Siete

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Como de costumbre había despertado en su habitación y no le extrañaría si tuviera un pañuelo a lado.

"Acerté" pensó después de mirar su palma perteneciente a la mano derecha.

Dio un bostezo, sus amigos habían ido a disculparse por lo sucedido, Thomas solo se limitó a dar una sonrisa floja, no se sentía de ánimos.

Lentamente sentía su estómago rugir, puesto que el día anterior no alcanzó a comer como se debía, pero tampoco se encontraba de humor para levantarse a comer algo. Cerró los ojos y comenzó a viajar por colores que le permitían distraerse hasta que el aburrimiento comenzó.

"¿Dónde estará Larsson?" pensó. Se sentía fatal, en ese momento le encantaría tenerlo a su lado.

Escuchó un golpe que, al levantar la mirada, pudo suponer que provenía de la ventana, como si alguien hubiera lanzado una piedra.

-Thomas. Thomas. Thomas- aquel acento resonó por los cristales.

Caminó hasta la ventana, que reflejaba un cielo nublado, asomándose para lograr ver unos cuernos que salían de los arbustos.

-¿Qué demonios te sucede?- preguntó con el ceño fruncido.

-Te preguntabas dónde estaba, ¡taran!- hizo un movimiento con ambas manos demostrando una celebración.

Tom solo logró hacer una mueca.

-¿Están ellos?- preguntó mientras subía un pie a la pared.

-Salieron, tardaran demasiado- respondió mientras que abría en su totalidad lo que sería la entrada para el noruego.

Carcajadas se escuchaban en aquella habitación, puesto que había pasado un incidente.

-¡¿Cómo pudiste caerte a tan solo un centímetro de llegar?!- Tom se encontraba sosteniendo de su estómago, se estaba ahogando entre risas.

Larsson se quedó en silencio mientras que realizaba una mueca de desagrado.

-Deja de reírte- rogó Tord mientras sostenía de los dedos del menor.

-¡Vamos! Fue gracioso- la risa volvió a atacarlo.

-¡DIJE QUE DEJARAS DE REÍR!- esta vez apretó fuerte de los delicados dedos del británico mientras que sacaba jadeos.

Tom lo observó con una pequeña mirada de preocupación, el noruego siempre estaba halagándole sus defectos, su cambio fue tan repentino que lo tomó por sorpresa.

-Lo lamento- dijo cabizbajo.

-Mierda, no quise asustarte pequeño- comentó después de observar como Tom lo miraba incrédulo, era cierto que nunca le había gritado.

Sin embargo, no lo hizo a propósito, era algo complicado de entender, pero cada sonrisa de Tom era como una puñalada al pecho de Tord.

-¿Estás bien Larsson? Te vez pálido.

-No quise lastimar tus lindos dedos- dio pequeños besos en donde el color morado abarcaba -¿Mejor?

-Lamento burlarme de ti, es solo que sentía que debía dejar salir mi lado travieso y divertirme un poco- suspiró -Soy molesto de seguro.

-¡No, nada de eso!- apurado movió sus manos negando -Eres demasiado tierno, es solo que... estaba adolorido, ¡si eso!

Los minutos pasaron como copos de nieve y el de cuernos seguía rogando perdón, Thomas ya le había dicho que estaba bien pero el otro se negaba.

-¡Soy un inútil, tú puedes reírte!- Tord miró con un tic a su compañero.

-Ya déjalo, no es como si fuera el fin de todo.

-Cualquier cosa que te sucede, duele, justo aquí- señaló su pecho con tristeza -Por eso no puedo permitir muchas cosas.

-Larsson, me confundes- murmuró -Me gusta.

Ambos se miraron, se morían, por dentro ansiaban estar así para siempre.

-No me hagas desaparecer- se abalanzó abrazándolo y enredando sus piernas a su cintura empezó a reír.

Tom solo permaneció en silencio, Tord era una pregunta sin respuesta, la que le causaba dolor todos los días y regresaba a sanarlo con su misterio.

Pero no todo lo bueno es para siempre, Larsson no era su amor que siempre permanecería con él, dolorosamente ellos no eran el destino, pero... ¡al diablo con el destino! Ellos correrían como nunca para no perder aquel hilo rojo que ansiaban tomarlo al mismo tiempo.

-Larsson.

-Dime.

-¿Enserio me encontraste por coincidencia?- preguntó apenado.

-Yo diría que te encontré con la mirada.

-¿Sientes algo por mí?

-Por todos tus defectos.

-¿Incluso si soy un inútil?

-Incluso si lo eres.

> La vida te pone obstáculos, incluso si debes pasarlos por tu cuenta, todos ansiamos a alguien que cuente nuestro tiempo o grite sin parar nuestro nombre <


¿Enloquecemos Juntos? -TordTom-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora