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Desperté a la mañana siguiente, o más bien abrí los ojos, tenía la sensación de no haber dormido nada, y me di cuenta que era cierto cuando miré el reloj de mi mesa de noche y me di cuenta de que eran las cinco de la mañana, sólo hacia media hora que me había metido en la cama, pero la inquietud no dejaba que conciliara el sueño, y esa inquietud tenía un nombre, Mimi.

No dejaba de darle vueltas a la conversación que había tenido con Tony, Tony...siempre él...siempre tenía que estar en medio, no dejaba de pensar en todos los momentos que nos había robado, todos aquellos instantes que podían haber sido felicidad y no ocurrieron por su culpa. Pero no podía culparle de todo, fui yo quien le ocultó la verdad a Mimi, no le dije quién era desde un principio, y aunque estaba dispuesta a arreglarlo, no sé si la palabra "tarde" se me queda corta, pero tenía que intentarlo una vez más, porque yo había visto la felicidad en los ojos de Mimi, esa felicidad verde, y necesitaba verla una vez más aunque no fuera a su lado.

Mi principal preocupación era saber su paradero, ya que desde que se fue del hospital no sabía nada de ella, y mi miedo había pasado de que supiera la verdad, a que quisiera escucharla, o más bien, escucharme. Sabía que Mimi necesitaba su tiempo ahora mismo, pero el tiempo iba en mi contra y corría al lado derecho de Tony, mientras más tiempo pasara, él podía llenar su cabeza de mentiras y yo perderla para siempre. Aunque me doliera admitirlo sabía que ahora mismo Tony era su puerto seguro, y yo la barca que pasó por su puerto para cargarlo de mentiras y posteriormente partir, definitivamente, el tiempo corría en mi contra, aunque Tony no le había hecho nada y había respetado nuestro trato, no podía confiar en él y sabía que tarde o temprano la seguiría utilizando, porque indirectamente era lo que ahora mismo estaba haciendo con su negocio, escondía sus trapos sucios en aquel local bajo el nombre de Mimi, y no podía dejar que todo ello volviera a más, volviera a aquella etapa anterior.

Me levanté sabiendo que no iba a dormir esa noche, y me puse a buscar entre mis cajones la única esperanza que me quedaba para que Mimi me escuchara, para que supiera la verdad, para alejarla de Tony y devolverle su vida, mi as bajo la manga, su diario. En el segundo cajón de mi escritorio vi la libreta aún con aquellas hojas sueltas que rompí la segunda vez que Mimi se marchó, y las coloqué como pude recordando que nunca terminé de leer su historia. Me quedé allí sentada, dubitativa, recordando las palabras que allí estaban escritas y su "No podrás quererme cuando sepas quien soy de verdad, cuando sepas lo que soy, cuando leas este diario". No me hacía falta terminar de leer ese diario para saber quién era Mimi, para saber lo que era, y sé que ella es mucho más de lo que cree, y es la persona de la que estoy enamorada, y eso no lo van a cambiar unas palabras escritas en un papel, porque ni siquiera lo ha cambiado su accidente y su pérdida de memoria, a pesar de todo, Mimi sigue siendo la misma, aunque no lo recuerde, su esencia es la misma, y eso no lo va a cambiar unos actos que ha tenido que realizar bajo la amenaza de otra persona. Así que decido no seguir leyéndolo, es suyo, su verdad, su historia, y sólo volveré a leer esas palabras si ella vuelve a decidir que lo haga, pero sí que paso las hojas y llego a unas que están en blanco, y allí en aquellas hojas de su historia decido escribir la mía, mis letras, mi verdad, mis lágrimas y mi amor, por si su diario vuelve a sus manos, por si decide no escucharme, sé que va a leerme. Porque ella es así, y estoy segura de que por mucho que le duela, es más su necesidad de saber lo que ha ocurrido en su pasado.

Después de dejar mis palabras en aquellas hojas de su vida, llamo a Miriam, sé que son las ocho de la mañana, y que estará durmiendo, y que probablemente quiera matarme cuando vea mi nombre en la pantalla de su teléfono, pero la necesito, sé que mi mejor amiga es la única que ahora mismo puede llegar hasta Mimi, y no puedo dejar que corra más el tiempo. Uno, dos, tres....seis toques...y por fin...

Fix YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora