Cuando crees que tu vida no puede ser peor, llega algo que la destruye por completo.
Los muros que construiste cuando te lastimaron, se rompieron cuando ese "ángel" llegó a ti. Creías que tu vida mejoraría después de haber estado en un orfanato per...
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—no puedo hacer eso, tú lo usarías para hacer el mundo un infierno. Acabarías con los humanos y eso no te lo voy a permitir. —negué a la propuesta de Alec.
Estaba decidida a no apoyar su decisión. No debía dejar que me intimidara más de lo que ya lo había hecho.
—entonces atente a las consecuencias, ya veremos si eres capaz de salvar al mundo. Pronto verás que nada es lo que parece Adeline, no creas en todo lo que te dicen mi hermano y el ángel... Recuerda que todos somos seres sobrenaturales y sabemos mentir más que nadie. Todos hacen las cosas por sus propios beneficios y de eso te darás cuenta muy pronto. —su mirada era intensa, podía notar como hacía una mueca de dolor por la herida en su brazo.
Bufé, estaba cansada de pelear y de hablar por eso. Por el momento no sabía si lo que me decía era verdad o no pero debía estar atenta a las acciones de todos para darme cuenta de la realidad.
—no creo que ellos sean capaz de mentirme y si lo hacen es por mi bien. Yo jamás quise vivir en un mundo lleno de personas con poderes o rodeada de entes extraños. Jamás quise esto y creo que eso es tu culpa. ¿Fuiste tú quien me salvó de morir desangrada? —hice una de las preguntas que más me daba curiosidad por conseguir la respuesta.
Me daba mala espina ese tipo, si realmente me había salvado él aquella vez había sido solo por su beneficio propio. No creía que fuera capaz de tener humanidad. Ni siquiera de tener un corazón.
—exacto, fui yo. Pero lo hice por una cosa muy simple y que por el momento no te diré, es personal y no pienso que valga la pena en explicar eso. Y... otra cosa, piénsalo bien, no creas en todo lo que dicen. Puedes desconfiar de mí pero también de ellos, esconden muchas cosas que creo que jamás te llegarían a decir. —vi por el rabillo del ojo cómo se sostenía su brazo y más sangre salía de la herida.
—te tengo que dejar, mi hermano no me quiere aquí y lo que menos quiero es ver la cara de una persona mentirosa y que traicionó a su familia por una mocosa como tú. —me miró con rabia y de la nada desapareció sin dejar rastro.
Me quedé inmóvil en el suelo, ya no tenía ningún mareo y me sentía mejor. Eso había sido muy extraño y más confuso de lo normal. Puede que tenga razón o puede que no. En esos momentos ya no sabía a quién creerle... todos tenían su propio pasado y cosas de qué preocuparse así que era mejor que por el momento tomara un descanso de ellos. Debía salir a respirar aire fresco de la ciudad y olvidarme de todo.
Me levanté del suelo, observé a mi alrededor y todavía no regresaban mis dos compañeros así que aproveché el momento para salir del departamento. Sólo iba a ser un momento. Cerré la puerta del cuarto y corrí hacia las escaleras. Las bajé trotando y al llegar a la recepción pude visualizar a Aspen sentado en una silla viéndome detenidamente.
¿Cómo rayos había llegado hasta aquí?
Se levantó y yo no pude moverme de mi lugar. Estaba más nerviosa de lo normal debido a su presencia.
