setenta

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—¡No te lo estoy preguntando mujer! ¡Te lo estoy diciendo! — Grayson rió.

—No lo sé. — Reí. —A Ethan no le gustan esas cosas. — Grayson rodo los ojos. —Mira ¡No tienes derecho a quejarte! — Le dije adivinado lo que estaba por decir. —Cuando Paula llego tú me abandonaste eh... — Le recordé. —Así que no te puedes quejar de que paso mucho tiempo con Ethan.

—Lo sé. — Grayson me abrazó. —Pero será mi fiesta y no puedes faltar. — Dijo besando mi nariz. —No me hagas tener que aclarar cuentas con Ethan.— Hizo un rudo tono de voz.

—De verdad me gustaría verte intentando "aclarar cuentas" con él. — Reí. Grayson no era un debilucho, pero sin duda alguna Ethan era capaz de pisotearlo.

—Convéncelo, aún que sea solo vayan un rato. — Dio un beso en mi mejilla antes de irse a su casillero. Seguí sacando mis libros y guardando los que ya no necesitaría.

—¿Que quería?— La voz de Ethan me hizo estremecer.

—Me aviso que en dos semanas hará una fiesta. — Me gire sobre mis talones para poder verlo de frente.

—¿Iras?

—Iremos, ambos estamos invitados.

—¿Yo? ¿En una fiesta de Grayson? ¡Ja! No lo creo.

—Sabes... deberías de ampliar tu círculo de amistades. — Carcajeé.

—Eres la menos indicada para dar ese consejo. — Se unió a mis risas.

—Solo me refería a Grayson. — Baje la mirada. —Me gustaría que ustedes se llevaran bien. — Acaricie su mejilla y él me envolvió aún más en sus brazos. —¿Eso es posible? — Pregunté mirándolo con suplica.

—¿Es posible que tú te lleves bien con Aly? — Me respondió con otra pregunta.

—Lo intente, pero ella me detesta. — Tal vez no lo había intentado, pero la parte de "ella me detesta" es verdad.

—Y yo detesto a Grayson por una cosa. — Sonrió hipócritamente.

—¿Qué cosa? — Pregunté casi en un grito.

—No me gusta que sea tan... demostrativo contigo.

—¿Demostrativo? — Una carcajada se escapó de mis labios. —Estas celoso. — Pase mis brazos por su cuello atrayendo su rostro hacia el mío.

—Tal vez. — Susurro antes de unir nuestros labios.

—¡Dios! ¡Qué repugnante! — Dijo una voz muy conocida ¿Por qué demonios había nacido?

—No tanto como tu vestido. — Regrese a los labios de mi novio. Después de escuchar un "Ya basta Ashley" de parte de Shawn.

—Seguro su psicólogo tiene un altar en tu honor. — Dijo Ashley.

—No lo dudes.

Las clases pasaron rápido, en realidad todo pasaba rápido estando con Ethan. A pesar de no ser muy extrovertido me mataba de la risa. Sus ironías, sus malas bromas.

—¿No iras a trabajar? — Preguntó alegremente Chris a Ethan.

—Sí, solo los dejare en casa y me iré. — Lizzy, Chris y yo suspiramos tristes. Él solo rió.

—¿A qué hora vuelves? — Enrede mis dedos en su cabello mientras hablaba entre besos.

—Ocho tal vez nueve. — Me respondió y pasó su mano por mi nuca atrayéndome aún más a él.

—Te amo. — Dije haciendo un enorme esfuerzo para alejarme ya que si no lo hacía ahora no lo dejaría irse.

—Te amo más. — Respondió. Di un último beso y salí del auto finalmente dejándolo partir.

Pasamos una buena tarde, comimos, jugamos, comimos, hicimos tareas, vimos TV mientras comíamos, incluso me ayudaron los pequeños con la limpieza de la casa.

Seguíamos viendo una película, ya no comíamos más ya que la olla de palomitas ahora estaba vacía. Volteé hacia la derecha del enorme sillón y ambos pequeños estaban dormidos. Los parpados me pesaron al verlos tan plácidamente dormidos, cubiertos con una frazada hasta el cuello. Me acomode en el sillón y seguí mirando la pantalla hasta que prácticamente todo se volvió negro.

Ethan's Pov

Entre a la sala y solo vi la televisión encendida. Renegué mientras cruzaba la sala para apagarla ¿Les costaba tanto apagarla antes de subir? Al darme la vuelta vi por qué no estaba apagada. Los tres dormían en el mismo sillón. Lizzy y Chris estaban cubiertos por una sabana celeste hasta el cuello y Bri abrazaba sus rodillas, Seguro tenia frio.

[...]

Después de dos viajes Lizzy y Chris ya estaban en sus respectivas habitaciones. Me senté con cuidado en el sofá. No quería despertarla. Solo me gustaba admirarla mientras dormía, siempre he dicho que parece un gatito indefenso. Lo cual era totalmente falso al momento de que sus ojos se abrían.

Acaricie con la yema de los dedos la suave piel de su pierna. Se estremeció un poco pero siguió como si nada. Me puse de pie y él tome entre mis brazos. En automático sus brazos se ajustaron a mi cuello, balbuceo algo indescifrable y después solo sentí su respiración chocar en mi cuello. La recosté con cuidado pero sus ojos se abrieron al contacto con el acolchado.

—¡Hey! — Alargo Bri entre dormida.

—¡Hey! — Le sonreí.

—¿Cómo te fue? — Se hizo a un lado para dejarme espacio.

—Bien... creo y ¿a ti?

—Muy bien. — Estaba por recostarme a su lado cuando se escuchó el timbre. Bri volteo hacia la mesa de noche y vio el reloj. Nueve veinte de la noche.

—Ya vuelvo. — Le di un cálido beso sobre sus labios y salí de la habitación.

—Llama a Bri ahora mismo. — Apenas abrí la puerta y la mamá de Bri me lo ordenó.

—Ella no...

—No te atrevas a mentirme Ethan. — Amenazo y entró a la casa. —Sé que ella está aquí, así que hazme el favor de llamarla.

—No quiero ser grosero pero no recuerdo haberla invitado a entrar y no tiene derecho de venir a dar órdenes aquí.

—Oh claro que lo tengo. — Su fuerte mirada se clavó en mí, algo tenía en común con su hija. —Mi hija es menor de edad. — Recalco. —Esta aquí... No te metas en problemas y llámala. — Se dio la media vuelta para caminar hacia la puerta. —Con todo y maletas claro.

—Qué no, mejor regrese a su casa y mañana en la mañana le digo a Bri que vino a buscarla y ya que ella le llame. — Me pare a un lado de la puerta esperando a que saliera.

—Sé que hablo muy claramente y puedes procesar lo que te estoy diciendo. — Articulo la mamá de Bri como si fuera un completo estúpido al que le hablaba. Respira, tranquilízate, respira. —Y no te conviene hacerme enojar, ella es menor de edad, fácilmente irías a prisión. — Carcajee ante su estúpida amenaza.

—Mire. — Conté internamente hasta diez, ya que no dejaba de ser la madre de Bri. —Yo no tengo aquí a nadie a la fuerza. Ella el día que quiera puede tomar sus maletas e irse con usted, pero dudo que eso suceda. — Dije burlonamente y su rostro se pintó de rojo.

—¡Escucha muy bien lo que te voy a decir! — Dijo ya más que enojada señalándome con su dedo índice.

—Ten mucho cuidado con lo que vas a decir. — La voz de Bri venía desde las escaleras.

bad boy 》e.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora