setenta y dos

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Ambos se miraron a los ojos con total ira. Respire profundamente.

—¿Cómo se enteró mi madre de que vivía en casa de Ethan? — Pregunté después de permanecer unos segundos en silencio.

—Yo le dije. — Dijo Grayson.

—Y quién demonios te pidió que lo hicieras. — Reclamó Ethan. Yo solo lo ataque con la mirada y cerro la boca.

—Estaba preocupada, además pensaba llamar a la policía y reportarlo como secuestro. — Explicó Grayson.

—¿Preocupada? — Carcajeé.

—Bri, lo siento, ella sabía que yo tendría que saber dónde estabas viviendo no pude decirle que no. Además creí que era lo correcto. No solo para ti también, le salve el pellejo a este y mira como agradece.

—Imbécil. — Dijo Ethan dándose la media vuelta. —Como si necesitara tu maldita ayuda.

—¡Ethan! — Lo llame de nuevo haciéndolo callar.

—Creo que deberías de regresar a tu casa... — Dijo Grayson.

—Tú crees muchas cosas eh. — Una vez más Ethan con su "dulce" tono de hablar.

—Grayson, por favor, no le des información de mí y mucho menos de Ethan, tu sabes que a mí me pone mal vivir en esa casa. No es buena nuestra relación y lo sabes de sobra. De todos modos si no vivo con Ethan buscare un hotel o algún lugar. — Ambos palidecieron.

—Ni lo pienses. — Dijeron al unísono, al menos tenían algo en común.

—Ya, ya. — Repetí tranquilizándolos. —Entonces por favor sea lo que sea que te pregunte mi madre no le respondas ¡nada! — Lo señalé. —Ya vámonos o no nos dejaran entrar.

Afortunadamente aún no tocaba el timbre, Grayson tomó su mochila antes de entrar al edificio. Espere a que Ethan se acomodara la chaqueta. Gustosamente ya que me encantaba como le lucia.

Caminábamos por el pasillo cuando sentí la mano de Ethan apoderarse de mi cintura, delicadamente pero a la vez firme.

—Mierda Bri... no me gusta que traigas esos vestidos. — Su aliento en mi oído me provocó cosquillas y me retorcí levemente entre sus brazos.

—No shorts, no vestidos, no faldas. — Reclamé. —¡Eres peor que el reglamento del colegio!

—No sabes la impotencia que me da ver que te volteen a ver y no poderles partir la cara.

—Creo que tú solo te das cuenta de las cosas que te convienen... — Tome su mano.

—¿A qué te refieres? — Preguntó sin entender.

—Mira a la derecha...

—¿Qué hay? — Susurro después de voltear y no encontrar nada sospechoso.

—Izquierda.

—¿Qué? — Dijo Ethan aún sin comprender.

—Míralas... todas susurran cuando pasas al frente de ellas. — Ethan volteo hacia otro montón de chicas que secreteaban.

—No entiendo. — ¿De verdad no se daba cuenta o fingía? Al pasar nos miraban y Ethan había atraído al público femenino. Era imposible que no se diera cuenta de las estúpidas esas que ahora babeaban por él. —Oh. — Ethan formo una "o" con sus labios. —Creo que entiendo. — Sonrió y levanto una ceja.

—¡Porque sonríes así! — Le reclame y lo golpeé en el estómago.

—Ves lo que se siente. — Carcajeó.

—Eres un idiota. — Me cruce de brazos.

—Hey. — Me abrazo por detrás pero yo seguía caminando, acomodo su cabeza sobre mi hombro. —Sabes que a mí solo me interesas tu. — Mordí mi labio inferior. Me encantaba que dijera cosas así. —Pero aun así no quiero esos vestidos.

—No empecemos. — No quería iniciar una discusión.

bad boy 》e.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora