2

3.6K 309 14
                                    

—Ya estúpidos ¿qué me regalaran?

—¿Por qué o qué? —se hacen los confundidos.

—Mis propios amigos me defraudan —pone su mano en su pecho sintiéndose ofendido.

—No entendemos nada ¿de que hablas?

—Vayanse a la mierda —los empuja para pasar directo a su salón, no quiere verlos ni en pintura a esos que se dicen llamar "amigos".

—Se enojó.

—Sabes como es Christopher, todavía no me creo que vaya a cumplir 18, él sigue comportándose como un niño.

—Lo sé Richard, pero que haremos con el parque de diversiones, se lo prometimos.

—Lo sé, pero no nos alcanza el dinero, si tan solo no hubiéramos gastado en comprar bebidas, tendríamos en este momento las entradas.

—Lo sé y todo esto es culpa de Christopher, pero al menos nos queda para su pastel, ¿no?

—Si.

Toda la mañana Christopher ignoró a sus amigos, no quería ni pedirse prestado nada de ellos y del único en el que pudo prestaste fue de Johann. Cuando la campana sonó para anunciar la salida, Christopher rápidamente agarró sus cosas y salió.

—Agárralo Erick que no se escapé que yo iré por la torta.

Erick sale y busca a su amigo, lo ve entrar al baño.

—Apresúrate que lo mantendré cerca al baño.

Richard asiente y sale en busca de la torta.

—Vamos Erick no tengas miedo es tu amigo de la infancia, ni que te fuera a golpear —con miedo camina hasta el baño y cuando está por entrar, la puerta se abre, mostrando así a un serio castaño.

—Permiso —trata de pasar, pero Erick lo empuja y lo encierra, sabe que no es buena idea, pero es la única opción.

—¡Ábreme la puerta Erick!

—¡No!

—¡Cuando salga de aquí juro que te mataré!

El pobre ojiverde estaba nervioso, mejor hubiese ido él por el pastel y no Richard.

Forcejeaba para que su amigo no abriera la puerta, pero poco a poco se iba abriendo, dejando ver a un castaño rojo de la furia.

—¡Erick!

—¡Richard!

—¡Chris! —llega el moreno con el pastel en las manos. Erick deja de hacer presión a la puerta, dejando que el castaño abra la puerta.

—¡Ahora sí! Par de... —se queda callado al ver una torta en las manos del moreno— ¿Es para mí?

—Si, no teníamos dinero para llevarte al parque, discúlpanos por eso.

El ojimiel solo ríe ante lo dicho por el moreno.

—Tontos saben que a mí no me importan si me dan o no regalo solo quería saber si se acordaban de mi cumpleaños.

—Como nos vamos a olvidar del más viejo de grupo —ríe burlón el pelinegro.

—Solo soy mayor por meses y ya cállate que quiero comer pastel —ríe mirando a Richard.

—Ahora que tienes 18 puedes hacer lo que sea.

—Estas en lo cierto Rich.

—Ya deseo ser mayor de edad —dice Erick con sus ojos llenos de brillos.

—Envídienme par de bebés, pero saben algo, mi papá me dijo que tenía que decirme algo, tal vez me regale un auto —sonríe mirando a sus amigos.

Aprendiendo a ser un sirviente 『Chrisdiel』TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora