siete

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Entraste en casa de tus padres y los encontraste descansando en el sofá con forma de L viendo la televisión.

—Hola, familia.

—Hola, cariño. Feliz aniversario. —Tu madre se levantó del sofá y te dio la bienvenida con un abrazo.

—Hola, mamá. Gracias —Te abrazaste a ella con los ojos cerrados, todavía sorprendida por lo rápido que había pasado el tiempo. Cuando abriste los ojos, tu padre se estaba levantando del sofá para darte otro abrazo.

—Feliz aniversario, cielo. —Te besó en la mejilla y te abrazó cuando tu madre te liberó de ese apretón tan cariñoso.
Te acurrucaste en su pecho.

—Gracias, papá. —Miraste hacia arriba y seguiste buscando —. Me he enterado de que tienen un corazón para mi. —Diste una palmada y seguidamente te frotaste las manos.

—Solo el que está en mi pecho —dijo en broma.

¿Tu padre te había ganado con un chiste de padre?

—Es lo único que puedo ofrecerte.

—No tienes remedio —te burlaste.

—Sí. Tenemos una pista para ti. Pero debes averiguar dónde está. —Tu madre no te dio ninguna pista. Ya sabías dónde mirar, «pero gracias por la ayuda nula, familia».

—¡A la cocina! —Te fuiste en esa dirección. En cuanto giraste y localizaste un corazón verde azulado enfrente de la cafetera te dio otro vuelco el corazón —. No puedo creer que se acuerde de estas cosas. —Tomaste el corazón con los dedos.

—Besito, besito —oíste que decía tu madre detrás de ti. Te pusiste roja al adivinar que la cosa tenía que ver con un beso, no querías que te viese con cara de vergüenza.

Leíste:

Te dejaste pintalabios rosa en la taza aquel día. El contorno más bonito que he visto en mi vida. ¿Echas de menos mis labios?
Esta mañana no he podido besarte. Encontrarás la séptima pista donde nos dimos nuestro primer beso. ;)

—¿Por qué nos has besado a tu marido esta mañana, jovencita? —preguntó tu madre molestándote mientras leía por encima de tu hombro.

—Mamá, me ha dejada plantada antes de despertarme. —Sonreíste, lista para marcharte —. Los veo pronto.

—Pasa esta semana para recoger nuestro regalo.

—¿Me han comprado un regalo? —Te hiciste la sorprendida mirando a tu padre.

—Ha sido idea suya —dijo sin atribuirse el mérito. ¿Qué le pasa a tu padre?

Pero no le creíste.

—Ajá.

—Quizá yo también tenga algo que ver —dijo moviendo un pie delante y atrás sobre la alfombra.

—Me lo imaginaba. —Saltaste para darle un abrazo—. Nos vemos. Los quiero.

—¡Nosotros también! —dijeron mientras cerrabas la puerta.

—Bien, piensa, piensa. ¿Adónde tienes que ir ahora?

"Que el corazón te guíe" ©️ Finn Wolfhard Donde viven las historias. Descúbrelo ahora