ocho

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Me duché, tomé un short corto pero cómodo, una blusa no muy apretada y tenis, esta vez iba más deportivamente, ya que hoy haría la prueba.

—¿Estás segura? – Preguntó Grayson.

—Un ciento diez por ciento. – Le conteste segura.

—¿Pero para qué quieres entrar?

—Ya lo veras. – Sonreí perversamente.

Entramos al campo del colegio. De un lado entrenaban los de soccer, del otro los de americano. La pista que rodeaba el campo, era obviamente utilizada por los corredores, incluso los de la banda practicaban en las gradas. Logre distinguir a las porristas entre la gran cantidad de gente que se encontraba ahí.

—¿Que hacen estos dos ahí? –Preguntó al ver a Cameron y James sentados en las gradas.

—No lo sé. – Contesté riendo, en realidad no lo sabía. Pero me lo imaginaba.

—Estaré allá arriba. – Dijo negando con la cabeza.

Camine hacia donde el montón de chicas se movían a ritmos iguales, me senté en la primer grada, quedando así de frente a ellas. Apenas Ashley noto mi presencia y su ceño se frunció. Mientras que todas se miraban cómplices entre ellas, no era ningún secreto la pésima ‘relación’ entre Ashley y yo. Me sorprendí al ver a la nueva, siguiendo los pasos de Johnson. ¿Cómo era que se llamaba? Sí. Paula.

Terminaron su rutina, y la mirada de Ashley seguía tratando de aniquilarme. Si las miradas lo lograran, ambas ya estaríamos tres metros bajo tierra. Lamentablemente, ni cosquillas hacen.

—¿Qué quieres? – Preguntó con cara de pocos amigos. No era el momento de ponerme en mal plan.

—Quiero entrar. – Contesté como si nada, una mueca burlona apareció en su rostro al mismo tiempo de que subía ambas cejas. No sé qué me producía más gracia, si su estúpida cara o como todas se miraban entre sí.

—Linda. – Dijo hipócritamente. —La verdad no creo que lo logres. – Curvó su labio inferior hacia afuera.

¿Cómo demonios Shawn me cambio por eso? Pensé.

—No pierdo nada con intentarlo. – Me puse de pie dejando mi bolsa en la grada.

—Cierto, a nadie le hace daño humillarse un poco. – Con una seña hizo que todas las ‘zanahorias’ se sentaran.

—Claro… digo tú debes saberlo por experiencia propia ¿no? – Se escucharon las pequeñas risas de todas, pero se detuvieron al sentir la asesina mirada de Ashley.

— Sígueme. – Ya estaba molesta —Si no puedes no te sientas mal, algunas simplemente no sirven para nada.

bad boy 》e.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora