46.

1.8K 142 24
                                    


**MIMI**

No cumplí la promesa que le hice a Tony, no podía, no sé el motivo pero no podía, necesitaba saber de Ana, estar cerca de ella, mirarla cuando se despistaba, simplemente verla sonreír... Después de todo lo que me contó Tony, no paré de darle vueltas a sus palabras, ¿De verdad era como él decía? Nunca se había mostrado así conmigo, además cada vez que estaba con ella tenía una sensación de paz que no podía explicar, pero a su lado me sentía segura, como si nada malo pudiera pasar, como si nada importara... Así que después de pasar la semana intentando ignorar los mensajes que me envió, el viernes fui al bar de Miguel, quería verla, verla cantar, que me transportara a aquel espacio lleno de magia a donde su voz se llevaba mi mente...No la encontré cuando entré por más que miré a los alrededores, así que me pedí una copa en la barra mientras Miriam me abrazaba como nunca antes lo había hecho.

-          Está en la parte de atrás – Me dijo.
-          ¿Eh?...¿Qué?
-          La persona a la que estás buscando...está en la parte de atrás, luego viene.
-          Yo no estoy buscando a nadie... - Mentí
-          Ya claro, y yo cocino de puta madre ¿Sabes?
-          ¿Si?
-          No, coño, Mimi, claro que no.

Removí nerviosa mi copa, sabía que tenía que hablar con Ana, pedirle disculpas por haber desaparecido toda la semana, pero no sabía cómo tratar el tema.

-          Respóndeme a algo Mimi – Me dijo Miriam sacándome de mis pensamientos - ¿Por qué estás prometida con ese tipo si te gusta Ana?
-          A mí no me gusta Ana – Respondí nerviosa.
-          Aja....
-          Que no Miriam que a mí no me gusta Ana, que Ana es mi amiga.
-          No, no, rubia no te confundas...porque Ana es mi amiga y yo no la miro como la miras tú.
-          ¿Y cómo la miro yo lista?
-          Pues con cara de empanada, de no saber si sacar un cubo para tus babas o ir a Women'Secret a comprarte otras bragas
-          Miriam!!
-          No he dicho nada que no sea mentira. No se Mimi deberías pensarlo, si no ¿Por qué estás aquí? Si llevas desaparecida toda la semana...
-          Te lo ha contado ¿Eh?
-          Claro, es mi amiga, sin caras de empanadas eso sí – Tuve que reírme.
-          Tony me hizo prometerle que no me acercaría a ella...
-          ¿Qué hizo qué? Pero... ¿Con qué derecho se cree ese...?
-          Dice que no quiere que me hagan daño y...
-          ¿Y entonces rubia? ¿Qué haces aquí?
-          Es que...
-          Es que las cosas no son lo que parecen Mimi...ya te lo dije una vez – Me dijo guiñándome un ojo.

Cortamos la conversación cuando llegó Ana, y aunque Miriam nos dejó solas, Ricky apareció y no pude pedirle disculpas por mi comportamiento. Quedamos la mañana siguiente, la iba a acompañar a ver a una señora a la que Ana frecuentaba, y aunque fui con miedo desde un comienzo, no pude evitar sentirme como si estuviera en mi propia casa. La señora Doblas nos contó historias sobre su vida de joven, y yo no pude parar de prestarle atención mientras la miraba embelesada, trasmitía luz, y envolvía aquella habitación de una paz que no sabía describir. Sentí una conexión con ella desde el principio, y su mirada llena de ternura me hizo quererla. Cuando Ana se fue al baño no me sentí incómoda en ningún momento, ni siquiera cuando me preguntó que me ocurría, era cómo si supiese leer mi mirada y supiera que algo me atormentaba.

-          ¿Qué te ocurre bonita? Te noto un poco triste.
-          No es nada Señora Doblas, está todo bien.
-          ¿Es por Ana verdad? – La miré incrédula – Verás...conozco a Ana desde hace un tiempo y también noto esa tristeza en sus ojos... ¿Ella y tu....?
-          Somos amigas – Respondí rápido
-          Pero tú la ves de manera diferente ¿No?
-          Yo...estoy prometida... - Agaché la mirada.
-          Eso no responde a mi pregunta jovencita.
-          Ella tiene novio...
-          Eso tampoco me responde.
-          Yo...no se...estoy confundida...yo no sé qué me pasa con ella... - Noté como una lágrima descendía por mi mejilla.
-          Bueno pequeña, eso sólo puedes averiguarlo tú...pero cuando lo averigües, recuerda que no importa lo que ocurra a tu alrededor, tienes que escuchar siempre lo que te dice tu corazón.
-          ¿Aunque dañe a otras personas?
-          ¿Por quién arriesgarías tu corazón? – La miré pensativa – Pues eso pequeña...pues eso.

Fix YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora