6.El amor ¿de o para tu vida?

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Los chicos ahora se habían ido a instalar a su pequeño departamento en Madison Avenue a unos veinte minutos del nuestro. Era más viable rentar un departamento por un mes que pagar un hotel. Habíamos acordado cenar juntos en un par de horas, la pizza que le preparé a Thomas ahora sería para todos. Ahora estábamos en la azotea del edificio regando las plantas de Madisson y el sol estaba empezando a meterse.
Busque mi celular en mi bolsa y luego lo vi frente a mis ojos encima de una maceta, idiota. Pero había otra cosa en mi bolsa, una pequeña caja.

— Tommie. — él volteó con su habitual sonrisa. — Con todo el alboroto de hace un rato olvide darte esto.

Abrí la caja delicadamente para dejar ver un anillo brillante de color oro.

— Querido Thomas, — empecé a decir pero las palabras no querían brotar. — te amare siempre, ¿Quieres casarte conmigo?

— Sería un honor, mi July.

Se puso el anillo con mi ayuda y me tomó de la cintura. Me atrajo hasta él y me beso lenta y dulcemente, con un sentimiento tan profundo que me electrizaba desde la punta de los pies hasta la cabeza. La manera en la que me besaba me elevaba cada vez más, sintiéndome tan querida por alguien. Se apartó en el momento en que atrapaba su labio inferior con los dientes, él amaba que hiciera eso. Tomó mi mano en donde se mostraba el anillo que horas antes me había puesto y lo beso. Subió los besos por todo mi brazo y se detuvo en mi nariz.

— Te amo tanto. — susurro.

Volví a inclinarme para besarlo como respuesta...

— ¡YA LLEGAMOS, COSA ASQUEROSA! — nos interrumpió la voz de mi hermano. — El de chinitos nos dijo que estaban aq... — su cabeza se asomó por la puerta para llegar a la terraza. — Abajo, los dos.

— Estamos regando.

— Al rato llueve. — ninguno nos movimos. — Abajo dije.

Sin poder decir nada y como si fuera alguien de mucha autoridad ambos bajamos de la azotea para irnos a nuestro piso. Dentro del departamento estaban todos de nuevo sentados en la sala hablando como si se conocieran de años. Por lo que alcanzaba a escuchar las chicas estaban interrogando a los gemelos mientras los demás solo ponían atención.

— ¡Quiero comer! — gritó Stile al solo verme y de un brinco llego hasta mi.

— Y yo quiero no morir en la cena de hoy, pero no se si eso sea posible. — pensaba ponerle un brazo sobre los hombros pero había crecido un poco desde la última vez que nos vimos pero ya sin tacones era un poco difícil alcanzarlo. — Ayúdame a poner la mesa.

— Oye, yo no vine hasta la ciudad en donde los sueños se cumplen para que me trates de sirviente.

Logre notar un ligero movimiento en la otra punto de la sala, John estaba haciendo caras extrañas hacia Leah, como si se estuviera burlando de Stile. Por Dios tiene veintitrés años, pero es algo que no me incumbe.

— Tu sueño siempre ha sido ser mi sirviente, Holland. — saque unos platos de la alacena y se los puso en las manos. — Acomódalos en la mesa.

Era todo lo que se tenía que hacer, era pizza, no se necesitan cubiertos o un montón de platos que no teníamos.

— Queridos invitados. — llame su atención. — la cena, está servida.

Tanto los recién llegados como los ya residentes del lugar pasaron a tomar asiento de la manera menos civilizada posible, todos menos Thomas, quien esperó hasta el último momento para levantarse y ir hacia mi. Este es el momento en donde todos comemos sin hablar de lo sucedido.

Chicas vs Chicos 2.0 // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora