Dahlia

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Cuando abrí los ojos, la habitación aparecía en extremo limpia y cuidada.

Dos cunas cubiertas con los logotipos de la Legión estaban situadas una junto a otra a su vez muy cerca de la cama y al girar mi vista al sillón junto a mi escritorio, cerca de donde estaban las cunas, Levi estaba con la cabeza gacha y una pierna cruzada sobre la otra, al parecer dormido. Debajo de sus ojos unas enormes ojeras parecían decir que necesitaba días enteros de sueño que le había faltado.

¿Por qué había dos cunas? Parecía no poder recordar que Dahlia había nacido junto con Nathaniel. Una punzada de dolor me atenazó la parte baja del coxis y sin poder contenerme hice un sonido de dolor que sobresaltó a Levi, quien corrió hacia la cama. Mi rostro estaba rojo y tenía la frente perlada por el dolor, pero aun así me incorporé un poco y me apoyé en su mano para sentarme.

- ¡¿Estás loca?! ¡No te muevas! - y se alejó un momento hacia la puerta. Al parecer habló a Eren, a quien le escuché decir:

- ¡Ve a por tu padre, mocoso, rápido! ¡Hanji está despierta! – y cerró la puerta acercándose a mí. De mi escritorio tomó un paño de un recipiente con agua fría y lo exprimió poniéndolo sobre mi frente y sienes - ¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho?

- Sólo... - abrumada por su atención – Sólo me duele un poco la espalda y entre las piernas – sentía mucho ardor y aunque quería ocultarlo, sabía que era mejor decírselo o él lo averiguaría de todos modos - ¿Me... rompí demasiado?

- Boba, tuviste dos bebés, ¿Quién resistiría eso? Sólo alguien como tú, loca de los titanes, podría – y me besó el cabello alejándose – Ya conoces a Nathaniel – y sacó de la cuna un precioso bebé de tez blanca y ojos de un azul muy obscuro, que según los libros, se harían grises con el tiempo, y me lo entregó para que lo mirara. Se veía frágil y de pronto un nerviosismo del que nunca había sido presa, me atacó.

- Levi... Sosténlo tú. Podría lastimarlo. Nunca he cargado un bebé – pero Levi no cedió y me lo entregó en los brazos.

- Es tu hijo, Hanji, obsérvalo. ¿No es más interesante que esos sucios y feos titanes?

Sí. La verdad es que era precioso e interesante y lo observé un momento. Nathaniel fijó sus ojos en los míos y algo similar a una sonrisa se formó en sus labios finos y pequeños como el capullo de una flor. Se parecía tanto a Levi que empecé a reír a carcajadas y besé por segunda vez entonces a mi hijo en la frente, gesto que él agradeció haciendo pequeños y dulces sonidos.

- Levi, creo que el bebé tiene hambre. ¿Qué ha comido hasta ahora?

- Leche, Hanji, hay un establo. Tengo a media tropa cuidando que estos bebés no hayan dejado de comer cada dos horas y cuarenta y cinco minutos. Han hervido más leche de la que jamás podrán beber. Los bebés son pequeños y comer y dormir es lo que mayormente requieren para crecer. También sé leer libros.

Levi entonces se acercó a la otra cuna y la figura que extrajo casi me hizo caer de la cama, entre la emoción, el miedo y la duda. La miré un momento y abrí más los ojos.

Era hermosa, pero su tamaño era muy pequeño y mi asombro y preocupación eran evidentes, aunque traté de bromear de eso con Levi.

- ¿No podías dejar de heredarle tu baja estatura, verdad, enano? – acaricié la mejilla de la bebé y entonces abrió los ojos, bostezando luego. Tenía enormes ojos de un color café claro y la piel tan blanca como la de Levi. Era en todo idéntica a Nathaniel, excepto por su tamaño y el color y forma de sus ojos. Ella estiró sus bracitos a mí y besé sus manitas, pero la dejé en brazos de Levi que parecía no querer soltarla.

- Vas a tener que respetarme, Hanji Zoe, porque estos bebés deberán hacerlo también – dijo seriamente Levi – trataré de respetarte, aunque me será difícil porque eres intratable y grosera – esto lo dijo sonriendo.

Entrega a Medianoche: A LeviHan FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora