Dos

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Después de aquel encuentro extraño, Tom pasó las horas en el aula pensando en aquel chico.

Edd, el cual solo se sentaba una banca a lado de él, se encontraba preocupado por su amigo.

-¿Sucede algo Tom?- preguntó impaciente.

-No, solo que no pude dormir- explicó con agobio -Había mucho ruido.

-Entiendo, ¿por qué no duermes en mi habitación?, no creo que sea tan difícil escaparte de clases- dijo mientras jugaba con un pequeño lapicero.

El británico solo se recostó en sus brazos.

-Ya estoy viejo para eso.

Ambos se miraron por un momento, los dos sabían que solo alguien podía ayudarlos a escapar sin dejar rastro.

*10 minutos después*

-¡Vamos amor!- exclamaba el meloso de Edd, quien intentaba convencer al narcisista el cual llevaba dos años consecutivos siendo presidente de clase.

-Ya dije que no, llevo más de cuatro meses salvando el culo de Tom- respondió de mala forma.

-¡Qué dices! ¿Sabes? ¡No hagas nada!- esta vez dijo el castaño con enfado.

-Al menos te consiguió un lugar para dormir sin ruido- señaló aquella sala donde miles de libros permanecían en la misma repisa o eso es lo que parecía.

-Yo pude haber pensado en esto- de mala manera tomó su mochila colgándosela en un solo hombro.

Edd rio, el mal humor de su amigo lo ponía tan contento, sabía que Tom no pasaba por buenos ratos, que él tenía un lapso de depresión. Todo por ese día.

Él vio la muerte de su madre, no pudo evitarlo, solo pasó. Por eso, no quería conocer a gente nueva, amaba su espacio. Se sentía completamente culpable y se hacía preguntas como: "Incluso siendo la persona más importante para mí, ¿no pude hacer nada?"

Él pensaba que la gente era tan falsa que incluso diciéndote que darían la vida por ti, solo eran más que mentiras, todas las personas somos así. Con tal de estar a salvo y quedar bien con las personas.

-¡Edd, ¿puedes aunque sea prestarme atención?!- Tom gruñó.

-Perdón, ¿qué decías?- preguntó avergonzado.

-No vengas a buscarme, iré solo- más que un pedido, era una obligación.

Edd miró a su amigo por unos segundos, siempre quería interferir pero solo ganaría un "te he dicho que no" como respuesta.

-Entonces nos vemos mañana- sonriente caminó a la salida -¡Cuídate!

Tom se arrastró hasta los pequeños cojines que adornaban el suelo, en realidad la biblioteca siempre era el plan B.

Estiró ambos brazos y los pies al mismo tiempo mientras daba un quejido.

Se acostó recargando su cabeza sobre algo demasiado cómodo, un par de libros lo rodeaban, sus títulos eran algo siniestros como: "Corre" "No te acerques" "Obsesión"

-Demonios, otra vez interrumpiendo mis momentos- se escuchó una voz que no era tan difícil de reconocer.

"Larsson", pensó Tom. No evitó ponerse nervioso, después de todo se había besado con él y era un hombre, sin embargo actuó como siempre lo hace, serio y frío.

-¿Lees esto?- habló tranquilo, se encontraba cansado como para hacer preguntas de hace un rato.

-Son mis favoritos- articuló Tord -Hay uno en especial.

El británico se le quedo viendo analizando cómo estaba vestido, parecía que venía de educación física y tenía un pañuelo rojo que le rodeaba el cuello.

-Leyendo los títulos de los anteriores no me gustaría saber nada del especial- comentó con un chasquido.

-¡No seas aburrido!- exclamó mientras sostenía del que hablaba -Tal vez si te leo el resumen no pienses lo mismo, ¿te parece?

Antes de empezar a leer raspó su garganta.

-"No tengas miedo, ya que con solo parpadear y abrir los ojos encontrarás la luz".

Tom al escuchar aquella frase comenzó a temblar, madre le decía eso antes de dormir y en cualquier momento lo seguía al pie de la letra.

-Tom, ¿te encuentras bien?- preguntó con voz de preocupación.

-Si... ¿Podemos dejarlo hasta aquí?- murmuró mientras abrazaba sus brazos como muestra de que ya no le apetecía hablar.

Tord se le quedo observando con una mirada seria y pensó "Descansa, esto solo es el inicio"

La luz pegaba en el flequillo de Tom, una alarma comenzó a sonar una y otra vez.

"Hora del desayuno", pensó.

Sin embargo, no quería pararse, de hecho, ¿qué hacía allí?, lo último que vio fueron libros y extrañamente despertó en su cama. Y no solo eso.

-¿Huevos o quieres salir a comer?- Edd estaba parado enfrente de la puerta con una sonrisa.

-¿Qué demonios pasó?- preguntó sentándose y con gesto de confusión.

-¡Sé que me dijiste que no fuera por ti! Pero sentía que alguien me arrastraba para regresar y por eso estás acostado con una cobija.

Tom dio un pequeño bostezo.

-¿Viste a un chico de cuernos?- preguntó sin esperar alguna respuesta.

-No, pero algo similar como una tela roja que se encontraba a lado de ti, decidí dársela a la señora de la biblioteca pensando que les pertenecía.

El de cuencas no evitó sonreír, sin duda ese tipo era extraño.

-Fuera de eso, no me has respondido, ¿huevos o salir a comer?

-¡Cereal!- exclamó Matt al otro lado de la habitación.

-¡Cereal! ¡Cereal!- repitieron todos al momento, cuando estaban juntos nada los detenía, incluso Tom sonreía, pero, ¿será así siempre?


¿Enloquecemos Juntos? -TordTom-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora