Antes de ti

Antes de ti 3

Regresé caminando a casa muy agobiado aunque siempre supe que esto me pasaría, a pesar de esa armadura grande que me propuse tener, también era un tipo con algo de sensibilidad o hasta hace poco lo fuí. Cuando llegué a casa mi hermana estaba en su habitación con música, entré en la mía y me desplome en la cama.

–Permiso – entró mi hermana de bata con un improvisado moño en la cabeza – ¿Todo bien? Me estaba preocupando, estuve apunto de enviarte un whatsapp – jodió por supuesto como siempre, luego me acarició – De verdad no sabes lo feliz que soy cuando escucho la puerta y sé que eres tu. Te extrañé mucho 

–Yo también a ti – la abracé fuerte, de verdad quería llorar pero no sabía la razón, entonces me quedé en silencio en sus brazos, me sentía bastante débil –

-¿Estas bien Peter? – ella me conocía demasiado –

–Voy a estarlo, no sé si fué buena idea irme así. Necesitaba como poner la mente en otra cosa y creo no me sirvió demasiado – suspiré porque de verdad no quería llorar con mi hermana – Pero voy a estar bien, no tienes que preocuparte por mi. Mañana voy a regresar a trabajar, ya lo arreglé todo con Mery – estaba en silencio mirándome sin decir nada – ¿Puedes creer que me encontré con tu amiga del yate? Trabaja para Mery y seguimos peleando un poco...

–Para Peter – me miró a los ojos – Ya sé lo que estás haciendo, ni siquiera te pregunté detalles del viaje. He pasado 2 meses pensando en lo que estás sintiendo, hasta no sé llegué a imaginarme que pasaba si yo lo hubiese vivido y estoy completamente segura que no llegué ni cerca, yo mas que nadie sé lo perdidamente enamorado que estuviste durante ¿6 años? Por favor llora ¿Lloraste en tu viaje? –negué con un nudo en la garganta –

–¿Que pasa si no puedo parar? – dije con algo de dificultad – Estoy roto por completo hermana, nunca me sentí así de mal en la vida. Yo... – pausa necesaria – Me entregué por completo y me tiró a la basura sin ni siquiera prepararme, no estábamos en crisis Eugenia. Dos días antes me dijo que me amaba como a nadie y yo lo sentía así, a veces me gustaría saber que hice mal

–No te merecía mi amor – me dijo con los ojos llenos de lágrimas –

Me abrazó fuerte entonces me puse a llorar por primera vez después de todo y efectivamente estaba en lo cierto, no podía parar pero por suerte estuve en los mejores brazos, después de un rato fuimos a la cocina y sacó un pastel de chocolate gigante. Fué la mejor noche de todas, me sentí mucho más liberado al cerrar los ojos.

El olor a tostadas quemadas me despertó de golpe, sentía el cuerpo cansado y seguramente se trataba de mi super descarga emocional la pasada noche. Tomé un short y salí de mi habitación, obviamente me encontré a mi hermana a los besos apoyada de la mesa de la cocina.

–Buen día – Ambas me miraron – ¿Puede ser que hayan quemado las tostadas? – pregunté.-

–La puta madre – mi hermana corrió y apagó todo rápidamente – No nos queda mas pan, te dije Bella!! – Entonces se acercó a mi y me abrazó – ¿Como dormiste?

–Mucho mejor, gracias! – le di un beso en la frente –

–Voy a darme una ducha, les parece si desayunamos en el hotel con mamá? – preguntó con su buen humor de siempre – Hoy llega el correo con todas las nuevas reservas y tengo que verificar absolutamente todo, ya me duele la cabeza es un montón de trabajo. Permiso – Se fué a la ducha corriendo –

Bella y yo nos quedamos fumando un cigarro mientras esperábamos nuestro lugar, obviamente tardó 200 horas en salir y yo me quedé para el último, cuando llegamos a desayunar tenía el estómago perforado del hambre.