once

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Entre chiflidos y vulgares halagos llegue al campo.

—Tardaste demasiado. – Exagero Ashley. —Acomódate en tu lugar. – Me indico y acate la orden. —No, espera. –
Me detuvo. —Tu. – Apuntó a una de las chicas de la segunda fila. —Vete al lugar de Bri. – Esta abrió los ojos como platos, digamos que no le agradaba mucho la idea de estar al final. —Kate toma el lugar de ella. – Al igual que la ‘Tu’ Kate y Stef formaron una ‘o’ con la boca.

—Pero Ashley. – Dijo con una voz aguda. La líder puso los ojos en blanco.

—Solo será por esta vez. – Dijo con fastidio. —Ahora cámbiate. – Ordenó.

—¡Ashley! – Volvió a hablar.

—¡Ya Kate! – Le gritó de mala manera. —Ahí te quedarás, mejora tus saltos si quieres volver a estar al frente. – Wow, creo que me trata mejor a mí que soy su enemiga que a sus amigas. No logro entender porque siguen detrás de ella.

—Acomódate ahí. – Me dijo a mí que solo me dedicaba a ver la escena divertida. Camine hacia el frente y me coloque en el antiguo lugar de Kate.

El partido comenzó, los gritos no se hicieron esperar al momento que los equipos comenzaban a entrar al campo.

—Eres una A NI MA DO RA. – Me dijo en sílabas Ashley. —¡Así que ANIMA! –
Me grito ya que yo no me movía. Ni gritaba nada. Rodé los ojos y me interne en el papel de animadora.

No habían pasado más de veinte minutos del partido, cuando comenzó a llover, al inicio eran pequeñas gotas, pero en cuestión de segundos era una lluvia torrencial. Bueno no tanto como torrencial, pero sí era fuerte.

—No te quejes Stef. – Le gritó Ashley. —Solo es agua. – Tenía razón, solo era agua. No había motivo para quejarse como lo hacía Stef.

—Mi cabello se arruinara. – Dijo con desespero, solté una carcajada. Ahora sí agradecería que Ashley me hubiera obligado a atarme el cabello.

[...]

Ya me dolía la garganta, tenía frío y estaba cansada. Jamás había gritado y bailado tanto y mucho menos bajo la lluvia. Y aún no había hecho entrar en acción mi plan.

Cinco minutos restaban para finalizar el partido, ambos equipos estaban empatados, el campo ya estaba hecho un desastre, el verde césped se había transformado en un enorme charco de lodo. Los uniformes de los chicos ya no eran naranjas, ahora eran café obscuro al igual que mis tenis que de tanto salto ya estaban para irse directo al basurero.

Quedaban menos de dos minutos, Ethan se apoderó del balón, corría esquivando a todos los que se le ponían enfrente, Shawn más adelante seguía corriendo, acercándose a la zona de anotación para esperar el pase de Ethan. Justo cuando Ethan levantó el brazo para lanzar el balón, justo ahí entraba mi plan.

—¡Tú puedes Ethan! – Grité lo más fuerte que pude, seguido de mi grito, se escucharon los gritos y aplausos de todos los espectadores.

—Ya vas aprendiendo. – Me dijo Ashley.

Mi mirada estaba fija en alguien. Shawn. Que al escuchar mi reconocible grito volteo inmediatamente hacia donde estábamos. Rodé mis ojos para posarlos sobre Ethan quien en vez de hacerle el pase al ahora distraído de Shawn siguió corriendo. Todo el público comenzó a gritar más y más, al ver a Ethan a solo metros de la zona de anotación, tres segundos para finalizar y Ethan se lanzó llegando justo un segundo antes de la finalización del juego. Todos corrieron hacia Ethan eufóricos, chocando sus cascos y con fuertes gritos celebraban su victoria, esto aunado a los gritos y nuestros cantos, era increíble.

—¿Qué rayos pasa contigo? – Me grito Shawn, mi plan había funcionado.

—¿Conmigo? – Pregunté fingiendo no entender.

—Por tu culpa perdí el pase. – Me reclamo, obviamente no era el mejor lugar para hacerlo. No si su novia actual estaba a escasos centímetros.

—¿Por mi culpa? – Pregunté enojada.

—¿Por qué por su culpa? – Intervino Ashley.

—Yo… Yo. – Tartamudeo como estúpido. —Por nada Ashley. – La tomó de la muñeca haciéndola caminar detrás de él. Ambos me aniquilaron con la mirada y salieron de mi vista.

—Eres perversa chica. – Escuche la voz de Grayson y no pude evitar reír

—¿Viste eso? – Le dije victoriosa.

—Todos lo vieron. – Dijo mientras reía. —Se murió de celos. – Reitero mi información.

—Ahora solo falta el tercer pájaro. –Sonreí pícaramente.

—Bri yo estoy seguro de que ese se te escapara. – Dijo burlonamente.

—¿Por qué?

—Míralo… – Señaló con la cabeza a Ethan quien caminaba hacia la salida rápidamente y con cara de pocos amigos.

—¡No! – Grité furiosa mientras corría por mi bolsa y solo escuchaba las carcajadas de Grayson. —Te quiero. –Le dije y bese su mejilla. —Si fuera tú, iniciaría con los trabajos. – Le grité mientras corría a la salida.

Perfecto Bri. Pensé molesta. No lograba ver a Ethan, seguramente ya se había ido.

Resignada camine hacia mi auto, caminaba entre los autos tratando de llegar al mío. Al menos Ashley y Harry no pasarán una linda noche. Reí en mi interior.

Seguía caminando entre la oscuridad del enorme estacionamiento. Hasta que logre visualizar mi auto. Pero antes de llegar me sujetaron de la muñeca tirándome fuertemente y tan rápidamente que no pude ni gritar.

—¿Por qué me fastidias? – Logre reconocer el rostro de Ethan en medio de la oscuridad, era Ethan el que me sujetaba la muñeca y me miraba con toda la ira del mundo.

—¿Yo? ¿Fastidiarte? –Afortunadamente la actuación es algo que se me da. —¿Ahora que hice?

—Volverte porrista, ese grito. – Sentía su respiración mezclada con la mía. —Entiéndelo, no me interesa nada relacionado contigo, ni amistad y mucho menos tu apoyo. – Libero mi muñeca pero mi cuello seguía siendo prisionero.

—¿Seguro? – Susurre sobre sus labios mientras subía mis manos a su cuello, solo que yo al contrario de él, lo acaricie suavemente.

Trago saliva, aunque lo disimulara olímpicamente, estaba nervioso. Detuve mis manos en su nuca, para lentamente eliminar los escasos centímetros que nos separaban.

bad boy 》e.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora