cincuenta y nueve

625 54 5
                                    

Es horrible la sensación que te inunda cuando te das cuenta de que no tienes nada, no tienes con quien y mucho menos a donde ir... Pero el sentimiento que te abarca cuando todo parece arreglarse es lo mejor del universo, sin duda alguna. Te hace apreciar las cosas o pocas cosas que tienes de una sobremanera.

Sus labios capturaron los míos con una dulzura increíble, el simple roce de sus suaves labios me subía a las nubes. Se alejó de mis labios para luego depositar un tierno beso en mi frente. Tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos y mi pulso una vez más se aceleró.

––Vamos hermosa. – Dijo Ethan.

––Espera. – Dije limpiando mis lágrimas que aún permanecían en mis mejillas. Regrese y tome mi bolsa que momentos antes había dejado caer al piso.

Volví rápidamente con Ethan y lo abrace como si hace años que no nos veíamos. Una vez más tomo mi mano entrelazando nuestros dedos.

[...]

Llegamos a casa de Ethan, él se bajó y tomo mis maletas.

––¿Me dejaras quedarme? – Pregunté con una enorme sonrisa, me miro y bajo las maletas para caminar hacia mí. Los nervios me carcomían, me sentía tan estúpida.

––Yo no te dejare sola. – Acaricio mi mejilla.

––Te amo Ethan. – Me ate a su cuerpo y escondí mi rostro en su pecho.

––Te amo Bri. – Susurro en mi oído

Dejo mis maletas en el living y en solo dos segundos ya lo tenía abrazado a mí.

––¿Lizzy y Chris? – Le pregunte rodeando su cuello con mis brazos. El bajo la mirada.

––Me detestan. – Yo solté una risita.

––Eso es imposible. – Pase mi mano por su cabello.

––No, no lo es. Lizzy está sentida conmigo y Chris solo la apoya. – El oculto su rostro en mi cuello donde comenzó a dar pequeños besos.

––¿Y por qué esta sentida? – Algo me decía que yo era la responsable.

––Le grité. – Saco su rostro y una vez más miro hacia abajo. ––Pero seguro se pondrán muy felices cuando te vean. – Sonreí y bese fugazmente sus labios.

––Ven. – Le dije tirándolo del brazo para caminar hacia la sala.

––No.... – Dijo pero ya había entrado y vi la mesa central hecha trisas. Me gire hacia él con los ojos como platos. ––Si me ponía a recogerlo, no hubiera llegado al aeropuerto. – Subió los hombros.

––Eres un tonto. – Lo golpeé. —Te pudiste haber lastimado. – Rió aunque no le encontraba la gracia. La sala estaba llena de vidrios. ––Hay que levantarlo, los niños se pueden lastimar. – Le dije soltándome de su abrazo.

––Hey Hey. – Me tomó de la cintura. —Tenemos que limpiar más aparte de eso. – Señaló el cadáver de la mesa. —Pero solo tenemos tres horas para nosotros solos y las quiero aprovechar. – Señoras y señores, morí.

––¿Que no es lo único que rompiste? – Pregunté sorprendida tratando de controlar mis hormonas ante sus sensuales palabras.

––Digamos que tal vez será necesario que me mude contigo. – Dijó Ethan.

––Ethan. – Dije negando con la cabeza. —¿Qué hiciste? – Sonrió tímido, ya me imaginaba lo que había pasado con su habitación.

––Bri. –Suspiró acariciando mi brazo de arriba abajo. —No me vuelvas a lastimar así. – Una horrible punzada en mi pecho y estómago.

––Jamás me lo perdonare Ethan. – No sé cómo era posible que siguiera teniendo lagrimas. —Eres lo más valioso que tengo y no te quiero perder…nunca. – Remarque.

—Ya. – Dijo sosteniendo mi rostro por las mejillas. —A partir de ya todo olvidado. – Posiciono sus labios sobre los míos y se separó lentamente. —Vamos. – Regreso por mis maletas y subimos las escaleras corriendo.

Llegamos al piso de arriba y me guiaba hacia mi antigua habitación. Entramos y dejo las maletas de golpe en el piso y me rodeo por la espalda con sus brazos a la velocidad de la luz. Me gire sobre mis talones para poder verlo de frente y su celular comenzó a sonar. Cerró los ojos molesto, reí. 

––No le encuentro la gracia eh. – Rodó los ojos sacando su celular.

––Por eso mismo te digo Am. – Hundí mi rostro en su cuello y lo mordí suavemente. Sus dientes aprisionaron su labio inferior, me encantaba que hiciera eso. 

El teléfono dejo de sonar y una pícara sonrisa apareció en su rostro. Seguí jugando en su cuello, degustando cada una de sus marcas de belleza, mejor conocidas como lunares. Cerró los ojos disfrutando de mis besos y caricias.

bad boy 》e.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora