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Christopher se encontraba en la cocina, le habían encargado que haga la crema para la comida, pero él no sabía cocinar ya que si bien le había dicho al mayordomo que sabia un poco, era para no pasar vergüenza ante ello.

-D-Disculpa -se le acerca a una chica.

-Me llamo Camila, pero puedes llamarme Cami -le muestra una sonrisa sincera para mirarlo- ¿que sucede?

-Emm yo...no se cocinar -baja la mirada avergonzado.

-No te preocupes, yo te ayudaré -se acerca- sera sencillo.

-Gracias.


•••


-Y dime Zabdi, como es que lo encontraste -pregunta Oriana.

-¿A quien? -lo mira con una expresión confundida.

-Como que a quién, pues a tu novio tonto.

-Él no es mi novio, además tengo novia, ¿Lo olvidas?

-Si cierto, y conociéndola a esa, no va a permitir que tú te vayas con ese blanquito.

-Deja de decir que lo vas a violar.

-¿Celoso?

-Para nada.

-Pero no te lo imaginas así, todo sonrojado, agitado, sus ojos cubiertas de lágrimas mientras grita tu nombre con mucha pasión -lo codea, moviendo sus cejas con gracia.

Zabdiel al imaginarse eso poco poco se va excitando, sin notar que tenia un problema en sus pantalones.

-¡Ja! Ahí lo tienes, al mini Zabdiel le gusta la idea -señala sus pantalones.

-¡Ya basta! Joel, tu prima es una loca -se levanta, cubriéndose su parte, para después salir corriendo a su casa.

-Lo se...-mira a su amigo irse y luego mira a su prima.

-¿Que? -pregunta al sentir la mirada de su primo.

-¿No te cansas de molestar?

-No, es mi vida hacer que mi shipp se haga real.

-Sabes que a mí no me gusta tu amigo, ni siquiera lo he visto y aparte es mayor que yo.

-Por dos años.

-Pero lo es.


•••


Zabdiel tocaba la puerta con fuerza, quería ir al baño para quitarse ese gran problema que la prima de Joel había causado, aunque la culpa no solo era de ella, si no también de él por imaginarse lo que le dijo.

Cuando le abrieron la puerta, corrió directo a su habitación.

-Parece que el joven Zabdiel tuvo un problema -dijo Camila entrando a la cocina.

-¿Zabdiel? -pregunta el castaño con curiosidad, no puede ser ese Zabdiel que conoció, ¿o si?

-Hay que terminar todo, él siempre viene a ver.

-Viene a verme dirás -habló Mina arreglándose el cabello.

-Buenas tardes hermosas -dijo un Zabdiel sonriente entrando a la cocina.

El castaño bajo la mirada con pena, no puede creer que el chico que lo ayudó sea su jefe y más si le dio ese traje de sirvienta, era un pervertido de lo peor.

Zabdiel miraba a cada una de las empleadas, pero notó a una en especial, está se encontraba con la mirada en el piso y eso no le gustaba, las que trabajan en la cocina, sabían muy bien eso.

Se acerca a pasos lentos, coloca su mano en la barbilla y levanta su rostro.

-Zabdiel...-susurra avergonzado, ya que todas las están mirando.

-Princesa...








Aprendiendo a ser un sirviente 『Chrisdiel』TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora