Capítulo 6

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Esa mañana

Raptor, apesar de ya haber pasado más de tres horas seguía enfadado y aún no podía asimilar lo que había escuchado.

"Oye, ese a quién llamas idiota es mucho mejor amante que tú "

Odiaba tener que escuchar esa frase resonando en bucle por su mente.

Y antes que aquella furia y presión en el pecho lo obligaran a llorar, cerró fuertemente sus ojos y comenzó a respirar hondo para poder calmarse, puesto que no quería que nadie lo viese llorar, no quería que nadie lo vea débil.

Su mente abrumada pensaba en lo tonto que era por hacer tantas cosas por alguien quien ni se interesaba en lo que sentía por él.

Por alguien por el que quizás, en el fondo de su mente distorsionada no valía la pena. Tras un nuevo intento de tranquilizarse se recostó a la sombra de un gran árbol sobre un verde césped.

En ese momento de tranquilidad, miró al cielo entre el follaje del árbol y dejó que las lágrimas comenzaran a caer sin control, ocultando con su brazo su vulnerabilidad al mundo.

Ari sentía en ese instante que ya no podría perder más y en un fugaz momento pensó en tomar su maleta e irse, sólo suspiro al recordar que seguía en la casa de Andrés .

- No quiero volver - dijo mirando las nubes - no quiero encontrarlos ahí, prefiero mi veces quedarme aquí hasta la noche, porque después de todo, nadie me espera.

Ari tras decir eso cerró los ojos y comenzó pensar en todo lo que habia sucedido desde que estaba aqui

Pensó en todo los esfuerzos que hizo para llegar a buscarlo.
Pensó en todo lo que sucedio en Ecuador.
Pensó que ya no valía la pena estar ahí.
Pensó que quizas mañana vuelva a su casa.
Y pensó que principalmente tenía que olvidarse de Sparta a toda costa, puesto que al final, intentar regresar no tenía caso, ya que a su parecer, el corazón de Andrés fue robado por Muzi.

Miró el cielo lleno de las esponjosas nubes y por un momento deseo ser una de ellas, una blanca nube esponjosa que viajaba por el mundo sin preocupación , una esponjosa nube sin responsabilidades, una esponjosa nube que no amaba y por ende una esponjosa nube que no sentía dolor.

Miro por un fugaz momento al sol y recordó las palabras que dijo esa noche en la playa

"Tú y yo somos como la luna y el sol"

Recordar eso lo hizo cerrar los ojos y arrancar con furia un poco de césped, odiaba tener que sentir la frustración recorrer sus venas.
Odiaba sentir ese rencor hacia Andrés.

(...)

La noche llegó y Raptor seguía ahí acostado bajo ese gran árbol mirando la hermosa noche estrellada, apreciando cada una de las constelaciones y cuando vio la luna cerró los ojos.

Y le pidió a la luna no sentir más dolor.

Cuando los abrió de nuevo vio que Sparta estaba sentado a su lado.

- ¿Viniste también a ver la lluvia de estrellas? - preguntó el pequeño sin apartar la vista del cielo .

- No sabía que hoy había una.

Los amigos se sentían algo extraños, sinceramente ellos no eran de las personas que se peleaban por días, eran más de esas personas que cuando sienten que hicieron algo mal sabían que debian disculparse porque no querían que el contrario sienta rencor por lo sucedido.

Ambos sentían que el momento indicado para disculparse era ahora, así se tomaron valor y buscaron las palabras adecuadas mientras miraban las estrellas bajo ese gran árbol.

- Sabes tengo que decirte algo

- Yo también

- Mira -exclamó Andrés - sabes que no soy muy fan de este tipo de momentos cliché pero a veces se necesita tener uno - Sparta dejó de ver el cielo y se enfocó en su acompañante que tenía una mirada de confusión - mi punto es que digamos los dos al mismo tiempo lo que queremos decir ¿sí?.

- Está bien - Ari tomó un poco de aire - uno

- Dos

- Tres

- Discúlpame - ambos se miraron confundidos

- No tienes que discúlpate fui yo quién dijo algo estúpido y te traté demasiado mal- Andrés apretó los puños al recordarlo.

-No, yo soy el que se tiene que disculpar- Ari soltó un suspiro - no debí haberte gritado, además, tampoco debí haber insultado a Sebastián y no debí enojarme porque tú tengas planes con tú novio.

Un silencio incómodo lleno el ambiente y Ari con una sonrisa decidió hablar.

-Creo que no comenzamos bien- el chico soltó un suspiro -quizás debemos comenzar de cero.

-¿De cero?- Cuestionó el pequeño.

-Sí- el mayor extendió una mano -hola, me llamo Ari, es un gusto conocerte.

Una sonrisa apareció en el rostro de Andrés.

-Hola- su mano se unió a la de su acompañante -me llamo Andrés también es un gusto para mi conocerte.

Todo el rencor que tenían hacia el otro y aún más importante el rencor que se tenían hacia ellos mismos desapareció.
En aquella paz que dejó su nuevo inicio reflexionaron sobre todo lo tonto que habían hecho, sabían bien que esto no iba a borrar todo el daño causado pero les traía paz que el contrario le haya dado una nueva oportunidad.

-Creo que comenzar de cero fue una gran idea

-Sí- dejó de ver a su acompañante para mirar el cielo -ahora tenemos una nueva página donde escribir sin tachones ni borrones.

Esa noche los antes "desconocidos" y ahora amigos miraban el gran espectáculo que el cielo les brindaba.

Para ellos esto significaba el inicio de una nueva historia juntos.

Aún Hay Algo [Andri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora