Capítulo 14

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Las mariposas que normalmente estaban más o menos calmadas dentro de mi comenzaron a volar aceleradamente. Jamás había reaccionado así con ningún chico por solo un "me encantas" . 

Lo miré y vi su mirada seria en la carretera, estaba pensativo, quizás pensando en cual seria mi respuesta a lo ultimo que había dicho o si solamente iba a quedarme en silencio. 

-¿Le dices eso a muchas chicas? - dije y reaccionó frunciendo el ceño.

-¿Por qué tengo la sensación de que no te fías nunca de lo que digo? - su respuesta con otra pregunta me hizo sonreir.

Pero no dije nada, es más, esperaba que él continuara hablando algo que sin duda alguna el pensó en contrapartida.

No sabía a donde íbamos pero lo supe en cuanto cogió la rotonda y se desvió en la tercera salida. La bella Julieta era ese lugar en el que todo el mundo quería ir para olvidarse por un momento de su rutinaria vida y ver como la gente por solo unos minutos disfrutaban de un momento de ocio.

Entré y el olor a café recién hecho inundo mis fosas nasales, todos los sitios estaban ocupados excepto un pequeño rincón acogedor en la esquina de esa cafetería tan especial y a la cual todo el mundo quería ir. Parecía que ese pequeño hueco libre nos esperaba, como si el destino nos acompañara.

Nos sentamos y ojeamos la carta. Él como esperaba se pidió un té y yo como era obvio pedí mi café favorito.

En el transcurso de esperar la comanda seguimos en silencio, sus ojos verdes me miraban esperando una palabra mía y yo sinceramente me ponía nerviosa solo por el simple hecho de que me mirara tanto tiempo.

-Bueno - comencé diciendo mientras cogía la taza de café para calentarme las manos .-- ¿Se ha enfadado Dani por dejarlo plantado?.

-Realmente estaba deseando que me fuera ya - sonrió tocando su pelo negro y mostrando sus hoyuelos. Me pareció lo mas sexy que había visto.

-Bueno seguro que Marta si que le ha dolido que te marcharas - le di un sorbo a mi café y me miró divertido

-Puede que así sea - no me lo negó. 

Sonreí y cambié de tema

- Estoy pensando que es raro estar sentada tomando café contigo sin que me interrogues por ninguna chica. 

Se apoyó en su silla dando una larga mirada a la calle mientras procesaba mis palabras.

-Realmente iba a interrogarte - me miró cuestionando mi reacción. Que iba a hacer con él.

Me acomodé hacia delante coloque un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y me resentí a pasar por esto.

-Venga dispara. Que quieres saber esta vez- volví a darle un sorbo a mi delicioso café.

-Vamos a hacer una cosa- me copió y se puso en la misma posición que yo, como si me fuera a contar sus más íntimos secretos.-- Vamos a hacernos diez preguntas, las que queramos y podemos responder también lo que nos de la gana pero hay que responderlas

Me miró retándome, tampoco era nada que fuera del otro mundo.

-Esta bien, empieza tu- lo miré nerviosa.

Se llevó una mano a su barbilla y simuló pensar una pregunta. 

-¿Quién era el chico el cual escondía detrás suya un amor imposible? - me miró expectante pero algo en mí me decía que podía decirle el nombre, total, ya era cosa del pasado.

-Alberto.- dije sin más y no vi sorpresa en sus ojos.

-Alberto el de la cafetería de nuestra universidad- completó mi frase y asentí.

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