Secuestré a un Idol || HopeV [PT2] CONCLUIDA.

Capítulo 14

[Una semana antes]

YoonGi caminaba a toda prisa intentando ordenar las ideas en su mente, sabía que no podía improvisar ante Jimin y debía escoger con cuidado cada palabra que iba a decir. Ya le había enviado un mensaje diciendo que necesitaba verlo y habían estipulado el lugar y la hora en la que se encontrarían. Claro que el pálido no le había dicho por qué motivos era aquél encuentro, y para Jimin, aquello le sonaba a una cita.
Había invertido varias horas en buscar la vestimenta adecuada, el peinado, el calzado e incluso las joyas. Todo tenía que estar perfectamente combinado y debía verse armonioso. El pelinegro se miraba al espejo una y otra vez, no porque fuese ególatra, muy pocos sabían que en realidad él era una persona muy insegura, si, toda aquella seguridad que manifestaba en público, no era más que una fachada.

Su corazón se revolvía en su interior, estaba consternado, no podía dejar de notar sus imperfecciones e incluso por más que había estado horas preparándose, no lograba verse tan bien como él quería. No le quitaba la vista de encima a sus mejillas, su papada, sus ojos tan pequeños, sus dedos, odiaba todo de él.
En cuanto tomó su abrigo, sus lentes oscuros y cerró la puerta de su habitación, supo cuánto le importaba YoonGi, ya que de no tratarse de él, no hubiese salido de su casa. 

Mientras tanto, el pálido impaciente lo esperaba, Jimin estaba retrasado quince minutos y estaba perdiendo la paciencia. Justo cuando estaba por tomar su teléfono para llamar al pelinegro, sintió una mano posarse en su hombro y al girarse, vio al susodicho parado tras él con una leve sonrisa. Como siempre se sintió cohibido ante la presencia de Jimin, no porque le generase algún sentimiento especial, más bien porque junto a él se sentía inferior, no más bastaba con ver la ropa que cada uno traía puesta, clara distinción de sus clases sociales, algo que Jimin no había prestado atención en lo absoluto.
Ambos se hicieron una corta reverencia y entraron al café. Era un sitio muy tranquilo, ideal para conversar libremente, las luces color naranja eran tenues y hacían un hermoso contraste con las paredes cubiertas de madera sintética, todo lucía muy rústico, parecía que algún personaje de los cuentos iba a cruzar por aquella puerta en cualquier momento.

Jimin dio un rápido vistazo al lugar antes de sentarse en la mesa designada. Claro que una vez más aquél lugar no era la clase de sitios que solía frecuentar, pero no podía objetar nada, todo allí era hermoso. YoonGi poca importancia le daba a todo lo que había a su alrededor, tan solo estaba concentrado pensando en como abordaría el tema.

—Buenas Tardes, ¿Qué se les ofrece? —Les preguntó la camarera quien observaba a Jimin con notoria atención.

—Solo un café, gracias. —Se limitó a decir YoonGi.

—Un café con crema y… —Buscando con su dedo índice, Jimin señaló uno de los pasteles que estaban en el menú—, y una porción de pastel de chocolate.

—Enseguida les traigo su orden. —Dijo la joven.

YoonGi observó a Jimin frunciendo el ceño, ¿Cómo podía tolerar tanto dulce? Al pálido jamás le habían gustado, se empalaga no más al verlos, algo que lo acompañaba incluso desde pequeño.
Jimin le dedicó una sonrisa, demostrándole así que era un chico capaz y seguro de si mismo, pero por dentro estaba muriendo, había notado la expresión de YoonGi, en cómo lo había mirado cuando se pidió el café con crema y el pastel, se sentía mal consigo mismo, se sentía gordo y deseó no haberse pedido más que un simple café como había hecho su contrario. Como si aquello fuese poco, había notado en lo indiferente que estaba YoonGi, la única mirada que le había dedicado en ese tiempo, había sido solo de crítica, ¿Para qué había estado tanto tiempo arreglándose?, era irónico en como podía mantener su sonrisa intacta y estar tan abatido por dentro. Movía sus pequeños dedos inquietos por debajo de la mesa y estaba comenzando a sudar. En ese momento, Jimin no podía odiarse más.