Love Me Again ||| [RSxT/N]

•⇨T R E C E⇦•

Sus dulces labios se encuentran en mi cuello, pongo una mano en su nuca y lo acerco más a mi cuello, sus besos toman un ritmo más rápido y suben hasta mis labios. Al separarse me mira unos segundos a los ojos y deja un beso en mi frente.
—Qué tal si desordenamos un poco la oficina como aquella vez en tu quinceaños? —me sonrojo al escuchar lo que dice, eso pasó en mi baile cuando Reiji y yo tuvimos una pelea y luego...lo arreglamos
—Qué tal si tu novia entra y nos descubre
Él suelta una pequeña risa y acaricia mi mejilla
—Yo supongo que las cosas entre ella y yo ya terminaron, se molestó mucho con lo de ayer
Sonrío y pongo mi mano nuevamente en su nuca, acerco mis labios a los suyos y comienzo a besarlo de manera apasionada, me alza y con dificultad aparta unas cuántas cosas del escritorio para sentarme allí sin dejar de besarme. Pasa sus manos por debajo de mi falda y acaricia mis muslos con  suavidad, me deshago de su saco y torpemente desabotono su camisa de vestir negra, él termina de quitársela y luego se deshace de mi blusa y de la falda, pasa sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis senos y acariciarlos con cierta brusquedad.
(...)
—T/N ya es hora de la cena así que baja rápido que no quiero esperar —dice Raito mientras abre la puerta del baño, me pongo de pie y cubro mi cuerpo con una toalla y él no deja de mirarme
—Acaso no puedes tocar la maldita puerta?
—Ay tampoco te alteres tanto, no es la gran cosa... bueno ya sabes baja rápido, pequeña perra
Raito sale del baño cerrando la puerta detrás de él, seco un poco mi cabello y salgo del baño, busco en el clóset alguna pijama y después de vestirme y peinarme salgo de la habitación para ir a cenar.
Cuando llego al comedor me siento al lado de Reiji, él me mira de reojo con una sonrisa pícara causando que me sonroje al recordar lo que pasó en su oficina. Comenzamos a cenar y cuando todos excepto Reiji se van del comedor recojo los platos, él entra en la cocina y al terminar de recoger llevo los platos sucios al lavado. Cuando comienzo a lavarlos unos brazos rodean mi cintura y me dan la vuelta para ver al dueño de ellos cara a cara.
—No sabía que te gustaban los unicornios —lo miro sin comprender y él pone su mirada en mi pijama, hago una mueca al comprenderlo
—Bueno...son muy tiernos...eso creo —suelto una tímida sonrisa y luego Reiji besa mis labios