64.

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Estaba remoloneando entre las sábanas, aferrada a la almohada como si mi vida dependiese de ello, sabía que tenía un pie fuera de la cama, era la única parte de mi cuerpo que sentía el frío que entraba por la ventana aquella mañana, abrí un ojo y vi la claridad en la habitación, debían ser más de las nueve, pero el cansancio me podía así que volví a cerrarlo. Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda, de arriba abajo, una y otra vez, e inmediatamente sonreí, no estaba sola. Me pegue a su cuerpo para sentir su calor, aun manteniendo los ojos cerrados, haciéndole ver que todavía estaba dormida, pero no fue suficiente porque empecé a sentir sus besos recorriendo mi hombro.

Mmmmmmm – Protesté a medias, en parte porque odiaba que Ana se despertara tan temprano, por otro lado me encantaba que me despertase así.

-  Vamos dormilona, son más de las nueve.

- Un ratito más...- dije escondiéndome entre las sábanas.

- Eso dijiste hace diez minutos....venga...tienes que ir a ensayar.

- Puedo ensayar más tarde...

Esa vez metí la cabeza bajo la almohada para evitar que me llegara la luz, pero Ana no cogió la indirecta ya que comenzó una guerra de cosquillas en la cual sabía que ella sería la vencedora, yo estaba demasiado dormida, y siempre la dejaba ganar, pero fue la incorporación de Luna a aquella batalla la que me despertó por completo, intentando separar a Ana de mí, intentando protegerme de todo, aunque fuera de las cosquillas.

- Vale...vale...tú ganas, ya estoy despierta, ¿contenta? – Le dije robándole un beso de buenos días.

- No...aún no...

La miré a aquellos ojos marrones que me hipnotizaban, y no pude evitar sonreír, su simple presencia me hacía feliz, y sabía que a pesar de todo lo malo, ella estaba allí, ella era mi hogar, y todo era mejor a su lado. Me incliné sobre la cama y acariciándole la mejilla, besé sus labios despacio, sin prisa, no me importaba llegar tarde porque el único lugar que se merecía mi puntualidad era a su lado. Me separé de sus labios con desgana y me perdí un poco en su mirada, viendo ese rayo de luz que sólo encontraba cuando sus ojos se encontraban con los míos, y en ese momento lo supe, era ella. Me levanté para lavarme la cara, cogí mi colgante y vi como Luna se quedaba jugando a su lado, y para mí, aquello se llamaba felicidad.

Me desperté con una sonrisa en los labios, y cuando me levanté de la cama buscando algo en mi mesilla de noche, supe que aquel sueño no había sido sólo eso...era un recuerdo. Buscaba el colgante, ese colgante que Ana siempre llevaba en su cuello, y que una vez hace ya algún tiempo había sido mío. Baje al salón buscando un poco de calma, a veces me despertaba un poco desorientada y no sabía manejar la situación, me senté junto al piano, e inconscientemente comencé a tocar alguna de sus teclas, la melodía erizaba mi piel y me pedía más, y sin saber cómo, mis manos se deslizaban por aquel teclado como si formaran parte de él, tocando una melodía que ni siquiera lograba recordar...

Little by Little, day by day

One step at a time

Shake off the devil....

Take back my peace of mind...

Hold me...here in the dark

Cause the old me...

Run just as far as I could from my heart

Well, I'm going back to the start

Little by little, day by day...

One step at a time

Shake of the devil....

Take by my peace of mind...

Me interrumpió el ruido de la puerta, y mi corazón decidió pararse cuando vi su figura apoyada en el marco de la puerta, me levanté de un salto sin importarme lo que me llevaba conmigo y con la sonrisa en los labios me abalancé sobre ella.

- ¿Pero cuando has llegado? ¿Por qué no me has avisado? ¿Qué haces aquí? ¿Y tu padre? ¿lo has dejado solo? ¿Qué haces aquí?

Me separó de ella con una sonrisa en los labios.

- Para, para, que pareces un disco rayado...Mi padre está bien, y yo...te echaba de menos.

Me lancé a sus labios sin importarme la llegaba de Noelia al salón para decirme que Ana acababa de llegar, no importaba, yo misma lo había descubierto, y a pesar de que no había sido tanto el tiempo que habíamos estado separadas, no me detuve en recordar por unos minutos el sabor de aquellos labios a los que había echado tanto de menos.

- Te quiero – Le dije apoyando mi frente en la suya, buscando su mirada, que brillaba una vez más con ese rayito de luz.

- Te amo – Me respondió con un beso.

Se sentó a mi lado en el sillón, sin perder el contacto de mis manos que jugaban enredándose en su pelo, no conseguía borrar la sonrisa de mi rostro pero es que ella estaba a mi lado.

- Sé porque has vuelto a Madrid Mimi...y no te voy a dejar sola. ¿Por qué no me dijiste nada?

Rodé los ojos como respuesta, sabía que Ana sospecharía de mis intenciones, pero quería alejarla de Tony y de esa manera no iba a conseguirlo.

- Porque es problema mío...y no quería que te pasara nada...

- Es problema de las dos Mimi...

- No estoy de acuerdo

- Oye...somos tu y yo ¿sabes? Se trata de nosotras, nosotras juntas, y lo que te pase a ti, me ocurre a mí, si tienes un problema, yo también lo tengo, y no te voy a deja sola con todo esto ¿vale? Y mucho menos después de que en aquel aeropuerto me dieras esto, ¿Me lo explicas?

Reconocí el objeto sin mirarlo una vez lo colocó en mis manos, le di un par de vueltas sin saber que decir, sin saber expresar con palabras lo que era aquello, así que cerré los ojos y busqué sus labios, me perdí en ellos unos segundos y sentí como el corazón comenzaba a latirme con fuerza, y entonces lo supe.

- Ana, estoy perdida... la verdad es que no lo sé pero me da la sensación de que siempre lo he estado, y no lo recuerdo, por lo que me guío por esas sensaciones.... y los caminos que me llevan siempre acaban en el mismo destino, tú. Y sé que no recuerdo muchas cosas de nuestra vida juntas, puede que nunca llegue a recordar todo aquello que viví antes de aquel accidente pero no me importa, porque lo único que me importa es que en esta vida te conocí a ti, a ti siendo aquella que encontró y me devolvió a mi perra, a aquella que me enamoró desde el primer momento con su sonrisa y su mirada, aquella que estuvo a mi lado intentando devolverme mi vida sin pedir nada a cambio, sin saber si quiera que volvería a enamorarme de ti. Ana yo no quiero vivir dependiendo de un pasado el cual no me importa, yo quiero un futuro, una vida, no un recuerdo, y sé que ese futuro lo quiero a tu lado, porque sé que quiero despertarme a tu lado cada mañana aunque seas tú la que me despierte, porque quiero ver tu sonrisa cada día de mi vida y quiero ser la causante del sonido de tu risa, no me quiero perder el sabor de tus labios ningún segundo de mi vida y quiero perderme siempre en tu abrazo si me dejas.

- Mimi...¿Qué?

- Ana...te di esto sólo para una cosa.

- ¿Para qué?

- Ana....cásate conmigo.

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Para aquell@s que siguen esperando esta historia...

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