Cap.38 Confianza

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Era jueves un joven caminaba por ahí hasta que paro en una pastelería.

— señora Laura ¿Está Agnes? Necesito hablar con usted sin que ella se entere.— se acercó al mostrador para hablar con la madre de Agnes.

— ella fue a entregar unos pasteles ¿Qué necesitas?— camino en dirección a una mesa del local agarró una silla y se sentó señalando al joven que hiciera lo mismo.

—un amigo de Agnes quiere hacerle una fiesta de cumpleaños pero no sabe en donde así que le sugerí que fuera aquí pero necesito la aprobación de usted ¿Qué opina?— tomó asiento.

— ese amigo es el tal Alistair ¿Cierto?— la mujer de cabello azabache era muy perspicaz.

— si ¿Cómo lo supo?—estaba impresionado ya que ella era muy perspicaz.

— mi hija habla de él todo el tiempo incluso más de lo que habla de ti por eso supuse que se trata de él por cierto Zack ¿Qué opinas de él?

—se podría decir que es una buena persona puede estar tranquila él causa un efecto positivo en ella así que no ha habido señales de "eso" en mucho tiempo y con él cerca de Agnes hay menos posibilidades de que "eso" vuelva.— cuando se trata de Agnes puede llegar a ser muy serio.

— ya veo, entonces no hay problema pueden hacer la fiesta aquí.— se levantó de su asiento y fue al mostrador donde tomó una rebanada de pastel.— toma Zack es para el camino.— extendió la cajita donde guardo la rebanada hacia donde se encontraba Zack.

— gracias.— la tomó y salió de la pastelería.

En este mismo momento en otro lugar Joseph y Alistair acababan de salir del entrenamiento.

—oye Alistair dame tu mochila me la llevaré yo.— extendió su mano.

— otra vez con eso has estado haciendo esto desde el martes incluso cuando salimos de la preparatoria.— a pesar de que se estaba quejando le dió la mochila a Joseph.

— es normal que me preocupe por ti además ese día tenías esas heridas en la espalda todavía deben de doler si fuéramos en la misma clase me llevaría tu mochila cada vez que cambiamos de aula.— sonrió.

—eres raro.— se frotó la oreja. De cierto modo sus palabras le hacían feliz aunque no sabía el porqué.

— por cierto no te he visto hablar con Agnes en estos días ¿Hay alguna razón en especial?

— ¿Enserio no he hablado con ella todo este tiempo?— en veces este chico puede ser muy distraído incluso idiota.

— eso explica porque Agnes ha estado algo decaída.— dió un suspiro.— luego no te quejes si se molesta contigo.

— no me di cuenta pero no creo que Agnes se moleste tanto y si fuera así no me lo podría tomar enserio ya que de seguro se vería tierna je,je.

—eso lo dices porque no has visto a ella con "eso"— dijo en tono serio.

—¿De qué hablas?— no comprendía lo que Joseph dijo.

—no es nada.—volvió a su modo bromista de siempre.

— oye Joseph cuando dijiste que querías saber que me pasó ¿Lo decías enserio?— freno en seco.

— todo lo que tenga que ver contigo me importa.

—las heridas que tenía ese día fueron por culpa de mi padre.— bajo la mirada con tristeza.

—¿Por qué lo hizo?— tenía miedo de la respuesta pero era necesario saberla.

—verás mi padre es un maldito machista por eso se pelea mucho con mi madre por qué ella trabaja y no quiso ser solo un ama de casa, a pesar de que ella se defiende de sus golpes él es muy fuerte y yo no puedo hacer nada más que esconderme con mi hermano para que él no tenga miedo.— se podía notar su enorme frustración además de estar al punto del llanto.— por su culpa yo me convertí en esto un maldito promiscuo que no sabe nada del amor, ya que él siempre a tratado de convertirme en alguien como él por eso cuando muestro un poco de debilidad se enoja conmigo y me golpea, él quería que fuera un maldito mujeriego y yo le hice caso solo para que no se peleará con mi madre por mí debilidad, aunque yo como una forma de contradecirlo también empecé a salir con chicos.—su rencor hacia su padre era más que evidente.

— así que por eso decías esas cosas sobre tu padre.—no sabía que decirle pero ahora entendía porque dijo esas cosas cuando fueron a comprar crepas y cuando lo llevo a su casa después de fiesta.

— de hecho lo que me pasó fue porque me revele él estaba maltratando a mi madre así que decidí ayudarla pero me pasó lo mismo de siempre, él es más fuerte que yo...—se acercó a Joseph y puso su frente en el hombro del contrario este solo palmaditas en la espalda.– soy débil por eso tengo miedo que él algún día le haga algo realmente grave a mi madre o peor aún trate de hacerle algo a mi hermanito Abel.— no dejaba de llorar en el hombro de Joseph este solo lo abrazo.

Cuando Alistair se sintió mejor levantó la mirada para corresponder al abrazo de Joseph, solo por hoy se olvidaría de todo incluso de su amada Anel.

— ¿Ya estás mejor?— pregunto a Alistair.

— si, gracias por escucharme.— se separó del Joseph y se limpió los ojos.

— quién debería estar agradecido soy yo por el hecho de que me tienes confianza.— estaba tan feliz por la confianza que Alistair le demostró tenerle ya que estaba casi seguro que esto no se lo había contado ni siquiera a Agnes. —así como espero que algún día me tengas la confianza de contarme sobre quién es Anel.

—tal vez algún día.— bajo la mirada algo decaído, Joseph había empezado a notar que hablar de ese tema lo ponía más triste que los problemas de su familia lo que significa que Anel fue alguien importante para él.

Los jóvenes continuaron su camino a la casa de Alistair está vez como el padre de Alistair llegaría tarde, el joven le permitió a Joseph ir hasta la puerta de la casa, ya allá Alistair se paró en seco.

— Joseph en verdad muchas gracias por lo de hoy.— dijo con una sonrisa. "Es muy lindo" es lo que pensó Joseph.

—no es nada.— dijo frotándose la nuca algo avergonzado.—ten algo para que te sientas mejor.

— ¿Qué cosa?— estaba confundido.

Joseph no lo pensó dos veces y se acercó a Alistair besando su mejilla izquierda, para después salir corriendo.

— ¡¡Joseph habías quedado en que ya no lo ibas a volver a hacer!!— grito Alistair.

— ¡Nos vemos luego!—dijo mientras seguía corriendo.

—¿Por qué demonios haces eso todos los días que has venido?— dijo en voz alta para sí mismo resignado. — más bien para empezar... ¡¿Por qué lo dejo hacer eso cada que viene?!— gritó avergonzado pues se dio cuenta que a pesar de que siempre se quejaba de que Joseph le besara la mejilla este no hacía más que regañarlo.

—hermano ya llegaste.— abrió la puerta, como fue inesperado para Alistair dió un brinco del susto.

— Abel no me asustes así.— dijo resignado posteriormente entro a la casa.

Bilove [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora