Cap.31 Quiero ayudarte

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Ya en la casa de Zack, Joseph llevo a Alistair a una habitación donde trató de bajarle la fiebre y notó que el joven tenía varias heridas en la espalda, parecía como si hubiera sido golpeado con un cinturón, por lo tanto curo sus heridas.

Pasaron los minutos el joven todavía no despertaba, Joseph solo decidió esperar.

—Anel... Perdóname...— estaba delirando pero las palabras de este llamaron la atención de Joseph para empezar era la segunda vez que decía eso.

— otra vez con eso, ¿Quién demonios es Anel?— realmente tenía mucha curiosidad a la vez que estaba preocupado.

Alistair abrió los ojos, miró a su alrededor sin moverse tratando de comprender la situación, se sorprendió al ver a Joseph enfrente de él.
—Al fin despiertas.— dijo en forma burlona.

—¿Qué mierda estoy haciendo aquí?— se levantó alterado.

—Tranquilízate, todavía no se te ha bajado la fiebre para empezar, ¿Por qué diablos tienes golpes en la espalda?

—¡¡Eso no te importa!!

Trató de levantarse de la cama pero fue en vano al instante sintió un intenso dolor que lo hizo soltar quejidos todavía seguía débil.

— Puede que yo no te agrade pero quédate aquí por lo menos hasta que se te baje la fiebre.— lo tomo de los hombros mirándolo fijamente.

— Está bien.— se resignó.

—por cierto Alistair, ¿Quién es Anel?

— ¿Eh?— por alguna razón escuchar ese nombre provocó que Alistair temblará de miedo.

— Bueno no tengo ningún problema si no me quieres decir pero al menos, ¿me podrías decir que fue lo que te paso?

—No te importa.— dijo Alistair cabizbajo.

— Estoy preocupado por ti,  ¿Quién te dejo así?

— ¡¡Dije que no te importa!!—grito enojado.— demonios tengo cosas que hacer no puedo perder tiempo.

—¿A qué te refieres?— el chico tenía curiosidad.

— Solo te lo diré porque se trata de Agnes.— habló resignado.

—¿Qué pasó con ella?

— Hoy que me la encontré en el receso tenía los ojos hinchados como si hubiera estado llorando.

— Bueno eso se debe a que su padre no va a venir el día de cumpleaños.— mencionó Joseph.

— ¿Cómo sabes lo del padre de Agnes?— estaba sorprendido él recordaba que la joven le dijo que sólo Laila y ahora él sabían de eso.

— Laila nos conto hace un año a Melanie y a mi cuando vimos que en la fiesta de cumpleaños del año pasado no había venido su padre.

— Ya veo entonces tengo más trabajo que hacer.

— ¿A qué te refieres?— dijo confundido.

— A que voy a organizar una fiesta de cumpleaños para Agnes.

— ¿Qué? ¿Lo dices enserio?— las palabras de Alistair sorprendieron al joven para empezar ¿Como fue que tomo esa decisión?

— Si haré que Agnes se sienta mejor.— se podía notar su determinación.

— ¿Por qué harías eso? ¿Acaso ella te gusta?— tenía que estar seguro de que esto no iba en dirección a lo que se imaginaba.

— No, es solo que cuando la ví llorar sentí algo muy extraño ¿no se si me explico?

— Realmente no.

— ¿A ti cuando conociste a Agnes no te dió una sensación de querer protegerla?

—con que a eso te refieres.— dijo aliviado Alistair tenía razón ya que toda persona que conoce bien a Agnes llega a tenerle tal cariño que te dan ganas de querer protegerla.— si, yo también he sentido eso pero nunca se me hubiera ocurrido tan de repente algo así, por eso preguntaba si ella te gustaba.

— a penas nos conocemos como para decir que me gusta, pero quiero ayudarla ya que ella me recuerda a mí.

— ¿A ti?

— verás desde que la conocí me he dado cuenta que ella no sonríe en su mirada se puede notar un poco de tristeza aunque ella diga que está bien, lo que quiero es que Agnes sonría.—era notoria la sinceridad en sus palabras.

— ¿Y qué piensas hacer?

—por ahora me quedaré aquí hasta que se me baje la fiebre luego me iré en taxi a mi casa y a partir de mañana Melanie, Laila y tú me ayudarán a organizar todo... Claro sin que Agnes se entere.

— me parece bien.— sonrió.

Bilove [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora