco :)", pues tenía la manía de agregar a la gente con su nombre seguido del lugar donde nos conocimos, reí al encontrar entre ellos a mi mejor amiga como "María detrás de un perchero" o "Papá hospital"
Mierda, mi padre.
Se me olvidó por completo que me estaría esperando para seguramente solo gritarme al oído y pegarme alguna que otra bofetada.Es decir, lo normal desde que murió mi hermana.
-NIÑATA. -Gritó desde algún lugar de mi "hogar" al oír las llaves chocando contra la cerradura.
-Hola papá, si, me lo he pasado muy bien. No, no quiero cenar, gracias. Voy a mi cuarto. -Sonreí amarga y falsamente y me dirigí a mi cuarto.
Ya a salvo, revisé el móvil.
Nat banco :) : "Genial, nos vemos, Albi"
Sontreí con ternura al móvil.
No pude responderle a la pelinegra pues entró mi padre con una botella de cerveza en su mano.
-¿Por qué le sonríes al móvil, niña? -Comenzó a acercarse a mi intentando mirar la pantalla aún encendida de el.
-Por una foto. -Comenzaba a ponerme nerviosa, la última vez que estuvimos en una situación así terminó haciéndome sangre de los golpes.
No volvería a pasar por eso, lo prometí por mi madre, que en paz descanse.
-¿Ah si? -El aliento a alcohol comenzaba a llegar a mis fosas nasales- Pues enséñamela y así nos reímos todos.
-No. -Conseguí negar aún con el miedo que sentía encima.
-COMO QUÉ NO.
Primer golpe, de la botella de cristal sobre la mesa.
-DAME EL PUTO MOVIL, NIÑATA ASQUEROSA. -Se acercó con la botella de filosos bordes hacia mi cuello.
Temblando le mostré la pantalla del móvil.
-"Genial, nos vemos, Albi"... -Leyó en alto el mensaje- Jodida bollera... ¿Quién es esa puta?
Mi labio inferior comenzó a temblar del temor.
-U-una amiga.
Me pegó una bofetada con la mano abierta y me agarré con la mano la mequilla herida.
Se fue no sin antes murmurar un "Tu madre murió por tu culpa y se lo pagas así", y luego un portazo.
Ella murió en mi parto.
Comencé a llorar, yo no tuve la culpa, nadie la tuvo, simplemente ocurrió.
No iba a permitir que me volviese a tratar así, ni a pegar, por mucho techo y comida que me proporcionase.
Lo que antes era un beso en la frente de buenas noches ahora eran golpes.
-Se acabó. -Agarré una bolsa grande y comencé a meter ropa, fotos, dinero y otros útiles en ella.
Entre una de aquellas fotos impresas sobre un marco blanco me encontré una de hace unos 4 años; con Marina.
Ahí todo era estupendo, seguíamos viviendo en Elche, y aún sin madre, la vida era perfecta.
Y ahora toda ella se encontraba en una bolsa mientras yo lloraba.
-Me voy, que te jodan. -Conseguí escribir en una pequeña nota pegada a la puerta.
Abrí la ventana ya con la mochila colgada de mi hombro y bajé hasta la calle sin problema alguno, pues vivía en un primero.
Natalia, era lo único que necesitaba ahora.
Entré a WhatsApp y a la última conversación; es decir,con ella.
-Hola, aún no son las 4 mañana, -Miré la hora; 1 de la mañana... Tal vez no debería molestarla pero seguí escribiendo- pero necesito verte ya. Es importante.
No pasó ni un minuto y un mensaje apareció.
-Voy a buscarte ¿Dónde estás?
Le pase inmediatamente mi ubicación y esperé a que llegara sentada en las escaleras de mi portal.
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En este banco || Albalia
Roman pour AdolescentsDonde Alba y Natalia se conocen en un banco a las 4 de la mañana.