Me desperté sobresaltada, asustada y aturdida por el sueño en el que hace escasos minutos estaba envuelta, me talle los ojos y voltee a ver el reloj que estaba encima de mi mesita de noche.
-No es posible- dije aterrada – ¡No puede ser!- grite al ver que eran las 8:06 de la mañana, salte de la cama, literal, y entre en el baño, solo tarde 7 minutos en bañarme, vestirme y salir directa al estacionamiento en busca de mi coche.
Estaba enojada, furiosa y llegaría tarde a mi trabajo, para variar. En el trayecto todo parecía estar en mi contra, el trafico cada segundo estaba peor y solo lograba avanzar un centímetro por segundo jamás me sentí tan desesperada como hoy y todo por culpa de ese estúpido sueño.
De vez en cuando miraba de reojo mi celular, oraba a todos los santos del universo que mi querido y amable jefe no me marcara, solo de pensarlo se me ponía la carne de gallina.
Trabajaba en una gran compañía familiar, lo digo porque el dueño es padre de 3 de los jefes de varios departamentos, Pink Inc. Se especializa en publicidad, distribución y planificación, además de varios contratos internacionales, yo soy la Asistente Ejecutiva del Sr. Ricardo MacCaa.
Hace un año que trabajo con el y jamás, pero jamás nos hemos llevado bien, desde la primera vez que nos vimos me hizo caras y cada que me ve no puede ocultar su odio hacia mi. Siempre que estamos cerca, se enoja, da portazos y empieza a gritarle a miedo mundo, jamás le he visto con una sonrisa sincera, pero a pesar de todo, el Sr. esta que se cae de bueno, es alto creo que mide como 1.90 piel aperlada, cabello negro ni tan largo, ni tan corto, hace un maravilloso contraste con sus hermosos ojos verdes y esa boca, ¡Oh Mi Dios! Esa puta boca, jamás había visto unos labios tan sabrosos y tan antojables. Si he de aceptar que me gusta mi jefe, pero solo lo físico, no su genio.
Cuando logre estacionarme me daba miedo, no más bien pavor mirar que hora era, así que tome mis cosas y salí corriendo hacia el ascensor. Entre bruscamente a la oficina y me deje caer de golpe en la silla, prendí la computadora y revise el teléfono fijo para ver sino tenia llamadas.
Me sobresalte cuando mi mejor amiga y compañera de trabajo entro en mi pequeña recepción.
-Nathaly ¿Estas bien?- pregunto preocupada, era muy raro que yo llegara tarde y mas si eran dos horas después de mi entrada.
-Noooo- dije arrastrando la palabra –Me siento fatal, solo estoy esperando que el ogro de mi jefe salga o me llame y comience a gritonearme- dije resignada.
-Cálmate Nat, tu amado jefe No.a.Llegado- recalcó estas ultimas tres palabras.
-¿Qué? ¿Cómo que no ha llegado?, eso no puede ser posible- el jamás llegaba tarde, jamás a menos que tuviera alguna actividad relacionada con el trabajo fuera de la oficina- y dime ¿Ha llamado?- pregunte nerviosa, tenia miedo de que hubiera llamado y yo apenas venia de camino.
-He estado al pendiente de tu teléfono y no a sonado, tranquila- hizo una pausa para que me relajara- ahora dime porque has llegado a esta hora-
Mientras respiraba ya mas normal, le indique que se sentara, Zea ha sido mi mejor amiga desde la secundaria y se que puedo contar con ella en las buenas y en las malas –Toda la culpa la tuvo un sueño, que hizo que llegara a esta hora- dije sin detenerme a respirar, esperando que las palabras sonaran coherentes.
-¿Un sueño dices? Debió de ser uno muy fuerte para que te hiciera llegar a esta hora ¿Se puede saber que soñaste?- pregunta entre divertida y preocupada.
-Mmmmm la verdad es que no quisiera hablar de ese tema- dije mientras miraba la pantalla de la computadora, pero sabia que no lo dejaría por la paz.
-Ok no me digas los detalles, solo lo principal ¿Qué soñaste?- se levantó mientras decía esa pregunta, se apoyo en mi escritorio y me miro con ojos acusadores.
Me puse roja de la vergüenza, pero sabia que si le decía al menos lo principal, yo estaría un poco mas tranquila al saber que alguien mas sabia ese sueño, uff tome aire varias veces, la mire a los ojos y dije – Soñé que yo, Nathaly Miller, tenia sexo con mi amado jefe-
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Desastre... A corto plazo. (Libro 1)
RomanceSinopsis El amor es inesperado, decía mi madre, lo puedes encontrar en el lugar menos pensado y con la persona que tú crees que no es correcta y saben que, así fue. Me enamore de un ególatra, guapo, inteligente, mujeriego, sexy, musculoso, besable...