Cap.27 Mi día a día

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Después de esa incómoda conversación que tuvo con Joseph, el joven decidió ir a su casa al llegar su madre lo recibió, Alistair se fue a su habitación se recostó en su cama y empezó a hacer la tarea, al haberla terminado decidió jugar su videojuego favorito, se escuchó el sonido de la puerta abrirse había entrado un pequeño intruso a su habitación.
—¡hermano!.— el niño se acercó al joven muy contento.

— Abel ¿Dónde estabas?— levantó al niño y lo cento aún lado suyo.

—papá me llevo con sus amigos.— mencionó el niño animado.

— ¿Con papá?— la idea no le pareció para nada al joven ya que su papá no era una persona ¿Cómo decirlo?... Buena.

De la nada se escuchó un ruido como si algo hubiera sido aventado junto con unos gritos que provenían de la sala, se trataba de los padres de Alistair que estaba discutiendo como siempre.

El joven decidió ir a ver ahora porque estaban peleando, al llegar a la sala se encontró con el mismo escenario de siempre objetos como platos, jarrones, cojines, etc. Se encontraban tiradores en el piso, su madre se encontraba en el piso con los labios reventados y un ojo morado en cuanto a su padre el estaba de pie con unos rasguño profundos en el rostro y brazos, es decir todo un desastre. Alistair se acercó a socorrer a su madre.

—mamá, ¿Estas bien? ¿ Por qué están peleando?— el joven se agachó a la altura de su madre para ver la gravedad de la heridas.

— no es nada, solo que al pendejo de tu padre sigue sin entender que esto no es un restaurante como para comer algo diferente a lo que yo prepare.— dijo la mujer molesta.

— ya veo, bueno vamos te llevaré a tu habitación a curar tus heridas.— Alistair extendió su mano.

— no le tengo miedo a tu padre, por eso no voy a huir.— la mujer a duras penas se levantó.—Alistair ve con tu hermano.

—¡¿Qué está diciendo mamá?! Mira el estado en el que estás, apenas le hiciste unos rasguños.— el chico estaba preocupado por su mamá.

— ¿Qué esperabas? Es una mujer.— dijo con descaro su padre.— además si está situación te harta no se porque no te largas de la casa.

— no pienso dejar solos a mi madre y Abel con una escoria como tú.— dijo el chico molesto colocándose enfrente de su madre.

— ya veremos si sigues diciendo eso después de esto.

Así es el día a día de Alistair.

Bilove [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora