Cita del segundo mes, Everett.

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-Muy bien querido! -hablo emocionado el doctor con una sonrisa que no podía ni intentaba disimular- veamos como va mi bebé!

Stephen siempre se emocionaba en excesos cuando la idea de atender a su esposo en sus citas se presentaba en sus pensamientos, fue así que al momento de cerrar la puerta tras de ellos comenzó realmente su buen humor, ese que había estado lejos de él desde que puso un pie en el lugar esa mañana y notó la larga lista pacientes que debía de atender tan solo ese día.

ayudó impaciente a su esposo a despojarse de sus ropas mientras que con obviamente más interés que el que le daba a sus otros pacientes comenzaba su rutinaria encuesta médica, con excepción claro, de que a cada pregunta respondida le añadía un regaño o un comentario, las encuestas a Everett eran mas o menos así:

-Has experimentado algún cambio relevante desde tú primera cita hasta el día de hoy?

-Las nauseas están disminuyendo -comentaba Ross dando un vistazo a la oficina mientras Stephen le desabotonaba la camisa-

-Como va tú insomnio?

-Mi esposo ronca -Respondió burlón.

-Claro que no -bufo ofendido- Tú trabajo te ha provocado estrés?

-Si me dejaras trabajar...

-puedes trabajar desde casa, tú puesto te genera estrés y les hará mal a ambos -Regañaba Stephen quién, ya era ganador de esa discusión antes de comenzarla pues desde el momento que supo la noticia por "ordenes del medico" había solicitado (exigido más bien) las vacaciones que Everett tenia acumuladas desde que comenzó a trabajar en el lugar.

-Tu alimentación -ordeno saber-

-Libre de cafeína y perfectamente controlada por mi paranoico esposo, señor -respondió con una sonrisa burlona.

-Eve -regaño con la mirada el pelinegro.

Despojo al cenizo de los broches de su pantalón y le alcanzo una bata blanca.

-Muy bien...-Stephen sabia que no podría tener una encuesta clínica decente con Everett haciéndose el gracioso, tomo la encuesta y por fortuna conocía a su pareja como la palma de su mano, siendo capaz de responder lo más básico o lo más complejo, siempre claro, con la ayuda de su esposo en una que otra pregunta determinada.

-Quítate los zapatos y colócate en la balanzas cariño -le ordeno suavemente mientras se acercaba a medir sus cambios físicos.

Como esperaba, siendo aún poco tiempo Everett no había cambiado mucho su peso, ni siquiera había subido un solo kilo, quizás midiéndolo en libras...

sacudió la cabeza ante el pensamiento, no debía ganarle la emoción, tenia que ser profesional y objetivo.

-Parece que aún podré cargarte si te quedas dormido en el sofá de la sala -comento divertido el más alto mientras volvía a su lugar las piezas de medición de la báscula.

-Oh! Que bien por mi -respondió sonriendo.

Lo dirigió a la camilla del pequeño cuarto aislado para luego recostarlo y exponer su vientre que apenas y comenzando a abultarse, esto era apenas notable pero se distinguía más cuando Everett se recostaba.

-El feto esta apenas comenzando a formarse correctamente -explicaba Stephen mientras tomaba el gel rutinariamente y lo esparcía en el vientre bajo del cenizo- Así que no esperes ver mucho de acuerdo? no te emociones, tampoco podemos escuchar su corazón claramente así que lo dejaremos para otra cita.

-De acuerdo -respondió Everett expectante, casi guardando el aliento.

-Ok aquí vamos -A continuación Stephen poso el pequeño transductor sobre el área rodeada por gel en el vientre de Everett.

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