4. Un piloto

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— July ¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío?

Me incliné en su dirección para ver de qué hablaba. Frente a Ean no había señales de un vaso.

— ¿Cual vaso?

— ¡Exacto! — comentó exaltado. — ¿Cual pinche vaso? ¿Me podrías dar un vaso?

Estábamos desayunando en el departamento, la noche anterior había transcurrido normal, Brooke había adoptado a otros dos gatos y Kat ya no sabía que hacer para mantenerlos. Kurt había regresado a Canadá y pronto ellas lo acompañarían, cosa que me hizo muy feliz. Nosotros también estábamos pensando en volver a Canadá para las vacaciones de este año.

— ¡JULIETTA MI VASO! — el vaso voló por su cabeza y se estrelló en el piso. — Ay, que genio.

— Vives en esta casa, ve y párate por tu vaso.

Ean me miró con cara de asco fingido pero hizo lo que le pedí, por mi parte comencé a levantar el vaso roto. Las chicas seguían durmiendo y los únicos en la cocina éramos John, Ean y Nick, estos últimos habían llegado para desayunar hace poco.

— ¡JOHN QUINCY ADAMS! — grite dándole una mordida a la dona que tenia mi primo en las manos. — ¡Vamonos ya!

—¿Que tienes hoy, Julietita? ¿Tu novio no te ha dado lo que quieres o por que ese humor?

John salio de su habitación con el cabello alborotado y metiéndose la camisa en el pantalón, se habia despertado tarde y eso era un hecho y ahora como siempre ibamos a llegar tarde a nuestra primer clase.

— Hoy vamos en metro.

—Noooooo

John odiaba viajar en metro, lo odiaba demasiado porque cuando llegó a Nueva York se perdió y le robaron mitad de su equipaje en ese pintoresco lugar.

— Idiota, su escuela está a dos cuadras de aquí. — le recordó Ean levantandose de su asiento. — Bueno familia, yo también me retiro.

— ¿Y ahora que? ¿Al que madruga Dios lo ayuda? ¿O que?

Ean nunca se levantaba temprano, el prefería dormir hasta medio día y estar toda la noche fuera en Time Square estafando a turistas.

— Es viernes de Central Park. Ya saben que hacer si les llaman de la policía.

— ¡Ean! — grite un poco. — Recuerda lo que te dije, por favor.

— Claro, amore mio.

Tomó su chaqueta y se despidió de todos saliendo alegremente del apartamento.

— ¿Me perdí de algo? — preguntó Nick llevándose la comida a la boca.

— Es mi tercer aniversario con Tom.

Nick esbozo una amplia sonrisa y comenzó a hablar sobre cómo nos amaba juntos, yo no podía hacer más que sonreír también. Me asome al cuarto de las chicas, estaban todavía dormidas, todas menos una: Madisson. Se encontraba mirando al techo.

— ¿Ya se fue? — no conteste. — Ean ¿Ya se fue?

— Si, Madd deberían de...

— ¿Convivir? — soltó una pequeña risa sarcástica volteando la cabeza para verme. — Vivimos en la misma casa, tengo suficiente "convivencia".

— ¿Sabes cuanto daría yo por tener a mi hermano todo el día? Por poder decirle buenos días y buenas noches personalmente, por poder abrazarlo después de un día largo de clases...

— Se lo que has pasado, J. — se incorporó de golpe generando un mareo que quiso disimular. — Tu y tu hermano eran inseparables. Pero Ean y yo somos diferentes, no puedes cambiar mi forma de ver las cosas, por lo menos si no lo quiero.

Chicas vs Chicos 2.0 // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora