sesenta y uno

722 50 2
                                    

—¿Que les dijiste? – Preguntó Ethan mientras jugaba con el lóbulo de mi oreja.

—Que te importa Ethan. – Dije riendo.

—Está bien no me digas, sirve que continuamos con lo que dejamos pendiente. – Bajo a mi cuello, donde comenzó con pequeños besos.

—Ethan... – Dije girándome hacia el. —Podrían subir en cualquier momento. – Ambos niños hacían sus tareas abajo en la sala. Rodo los ojos, me soltó y se giró en la cama dándome la espalda. —¡Porqué me das la espalda! – Le reclame.

—Porque podrían subir en cualquier momento. – Dijo imitando mi voz.

—En primera ¡Yo no hablo así! – Dije riendo. —Y en segunda... – Me hinqué en la cama para después sentarme sobre el poniendo mis piernas a sus costados. Una vez más se giró pero se quedó de frente al techo para poder verme. — Si me detengo, es por tus primos. – Puse mis manos sobre su pecho. —Claramente no es porque yo no quiera. – Sonrió pícaramente. —Además tenemos mucho tiempo. – Ahora yo comencé a besar su cuello. —Si quieres podemos faltar a clases mañana. – Susurre en su oído sensualmente.

—Has faltado tres días seguidos, te quitaran el derecho a presentar con una falta más. – Sus manos se posaron en mi cintura y rápidamente giro haciéndome quedar debajo de él.

—Valdrá la pena. – Mordí su labio inferior provocándolo.

—No, no te retrasaras. – Me retó.

—Está bien, está bien. – Le dije riendo y lo tome de la barbilla atrayéndolo a mis labios. Me besaba con esa forma tan única y especial que hace que todo a nuestro alrededor se desvanezca. Como pude ser tan estúpida al creer que amaba Shawn. Como fue que llegue al límite de jugar con los sentimientos de alguien más. En fin ya era pasado. Había que vivir el presente. Nuestro presente.

Mis manos subieron hasta su cabello, donde metía mis dedos sensualmente, sin que el acompasado ritmo de nuestros labios se detuviera. Mientras que sus manos impartían suaves pero a la vez provocativas caricias en mi piel por debajo de mi blusa. Con un rastro de besos fue bajando por mi mejilla hasta mi cuello donde comenzó a succionar de este.

—Me dejaras marca. – Reí y me estremecí por todas las sensaciones que producía en mí.

—¿Y? – Preguntó y regreso a su accionar. —Eres toda mía. – Sonó tan posesivo, pero a la vez tan tierno que sentí desfallecer.

—Toda. – Le confirme e hice mi cabeza hacia atrás dándole a entender que podía hacer conmigo lo que fuera su voluntad.

—Ethan... ya termi... Ups. – Que quede claro que yo le advertí que esto podía pasar. Ethan se separó de rápido de mí.

—Lizzy. – Dijo pasando con nerviosismo su mano por su cabello.

—¡Iuu! – Arrugo la nariz. —Se dieron un besito en la boca. – Con su índice señalo hacia su boca como si se produjera vomito.

—Sí. Iuuu. – Ethan la imitó. —Espero y pienses hasta los cuarenta de esa forma acerca de los besos. – Celoso. —Vamos a ver tu tarea. – Ambos salieron de la habitación y yo simplemente no podía dejar de reír.

[...]

Tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos cuando bajamos del auto. Me gustaba mucho la idea. Ahora era más que claro que estábamos juntos.

—Hay pero que linda pareja. – Esa oración desbordaba sarcasmo.

—Gracias Ashley. – Conteste igual y sentí como Ethan apretaba mi mano para que solo la ignorara. Me di la media vuelta y fulmine a Ethan con la mirada.

bad boy 》e.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora