Capítulo 12

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El ruido de unos pasos me levantaron de mi sueño ligero. Abrir los ojos y encontrarme fuera de mi casa raramente no me resultó incomodo.

Me levanté y me miré al espejo, los rastros de maquillaje quedaban en mis ojos haciendo lucir una especie de ojeras irreales, así que me desplacé al servicio intentado lavarme el estropicio.

Agradecí enormemente que el cuarto tuviera baño propio porque la idea de que me viera recién levantada no era muy grato. Dos golpes en la puerta detuvieron mis pasos hacía el baño.

Ana entró con un conjunto de ropa en sus manos.

-Buenos días .-Saludó amablemente. -Mira aquí tienes unos vaqueros y un jersey básico para que cuando te duches te lo pongas. He intentado buscar algo acorde a tu edad- dijo sonriendo.

-Muchas gracias pero no es necesario, yo me pongo lo de ayer y en mi casa ya me ducharé.- mi mirada pasó a sus ojos y me dí cuenta que sus ojos eran casi idénticos a los de Alejandro.

-No digas tonterías, ahí tienes toallas limpias - me sonrió.- te esperamos abajo para desayunar. -Me dejó la ropa encima de la cama y se fue.

Abrí el grifo de la ducha y mientras que el agua caliente salia o no puse spotify para evadirme de todo. Puse mi playlist y entré a la ducha.

El agua caliente caía y suspiré. Quien me iba a decir a mi que me iba encontrar el día de navidad en una casa que no era la mía,con unos padres que no eran los míos y con un chico guapo que hacía latir mi corazón cada día más rápido.

Something stupid de la antigua versión que la canta Frank Sinatra inunda el cuarto de baño y hace que cante los pequeños versos delicados de una canción que para mi es exquisita.

Al terminar me coloco una toalla alrededor de mi cuerpo sin parar de tararear la música que escapa de los altavoces de mi móvil.

Abro la puerta del cuarto de baño y me dirijo a coger la ropa que la madre de Alejandro me ofreció pero a mitad de camino veo su silueta y me paro en seco.

-¿Que haces aquí? - me voz sonó alterada- ¿No has escuchado el agua como señal de que me estaba duchando?- agarré la toalla fuertemente sin pensarlo.

-A veces no escucho demasiado bien -sonrió. ¿Esa era su excusa?. - ¿Desde cuando cantas así? - Su mirada pasó a recorrer mi cuerpo sin ningún descaro y observé como se estaba poniendo rojo.

La pregunta me extrañó y negué divertida con la cabeza -¿No tienes buen oído para escuchar como me estaba duchando pero para escuchar como canto si? - me estaba alterando y mis mejillas se estaban tiñendo de rojo por la vergüenza.

-No escucho bien lo que no me interesa- dijo sonriendo más ampliamente.

-Esta conversación la podemos tener cuando me vista ¿No te parece?-le miré y el estaba disfrutando de la situación 

-¿Tan incomoda estás?- preguntó.

-¡SI! - grité - Así que fuera - le señalé la puerta.

-Me estas echando de una habitación de mi propia casa pequeña Leire - se apoyó en el marco de la puerta y cruzó sus brazos. - pero esta bien, te espero abajo -me guiñó un ojo y se fue .

Expulsé todo el aire acumulado y me vestí rápidamente por si en alguna de las locuras que se le pasa por la cabeza está en volver a entrar sin llamar.

Busqué en los cajones del cuarto de baño el secador y después de unos minutos me encontraba lista y preparada para bajar .

Irene se encontraba sentada desayunando y sonrió al verme. Le saludé con la mano y ella hizo lo mismo. 

-Buenos días - dije educadamente.

-Buenos días Leire -Luis despegó su vista del móvil y me brindó su más sincera sonrisa. -¿Has descansado bien?.

-Muy bien, muchas gracias por dejarme pasar aquí la noche .-Mi mirada pasó tímidamente a Alejandro, observando su pelo un poco húmedo .

-No seas tan agradecida, ha sido un placer .- Luis pasó su mirada a Alejandro y sonrió por a saber que motivo. 

Me senté al lado de Irene y cogí dos tostadas para desayunar, me notaba incómoda y miré al frente observando como el chico de ojos verdes me miraba fijamente . Sonreí al saber que aun diciéndoselo cincuenta veces desde que nos conocemos sigue haciendo lo que le da la gana.

Ana entró y se sentó con todos. Hablaron de cosas que no presté atención porque mi cabeza desconecto por unos minutos.

-Alejandro ahora te llevará a tu casa - La voz de Ana hizo que volviera a la mesa.

Asentí y volví al desayuno. Me sentía nerviosa en estas circunstancias, es decir, solo hace dos semanas que conozco a Alejandro y aquí me encuentro desayunando el día de navidad con su familia.

Me despedí de todos agradeciendo de nuevo como me han tratado y me subí al coche del cual ya estaba comenzando tener cariño.

Cuando se subió su colonia embriagó todo el coche y respiré anonadada, olía demasiado bien. El coche se puso en marcha y por el cristal retrovisor divisé la gran casa haciéndose pequeña por cada metro que el coche recorría.

-Les has caído a todos fenomenal, tienes un don - dijo divertido.

-¿No suelen caerle bien las demás personas ?- interrogué.

-Claro que si, pero a mi madre no.- le miré confusa y tuve que hacerle la pregunta.

-¿Nunca has traído a ninguna chica a tu casa? - sus ojos seguían atentos a la carretera.

-Compañeras de clase para hacer el típico trabajo, alguna que otra amiga pero eso es todo.-puso una mueca y lo miré extrañada de su respuesta.

-¿Y a ninguna novia?.- observé su reacción y vi sus labios curvándose hacía arriba.

-No pequeña Leire ni a ninguna novia.-dijo.

-Pero eso es raro quiero decir - me puse más recta en el asiento del copiloto. - seguro has tenido varias chicas ¿Por qué no han estado en tu casa?.

-Porque así lo he decidido yo, no eran relaciones demasiado formales - aclaró.

- Normal que tu familia hayan confundido nuestra relación de amistad.- miré hacia mi casa y me entró un aire melancólico que quise difuminar.

Al ver mi mirada supo que me rondaba por la cabeza, tal vez me conocía mejor de lo que pensaba.

-Si me necesitas me llamas y estoy aquí antes de que pestañees. - hizo que riera.

-¿Me vas a echar de menos? - pregunté mientras abría la puerta y me agachaba para verlo a través de la ventanilla.

-Siempre te echo de menos - admitió un poco rojo - Quiero decir, llevamos unas semanas bastante intensas y eres una de las personas en las que más confío.

-Me siento halagada- le guiñé un ojo y me dispuse a entrar en mi casa, sabiendo que iba a extrañar su presencia mucho más de lo que el creía.

Hola a todos. Arriba os dejo la canción que nombro en el capítulo y es la que Leire canta mientras está en el cuarto de baño ignorando a un Alejandro algo sorprendido ante los acordes de su voz.

Decidme que os está pareciendo. <3 

Como conocer a una chica ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora