Aún Hay Algo [Andri]

Capítulo 13

Era una mañana normal, el día anterior había tenido la visita de Ari.

Gracias a eso Sebastián sintió un peso menos sobre sus hombros, saber que estaba volviendo a recuperar a un buen amigo le daba algo de ánimos.

Se giró en la cama quedando su mirada frente al portaretratos que tenía en su mesita de noche, Sebastián cerró sus ojos, se sentó y lo tomó entre sus manos.

A simple vista el objeto parecía vacío, pero, Muzi lo abrió y dio la vuelta dejando ver una foto de Flex y él.

Miro la foto y sintiendo las lagrimas caer, la abrazó contra su pecho; el cristal del portaretratos impedía que sus lágrimas dañaran la foto.

Quería ir a verlo a su lugar de descanso pero no podía, el descansaba en Colombia, lo único que podía hacer era lo que hacía siempre los día 3 de cada mes, una carta.

" Hoy es 3, es otro mes sin ti, ya son cinco meses desde que te fuiste y no dejo de pensar en que me haces tanta falta.

Quisiera ver tu sonrisa al despertar, quisiera poder besar tu lindos labios, quisiera abrazarte, quisiera atraparte cuando vengas a recibirme.

Tengo tantas cosas que contarte, hace unos días hable con Andrés, tenemos un plan para que todo salga bien, Ari me perdonó y ahora nos llevamos casi como antes, desde que moriste no he comido pizza y Ari me invitó una pero no la quería comer sin ti.

Pienso que te he fallado, no soy el mismo Muzi que conociste, mis sonrisas son tan falsas, lo único real son mis lágrimas.

Espero que te llegue esta carta y que hoy pueda soñar contigo.

Te amo

Att:Sebastián "

Como cada día 3, fue a la colina más alta que encontró, a medida que iba acercándose a la cima, entre lagrimas cantaba la canción que algún vez habían cantado los dos.

"Quiero ver tu sonrisa volver,

Ya no ver hacía atrás,

Quiero caminar de frente pero tú cansado estas,

De tanto sonreír,

No tienes que fingir,

Es bueno ser feliz de vez en cuando para ti."

Ya en la cima tomo su encendedor y quemó la carta para que el viento lleve las cenizas al cielo.

Como era su costumbre se quedaba ahí sentado hasta que el cielo quedara completamente oscuro.

"Tú tierna voz no siempre trajo sufrimiento

Y no quiero arrancarlo desde adentro,

Quiero que vuelvas pero si lo fuerzo puedo lastimarte más ahora,

Ya no existen las palabras pero todo lo que haces me revela la verdad"

El viento acariciaba su rostro, llevándose una que otra lágrima de Muzikato.

"¿Ya no sientes nada más?

Guardalo en lo más profundo ¿si?

Si somos libres para amar,

Será bueno dejar de soñar

Y si no quieres volverlo a hablar"

Desde hace cinco meses hacía esto porque quizás Carlos lo escuchaba desde donde esté.

"Yo nunca te abandonare,

Contigo estaré hasta el fin.

Quiero ver tu sonrisa volver,

Ya no ver hacía atrás;

Quiero caminar de frente pero tu cansado estas,

De tanto sonreír,

No tienes que fingir,

Es bueno ser feliz de vez en cuando para ti"

Cada vez que Sebastián cantaba esa canción sentía que ya no estaba solo, que él estaba ahí.

"Crees que la vida no puede cambiar,

Pensando siempre en inferioridad,

Haciendo pedazos aquello por lo que luché,

Por lo que me esforce.

Pero aún con eso, no puedes cambiar lo que lastimó a mi corazón y tanto me dolió.

Con el tiempo todo va a cambiar

"Y mis heridas cerrarán.

Tu espíritu renacera"

A veces Muzi deseaba que lo que decía la canción sea cierto.

Quería volver a verlo sonreír
Quería dejar de sentir ese terrible dolor.

"Sólo estar de lágrimas llorar,

Eso llegó al final.

Sólo pido que me escuchen en los cielos porque así, con tanta soledad no me es posible amar.

Quiero que todo acabe aquí para poder reír"

Tan sólo faltaba un mes

"Y al final de todo caminar,

Luz resplandecerá,

Alumbrado lo que falta en esta vida por andar.

Con todo sonreír.

Mi cara levantar

Y secar todas las lágrimas que revelaron mi dolor.

No hay que llorar , no hay soledad"

Sin Flex no había nadie que pudiera sanar aquella gran herida que le dejó su perdida.

"El vivir en esta vida debe ser un disfrutar.

No hay que llorar , no hay soledad.

Verdadero amor siempre tu corazón debe llevar."

Aquella canción que escuchaba desde que Flex partió, le traía una gran paz a su afligido corazón.

Y sintiendo aquella efímera paz, Sebastián admiro aquella bella noche estrellada.