Liam

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— Ya no quiero verte, entiendelo,  ya no te amo. Dejé de hacerlo hace mucho tiempo.

Una lágrima se deslizó sin que me diera cuenta.

—¿Estás rompiendo conmigo?

No, por favor.

—Lo siento mucho de verdad. Te aprecio pero no puedo estar con un perdedor como tú. Un simple soldado sin futuro.

¿Un perdedor como yo?

—Me parece bien, después de todo, él no debe saber que eras mi pareja.

Me traicionó y yo como idiota le di mi corazón.

—Vaya me sorprendes mucho— no llores, Liam—. Pero es bueno que sepas que nunca te amé y nadie lo hará. Lo que pasó entre nosotros fue algo experimental.

Debería estar molesto, de hecho lo estoy, el sentimiento de traición convirtiéndose en un remolino de decepción.

—No importa.

—Sí importa porque... ¿Liam?

—¿Qué, Andrew, qué?

Ya cuelga, se que quieres llorar.

—Lo siento mucho.

—Te hubiera creído si estuviera viendo tus ojos— y corté la llamada. Sí terminó conmigo por teléfono.

La lluvia comenzó a caer por la ciudad de Florencia. Estaba en frente del restaurante donde lo vi. Ví con mis propios ojos como Andrew me engañaba, supe que sus “Lo siento, Liam. No quise hacerlo” eran una completa mentira.

Me quede un momento más observando como el otro le sonreía y le besaba en los labios.

—Te dije que funcionaría, eres un buen actor. Jamás sospechó que sólo querías una aventura. Bien hecho, eres mío y sólo mío.

—Es un idiota, no se como me convenciste para que estuviera con él. Es un pobre diablo.

Sus carcajadas retumbaron en mis oídos, dolía mucho escuchar eso.

Yo creía haber encontrado al hombre de mi vida, planeaba pedirle matrimonio. Quería una vida con él.

¿Por qué? 

Me soltaria a llorar desconsoladamente, lo haría, pero estoy trabajando y nadie puede ver a un soldado llorando. Todos son valientes, fuertes, fríos. No hay espacio para los débiles.

—¡Sargento Payne! 

Ése grito hizo que me sobresaltara pegando un brinco, limpié mi rostro para que el general no se diera cuenta de que estuve llorando— porque soy débil—.Es un buen hombre, sabio al aconsejar, frío y distante cuando está en su papel de general. Es como un padre para mí y yo soy como el hijo que nunca tuvo. Literalmente, él y su esposa tuvieron a tres encantadoras niñas que son su adoración, y son muy hermosas por esa razón las sobreprotege. Mis padres y ellos son mejores amigos desde la secundaria así que prácticamente me vió crecer.

—¡Señor, reportandome, señor!

Saludé poniendome firme, mirando fijamente al frente, intentando que no descubra que estuve llorando. Estoy seguro que lo hizo pero no dijo nada.

—Descanse soldado— dijo mientras yo esperaba pacientemente órdenes nuevas—Tengo que hablar con usted, soldado. Sigame.

No puedo decirle tío aunque es inevitable lo conocí de esa manera no puedo verlo de otra forma. Es difícil que ahora lo vea como mí capitán.

Acate sus órdenes sin decir nada hasta que me dí cuenta que llegamos al lugar donde iba desde pequeño con ellos. Un lugar verde que traía paz a tu mente pero ya no me gustaba venir porque está lleno de recuerdos. Nos sentamos en el césped de nuestro lugar y esperé en silencio a que me dijera algo.

—Liam—esta en la modalidad padre— recibí una oferta buenísima hace dos semanas.

—¿De que trata aquella magnífica oferta, tío?— rompí el silencio cuando se quedó observandome fijamente sin decir nada.

—Me ofrecieron un puesto importante en la guardia real de Angels— bajé la mirada sabiendo lo que venía a continuación.

— Aceptaste — sonó más a pregunta que una afirmación. Hubo un breve momento de silencio entre nosotros. Mi corazón haciéndose trizas, sintiendo ganas enormes de llorar pero ahora por razones distintas.

—Sí, Liam acepté la oferta

—¿Cuándo te irás?  ¿Ya hablaste con mí tía?

—El viernes. Sí, tu tía ya lo sabe.

—¿MAÑANA?

—Mañana. Tranquilo ya no verás a este viejo gruñón. Deberías estar feliz. Los demás soldados lo están.

Asentí limpiando la lágrima que me traicionó.

Sentí sus brazos rodearme por los hombros, algo poco visto por el general, abrazandome calidamente. Dejándome llorar en sus hombros.

—Ellos fueron unas personas increíbles, que criaron a una persona increíble. Están orgullosos de tí, lo sé. Estarás bien, Li

Me abracé de mi tío como un koala, llorando como si no hubiera mañana. La herida sigue fresca aunque pasaron ya dos meses pero sigue doliendo como si todo fuera reciente.

—Los extraño mucho. ¿Por qué ellos?—eres demasiado débil, Liam —. ¿Por qué no fuí yo?

—Porque ellos quieren que tú vivas, ellos ya vivieron la suya. Es tu turno. Ahora soldado le ordenó que paré de llorar ¡es una orden!  O le diré a Mary que cocine sopa.

No importa donde estén ahora, sólo procuren no olvidarme. Yo jamás me olvidaré de ustedes, es una promesa.

—Eres cruel conmigo. Sabes lo mucho que odio la sopa.

—No jovencito lo que tú odias son las cucharas.

No más lágrimas por ahora, lo prometo.

Regresamos, cenamos, reímos y nos fuimos a la cama. Obviamente yo me fuí a mi casa después de la larga charla de mi tía sobre por qué usar protector solar aunque esté nublado es importante.

A la mañana siguiente me levanté temprano como de costumbre, me arreglé, desayune y antes de que pudiera salir a mi rutina de ejercicio una camioneta se estacionó. Un hombre bien vestido me ordenó que subiera al auto sin hacer preguntas, lo hice, no fue prudente en lo más mínimo pero dijo algo sobre mí tío.

Llegamos al aeropuerto y encontré a mis tíos con las niñas en la puerta. Me comencé a preocupar.

No sabía que demonios estaba pasando.

—Tu boleto de avión, tu pasaporte y algo de dinero para que sobrevivas lo suficiente en el año. Ahora quiero que subas a ese avión.

Repito: no se que demonios está pasando aquí.

—¿Por qué tengo un boleto de avión? Si se puede saber.

—Te irás a Angels en mi representación. Y no, no te pregunte porque se lo testarudo que eres y no lo aceptarías. Ahora quiero que te vayas.

—Pero no traje mis cosas .

—No te preocupes, cariño, ya están en el avión sólo debes subir—dijo mi tía sonriendo maternal hacía mí.

Saludé a las niñas me despedí de todos y subí a ese avión. Con un presentimiento de que algo pasará allá. No sé si bueno o malo.

Nada malo pasará. Es un nuevo inicio, supongo, una nueva oportunidad.

Rise and Shine ||Ziam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora