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—Adiós Erick, Richard —se despide bajando del auto para entrar a su casa.

—Ojalá y no lo maten —susurra el moreno mirando a su amigo entrar a la casa.

—Yo también lo espero y creo que es mejor que nos vayamos rápido a mi casa, ya que mi mamá no deja de mandarme mensajes.

—Entonces vayámonos rápido que mi hermano me acaba de llamar y si hace eso es por que algo está pasando —susurra preocupado.

Christopher subía con dificultad las escaleras, había tomado solo 3 copas y no podía mantenerse de pie. Suspira aliviado, al no ver a sus padres y eso significaba que no lo habían escuchado llegar.

Abre con cuidado su habitación, encendió la luz y cuando se voltea para echarse a su cama, se encuentra a sus padres sentados en su cama.

—¿Qué son estas horas de llegar Christopher? —pregunta su padre mirándolo seriamente.

—Se complicó el viaje.

—Como no, si vienes en ese estado me imagino a tus amigos del mismo modo en que vienes.

—No tomamos mucho.

—Chris, hijo ven —lo llama su madre para que se siente.

El castaño hace caso y se sienta con ellos dos.

—Ya pronto cumplirás 18.

—Si y estoy emocionado, Richard y Erick prometieron llevarme a un parque de diversiones —sonríe como un niño pequeño.

—De eso te queremos hablar, cuando cumplas 18, tú..—se queda callada al ver a su hijo durmiendo, suspira y se levanta junto a su esposo, era un poco complicado hablar con él.

—Buenas noches bebé —Jenny besa su frente con delicadeza y sale de la habitación junto a su esposo.

—No quiero que se valla.

—Sabes que es por su bien, él se está acostumbrando mal y piensa que todo lo va a solucionar con dinero, ni trabaja.

—Lo sé, pero y si no llega a conseguir dinero y si entra en depresión —suspira preocupada, no quiere que nada le pase a su bebé ya que sería la primera vez que este dependería de él mismo.

—No lo hará y es más por si no llega a conseguir trabajo, yo ya le tengo uno de repuesto.

—¿La de tu amigo?

—Si, necesita alguien que limpie su casa.

—Pero sabes que él no sabe limpiar, a la justa y agarra la escoba.

—Es lo último que le queda, además es algo fácil de hacer.

—Solo espero y no se enoje con nosotros.

—No tiene porqué enojarse, yo de antemano le estuve diciendo.

—Ojalá —suspira resignada.

Aprendiendo a ser un sirviente 『Chrisdiel』TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora