Aún Hay Algo [Andri]

capítulo 4

Muzi se encontraba acostado sobre el verde césped de su patio ¿Qué hacia ahí? Pues pensaba.

Pensaba en Sparta
Pensaba en Raptor
Pensaba en él
Pensaba que en que él no era suficiente para el pequeño.
Y también pensaba en que jamás tuvo que haberse metido en la relación que tenían ambos chicos, porque, después de todo eran sus amigos .

¿Sería capaz de mirar a la cara a Ari después de haberle robado su felicidad?

¿Podría llamarlo amigo después de haber escuchado tantas veces que Ari decía una y otra vez, como disco rayado, que amaba a Sparta?

No lo creía, después de lo que sucedió y de lo que iba a suceder jamás podría volverse a llamar su mejor amigo .

Tras esa reflexión Muzi cerró los ojos tratando de contener las lágrimas que estaban a punto de salir, él en lo más profundo de su corazón sabía que no merecía ser amigo de nadie .

Una llamada fue suficiente como para romper aquella tétrica atmósfera que había creado, tomó su teléfono y revisó quién era antes de contestar, era Andrés .

- Hola amor ¿cómo estas?

Tras su nuevo intento de querer hacerlo con él probablemente, en la cabeza de Muzi, Andrés se sentiría más que molesto y asqueado.

- Muzi ya te lo había dicho, no me parece muy atractiva la idea de que me pongas apodos, sólo llamame Andrés ¿si?

- Todo por ti Andrés - mentalmente Muzi suspiraba aliviado al escuchar su tono de voz normal -Oh lo olvidaba ¿para qué llamabas?

- Era para preguntar a qué hora venías, llevo esperando en mi puerta más de media hora.

- Espera ¿qué? - Muzi miró la hora en su móvil, en su cabeza se escuchaban frases hirientes provenientes de su conciencia al pensar que olvidó que hoy tendría una cita con el pequeño - lo..lo siento, se me hizo algo tarde pe-pero estoy a punto de llegar.

- Tranquilo- al otro lado de la línea se escucho como una puerta se cerraba - no demores, porque sino voy de regreso a mi cama.

- Te veo luego Andrés .

De inmediato colgó, no podía creer que  era lo suficientemente incompetente como para haber olvidado su cita. Una vez más recordó la frase que más abundó en su niñez "Sebastián eres un inútil"

(...)

- Llegas tarde - Andrés miró la hora - muy tarde .

- Lo sé y lo siento, es que se me cruzo algo importante - tras decir eso Muzi, apenado por la situación, colocó su mano en su nuca.

- Si como digas - dijo con un tono de desinterés - y ¿a dónde me quieres llevar?

- Estaba pensando y - Sebastián tomó la mano del pequeño - nunca hemos ido juntos al parque de diversiones.

Por un momento, Muzi vio como la mirada de Andrés perdía brillo.

- ¿Andrés?- pregunto preocupado - ¿estás bien?

- Si, es solo que recordé que ahí hay payasos y no me agradan del todo - Su voz se notaba algo nerviosa.

- Oh era por eso - tras decir eso Muzi abrazó con ternura al chico - tranquilo yo voy a estar ahí para ti

(...)

La cita, en los planes del mayor iba a terminar en la rueda de la fortuna para poder apreciar mejor el gran espectáculo de fuegos artificiales.

Andrés parecía algo distraído según analizaba Sebastián, sabiendo que era por otro motivo, Astian prefirió imaginar que era porque esperaba el gran espectáculo final.

Pero la verdad, Andrés estaba así porque todo lo que pasó hoy le recordaba aquella magnífica cita que tuvo con Ari, recordó su mirada, recordó su sonrisa.

En ese instante el pequeño sólo pensaba en Ari, pero después de lo que dijo en la mañana quizás no volvería a verlo jamás.

En medio de sus confusos pensamientos,  en el cielo estalló el primer fuego artificial marcando así el inicio del espectáculo .

- ¿No te encanta? - pregunto Muzi maravillado con lo que estaba viendo - es hermoso, como tú.

- Gracias Muzi - Sparta abrazo a Muzi por a cintura- te quiero mucho.

- Te amo Andrés -dijo el mayor correspondiendo al abrazo.

En cierta forma dolía en el alma de Muzi que el chico simplemente le diga "te quiero".

Al parecer todos los te amo se los llevó Raptor.

Al parecer todo su amor se lo quedó él.

Entonces ¿Qué era lo que tenía Muzi de Sparta?

Quizás sólo tenía amor artificial , sonrisas falsas , besos muertos y abrazos de papel .

En pocas palabras no tenía nada.