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-¿Me buscaba joven? -Christopher entra a pasos lentos a la habitación de Zabdiel.

-Si, le diré a mamá, que tú serás mi sirviente personal.

-¿Q-Que? No joven, no haga eso -alterado tratará de salir, pero la mano de Zabdiel lo impide.

-¿Porqué no quieres ser mi sirviente personal? -lo voltea quedando cara a cara- sería genial, solo piénsalo, tú y yo haciendo locuras juntos -sonríe.

El castaño lo piensa un segundo y decide aceptar, después de todo son amigos, ¿Que cosa podría pasar?

-¡Genial! Le diré a mamá, espérame un ratito aquí -sale de la habitación con una sonrisa, al fin tenía al castaño, y eso lo entusiasmaba- ¡mamá!

-¿Que sucede hijo? -responde.

-¿Chris puede ser mi sirviente personal?

-¿Chris? ¿El nuevo?

-Si, quiero que sea mi sirviente personal.

-Pensé que escogerías a una chica.

-No, quiero que sea él.

-Lo pensaré, por ahora Chris, seguirá atendiendo la casa.

-Esta bien..

-Y apúrate que tu padre ya está por llegar.

-Bien -sube frustrado a su habitación, pero cuando abre la puerta se encuentra a un Chris tirado mirando al techo.

No pudo evitar mirar entre sus piernas y sonrió, ese chico tenía buenas piernas y se notaba que eran suaves. Camina sin hacer ruido y le abre las piernas, haciendo que Chris chille del susto.

-¿Zabdiel? ¿Qué haces? -trata de levantarse, pero el rubio lo vuelve a tirar a la cama.

Sabe que tiene novia, pero no podía evitar tocar esas blancas piernas.

Pequeños toques repartía, pero no solo quería tocarlos si no besarlos, acerca su rostro y empieza a depositar suaves besos, no sabe lo que está haciendo, pero sin duda no quiere detenerse.

Christopher, por su parte quería que el rubio se retirará, esto estaba mal no podían hacerlo y menos si es nuevo en el trabajo. Inconscientemente arquea su espalda al sentir los dedos del más alto tocando su intimidad.

-Joven Z-Zabdiel, espere -trata de cerrar sus piernas, pero no puede porque él es más fuerte.

-Cállate y disfruta princesa.

-N-No -siente como su bóxer es quitado y ahora con más razón trata de separarse.

-No quiero que uses bóxer, quiero que te pongas esto -de su bolsillo saca una braga negra- lo compre por si quieres saber.

-No, no usare eso -niego sonrojado, ese chico estaba completamente loco si creía que iba a usar esa prenda.

-Mejor para mí, si no usas esto no usarás nada -levanta más la falda y coloca ambas piernas en su hombro.

El castaño no sabía qué hacer, ese estúpido chico calenturiento lo quiere violar.

El más alto estaba tan concentrado en besar y tocar las piernas de su sirviente, que no se dio cuenta que la puerta estaba abierta.

-¡Zabdiel! -ese grito hizo que se separara de Christopher, dejando a la vista sus piernas y toda su anatomía.

Aprendiendo a ser un sirviente 『Chrisdiel』TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora