— ¿QUE TE DIJO?
Había dejado a John cocinando lo que faltaba de la comida y ahora estaba en la sala, a unos dos pasos de la cocina, caminando rápidamente de un lado al otro tratando de enfocarme en otra cosa que no fuera lo que Ean estaba por decir.
— Solo me preguntó si te conocía, le dije que si y listo.
— No te creo nada.
— Generalmente nunca lo haces.
Era cierto, pero el sabía lo difícil que era creerle algo. Aún así lo apreciaba demasiado, todos lo hacíamos, no se sentía apartado ni desplazado, no era ese tipo de persona. Él prefería estar en su mundo, y ponerse atención a él mismo antes que a ninguno otro.
— ¿Por que te preguntaría eso?
— ¿Que tan importante es? — preguntó terminándose de un bocado la manzana que llevaba en la mano. Era parte de él siempre llevar consigo una manzana. — Digo, te estás poniendo paranoica.
Era algo totalmente estúpido meterse en una discusión con Ean, por más pequeña que fuera, el chico notaba tus movimientos corporales y los traducía como una respuesta que no dijiste pero que era lo que en verdad sentías en ese momento. Te filtraba completamente. Y según él, yo era la más fácil de leer.
— Nada, olvídalo.
Achinó los ojos para mirarme mejor y se quedó así por unos segundos, entonces empezó a esbozar una pequeña sonrisa y a abrir la boca para decir lo que había averiguado de tan solo verme.
— Te sigue gustando ¿No es cierto?
— ¿Que le sigue gustando?
Mi novio estaba parado frente a la puerta del departamento con una bolsa de regalo en las manos. Había llegado en el peor momento, pero Ean ya lo tenia controlado, comenzó a hablar sobre alguna comida que me gustaba. Aunque no supieras como, Ean siempre tenía la palabras correctas.
— ¿Y ese regalo Tommy?
Una voz femenina adormilada inundó el lugar, desde la otra punta del departamento, Madisson se había levantado ya. Madisson Stuart o Daniels como quisieran llamarla era una joven pelirroja de tinte, era el tipo de chica que seguía atrapada en la preparatoria, con el estilo grunge que yo había dejado atrás y las obligaciones que ella todavía no deseaba tomar en esta nueva vida. Madisson era hermana menor de Ean, pero sus padres se habían separado y cada quien se fue con uno de ellos, ahora estaban juntos de nuevo pero no parecían hermanos en absoluto, incluso preferían que no los relacionaran como familia.
— Venía caminando para acá y vi algo genial para la mujer mas hermosa del mundo.
— Oh, no te hubieras molestado.
Otra voz femenina, Leah. Leah a secas, bueno, su nombre real era dificil de decir y escribir: Lakshmi Sidhu, ella misma se habia cambiado el nombre al llegar a Nueva York así como muchos de nosotros lo habíamos hecho tan sólo pisar el aeropuerto. Leah era una joven hindu realmente guapa, su historia no era complicada para nada, sus padres habían decidió venir a America tan pronto se casarán y ella a pesar de tener una cultura completamente llena, no la conocía demasiado. Había crecido en America, al norte de Texas, por lo que sabíamos sus padres y su casa en general conservaban las tradiciones al pie de la letra, usaban trajes típicos y esas cosas. Pero Leah se había deslindado de todo eso al mudarse con nosotros en Nueva York.
— Me encantaría traerles un regalo a todos, pero a veces es imposible. — nos miró a todos los presentes. — tratare la próxima vez.
Así era Thomas, atento con todos y siempre dando una buena impresión de si mismo. No aparentaba o trataba de hacerlo, simplemente esa era su esencia,caerle bien a todo el mundo. A la larga habíamos aprendido que esos comentarios, si bien no lo decía de broma tampoco esperábamos que al día siguiente llegara con regalos envueltos cuidadosamente para cada uno de nosotros.
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Chicas vs Chicos 2.0 // COMPLETA
RomanceSiete años después del incidente de las motos, cada joven está haciendo su vida por su cuenta en diferentes países, con diferentes personas y diferentes carreras. Pero todos siempre tendrán un amor mutuo y ese día en el hospital que los marco a todo...