Yo lo llamo "Madre", ellos le llaman "Hogar"

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Levi entró con rapidez a la muralla acicateando al caballo. Eran las tres de la mañana y su apremio no estaba de más.

Hanji.

Hanji iba a ser madre.

Madre de un ser que tenía todo que ver con él.

Por supuesto, el día no era ése pero necesitaba hablar con ella. Necesitaba decirle que no sabía nada y que en verdad la había extrañado muchísimo con su fetiche por los titanes y su mal hábito de hablar siempre de cosas asquerosas sobre éstos a la hora de las comidas.

Cuando leyó la nota, apenas cabía en sí, henchido de felicidad.

¿Él siendo padre?

Como decía Hanji con sus vivaces ojos marrones: "Es divertidísimo".

Era divertidísimo cómo haría para decir a todos que tendría un hijo y lo tendría con la loca Zoe.

No sabía si continuaba siendo Mikasa Ackerman la única en saber semejante información, gravosa para su condición en la Legión de Reconocimiento, pero si Hanji confiaba en ella, él también lo haría. En realidad no tenía nada contra Ackerman que no fuese su sobreprotección y su aprehensión hacia Eren. Pero el mocoso lo merecía por ser un joven con problemas en su control de impulsos. Cuando le abrieron las puertas de la entrada del barracón, se escucharon los vítores discretos de sus subordinados, a los que sólo asintió con gesto indiferente. Dejó al caballo en las caballerizas y con paso rápido se dirigió al barracón, hacia la habitación de Hanji.

Al llegar, ni siquiera tocó a la puerta, por lo que, al ver la escena que se desarrollaba detrás de ésta, su sorpresa fue mayúscula y estuvo a punto de asesinar a Erwin Smith.

Éste, inclinado hacia el vientre abultado de Hanji, lo acariciaba con dulzura mientras le propinaba un beso tierno. Hanji no parecía incómoda, pero sí pareció sorprendida, emocionada y al mismo tiempo enojada de volver a verlo.

Levi no pudo contenerse. Él sabía muy bien que Hanji decía la verdad en sus notas y que el hijo que esperaba no llevaba mas que su sangre. Sangre que hirvió al momento de ver a quien fuera su líder de Escuadrón, besando el vientre de la mujer que amaba. Lo consideraba incluso más que su compañero, su amigo. Y verlo tan cercano y en un íntimo momento con su mujer, le daban ganas de molerlo a golpes, por lo que se abalanzó de inmediato contra él sin siquiera una palabra y lo empujó echando a Hanji a un lado con el mayor cuidado de no herirla.

- ¡Levi! ¿Pero qué te pasa? – tratando de tranquilizarlo. La estatura de Levi era infinitamente menor a la de Smith, sin embargo, conocía la clase de hombre que Levi era y no sobra decir que hasta cierto punto le atemorizaba enfrentarse a él - ¡Viejo amigo, tranquilízate! ¿Qué es lo que te sucede? ¿Estás molesto por haber estado tanto tiempo fuera? Sabes que eso no lo decido yo...

- ¡Amigo! – Repitió Levi entonces, estallando en un enojo superior a su comprensión - ¡¿Me llamas amigo cuando estás con Hanji... -"Mi Hanji" parecían gritar sus ojos-... Aquí... En su habitación... ¡¿Así?!

Erwin miró muy confundido a Levi y tal expresión sólo hizo enfurecer al cabo.

- ¡Deja de hacerte el idiota, Erwin! ¿Acaso no tienes idea por qué quería regresar? – dijo entonces Levi, más frustrado aún, con el enojo a punto de salirle por los poros.

Hanji veía atenta a ambos sosteniéndose el vientre. Su expresión era de asombro mezclada con una especie de extraña culpabilidad.

- ¡¿Si estabas enamorado de Hanji entonces por qué no ofreciste tu ayuda en lo que concierne a su hijo?! – levantó Erwin la voz y esta vez era Levi el que estaba completamente desconcertado e incapaz de hablar y Erwin continuó - ¡¿Qué no te das cuenta que si el bebé no es reconocido por alguien del ejército, pueden sólo quitárselo a Hanji?! Ella es tu amiga – dijo bajando la cara y su semblante se entristeció – y después de que... - y la miró – no quiere decir quién es el padre... - y al escuchar esto, Levi se irguió en un gesto que no dejaba lugar a dudas de que confesaría que el hijo de Hanji era suyo.

Hanji se acercó y tomó por el brazo a Levi mirándolo fijamente, con la otra mano puesta sobre su amplio vientre. Lo miraba fijo, como cuando le hacía el amor y había un punto en que ella simplemente gemía y lo miraba de esa forma como diciendo "Calla, no digas una palabra". Tan extraña le parecía a Levi. Extraña porque era una parlanchina y sin embargo al poseerla, su silencio era total en el momento en que más disfrutaba.

Y entre más extraña le parecía, más aún la amaba.

Pero al ver sus ojos y cabello color chocolate, su figura contorneada, aún a pesar del vientre que parecía crecer no hacia los lados, sino hacia el frente, su rostro con las mejillas más rosadas y rellenas y sus manos con hoyuelos que ahora se formaban sobre la piel morena clara, no pudo contenerse más y se inclinó frente a ella, con una rodilla sobre el suelo.

La voz de Levi pareció clara y sonora a los oídos de Hanji y sintió una oleada de náuseas ligeras. El bebé pareció reacomodarse y el corazón de Hanji comenzó a latir con tal fuerza, que se sintió tambalear aunque no se había movido siquiera.

- El bebé es mío, Erwin. No sé por qué esta loca no quería decírtelo – y la miró esbozando una ligera sonrisa de lado – pero ahora va a tener que decir la verdad, porque el bebé es mi hijo y aunque... - y bajó la cara frente a ella- no me considero el mejor hombre para ser padre... - y levantó los ojos fijos en ella – lo seré por ella.

Hanji lo miró y sonrió y de pronto un mareo hizo presa de ella, mareo que la hizo estar al borde de caer al suelo excepto porque Levi logró sostenerla y la cargó en brazos hasta la cama. Sintió los temblores que hacían presa de su cuerpo y cómo le castañeaban los dientes.

- ¿Cuatro ojos, estás bien..? – y Hanji trató de hablar pero una punzada de dolor intensa hizo presa de su vientre y apretó los dientes asustada, mientras que lágrimas de profundo dolor atenazaban sus ojos y escurrían por sus mejillas, gruesas y saladas detrás de los anteojos. Fue entonces que Levi de pronto se miró las manos. Ensangrentadas, las remiró un segundo, y una sensación de frialdad lo recorrió y pasó su mano por la frente de Hanji. Tan caliente estaba que Levi retiró su mano y entonces reparó en la expresión asustada de Erwin Smith. No olvidaba que Erwin odiaba la sangre. "Qué patético!", pensó Levi por un segundo y luego tomó por el brazo a Smith.

- Recompónte, hombre. Necesito a Mikasa Ackerman aquí y ahora. Y trae al estúpido del asistente de Hanji, ¡Nadie más puede decirme lo que necesito saber!- y trató de calmarse.

- Levi, enano tonto – le dijo Hanji entonces, con voz pastosa y pausadamente, sosteniéndose el vientre – te amo – y retorciéndose un momento, se desmayó sobre la sábana blanca y debajo de su cadera, ya se podía ver un charco de sangre.

Fue el momento más difícil de todos para ella, y por eso fue el más duro para Levi Ackerman.

Su hijo iba a venir al mundo.

Al menos había llegado a tiempo.

Entrega a Medianoche: A LeviHan FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora