Capítulo 45 - Final

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—te prometo sacarte de aquí

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—te prometo sacarte de aquí. —habló Aspen decidido y se levantó junto con el cuerpo de Adeline.

Corinne, Devon y Natalia se adelantaron primero para observar las ventajas y desventajas que tenían al salir de sus celdas. Todo parecía muy tranquilo, no había más personas encargadas del lugar, la penumbra abundaba en los pasillos y muy pocas luces permitían ver con claridad. Aspen era el único chico que tenía experiencia y que conocía este lugar a la perfección pero él no podía y no tenía la mentalidad de hacerse cargo en esos momentos pues tenía cosas más importantes que hacer. Salvar a su amada. Su corazón noble siempre resultaba caer ante todo pues ese era uno de sus defectos principales, fue por eso que él decidió dar todo por ella desde el inicio. Al momento de que todos estaban preparados, Devon fue el primero en salir de las puertas grandes de hierro. El chirrido de la puerta al abrirse hizo que todos se pusieran alerta pues no conocían el lugar y menos a las personas que habitaban en el reino. Natalia mantenía su vista fija en el lugar para recordar todo lo que veía, para encontrar acertijos, encontrar grietas para después destruir el reino del inframundo. Cuando todos salieron, Aspen decidió ir como líder, manejar los movimientos y las decisiones tomadas por Corinne que sólo le miraba con extrañeza. El cuerpo cansado de Adeline se encontraba en los brazos de Natalia que intentaba mantenerla en calor para que no se resfriara, Devon cada vez parecía más molesto con todo lo que hacía su compañero y este solo notaba su desprecio pero no hacía nada más que vigilar la entrada.

—afuera corremos demasiado peligro, no sé cómo salir de esta. —dijo Aspen con honestidad.

Todos callaron y sus rostros mostraron miradas de preocupación y de desesperación. Sabían que no había escapatoria. Corinne fue la primera en negarse pues no esperaba quedarse con los brazos cruzados, ella quería salir a como diera lugar y conocer a Alec que desde el inicio mostró interés con ella. El pasillo de pequeña distancia solo era alumbrado por una antorcha que poco a poco reflejaba el terror de cada uno de los rehenes. Ellos caminaban lento, pensativos y con un plan en su mente. Cada quien pensaba de una manera distinta y se podía decir que hacían buen equipo juntos.

—miren, mi padre en estos momentos debe estar dando un sermón a toda la comunidad. Se encuentra en el salón principal donde yace su trono, donde la entrada se encuentra; donde miles de demonios y criaturas escuchan las órdenes de un rey malvado. —habló Aspen de nuevo con rigidez.

Todos asintieron menos Devon que parecía distraído y confundido con todo esto. Al parecer jamás había tenido que depender de alguien, que otra persona le ayudara o le protegiera para salir con vida.

—tú eres su hijo, debiste convencerlo cuando se te dio la oportunidad. Lo que pasa es que no tienes nada de especial, eres como todos los demonios de este reino que quieren solo poder y gobernar el mundo. —Devon escupió veneno y esto hizo enfurecer a Aspen —. Eres una basura Aspen, algo que no debió de existir, eres una abominación para todos aquí... ¿Ya te diste cuenta de que no sirves más para causar daño?

Alas sombríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora