Curando tus heridas (Wolfstar)

XII

Sirius tenía abrazado a su novio, quien en esos momentos estaba refugiado sobre su pecho intentando calmarse, Lily y James los observaban preocupados, habían perdido de vista a Fenrir y temían que ese psicópata los atacara en cualquier momento.

Lamentablemente no podían acudir por ayuda a la policía ya que no tenían una denuncia previa ni tampoco pruebas que indicara lo demente que estaba Fenrir Greyback.

— Maldito bastardo no me contesta — gruñó Black apretando su móvil — quizás dónde está metido follando — comenzó a despotricar pues necesitaba la ayuda de Regulus y por más mensaje y llamadas que hacía no obtenía respuesta.

Optaron por volver a casa, no creían que el hijo de puta de Fenrir se atreviera a ir a su hogar, aunque por fuera se veía alguien intimidante, dudaban que por si solo fuera capaz de hacer mucho. Se despidieron, Potter y Evans, ellos les rogaron que los mantuvieran al tanto, Remus sólo quería meterse bajo las cobijas y desaparecer por algunos segundos.

Sirius fue el primero en abrir observando que todo estuviera en orden hasta dónde el podía notar todo estaba tal como lo habían dejado, suspiro aliviado, después de todo se había creado demasiados escenarios en su cabeza hiperactiva.

Remus fue por un vaso de agua, no quería comenzar a hiperventilar, estaba seguro de que estaba a sólo segundos de un ataque de pánico. Dio un chillido y botó el vaso que tenía en las manos al ver una figura ya conocida, de inmediato sintió el calor de un golpe en su mejilla.

Apenas Sirius escuchó el estruendo salió corriendo, encontrándose frente a frente con la bestia de Fenrir, quien en ese momento estaba apuntando con un arma a un lloroso Remus Lupin. El castaño estaba más que pálido, su cuerpo temblaba y no podía dejar de llorar, sus peores pesadillas se estaban haciendo realidad.

— Suéltalo maldito — gritó Black intentando acercarse.

— Un paso y le vuelo los sesos — expresó con sorna Fenrir mientras cargaba con mayor fuerza la punta de la pistola en la sien de Remus, quien sólo dio un brinco para comenzar a llorar, mientras rogaba por su vida.

— ¿Qué...qué quieres? ¿es dinero? porque créeme puedo pagar mucho para que nos dejes en paz — ofreció Sirius con los dientes apretados, a cambio sólo recibió una fuerte carcajada de Greyback.

— Lo único que quiero es que esta perra vuelva al lugar que le corresponde, conmigo. Para que me la chupe y me lo pueda coger como se me de la puta gana — Remus lloró aún más fuerte y Sirius lo único que quería en esos momentos era patearle los huevos hasta que el bastardo no pudiera dejar herencia.

La poca serenidad que tenía se fue al tacho de la basura cuando Fenrir de forma descarada comenzó a acariciar el cuello de Remus, a pasar una de sus manos por el torso y finalmente tomar el miembro del castaño, prometiendo que esa noche se lo follaría hasta dejarlo inconsciente. Sirius no pudo aguantar, mucho menos al ver las muecas de asco y desesperación que hacía Remus al estar siendo manoseado, sin aviso se lanzó contra el cuerpo de Fenrir.

Pero el hombre era más rápido, un disparo se escuchó y Remus estuvo seguro de que su corazón se había detenido en ese preciso momento, desesperado comenzó a mirar a su novio que gruñía de dolor mientras su pantalón se estaba poniendo rojo.

— Por cierto, tengo excelente puntería, la siguiente será en tu frente — amenazó Greyback acercándose al rizado, para luego patear el lugar donde había impactado la bala, haciendo que Black gritara de dolor. A continuación, Fenrir lo pateo un poco más sin dejar de apuntar a Remus que era un manojo de llanto y desesperación — Remus ¿vendrás conmigo o tengo que matar a esta escoria? — una fuerte patada fue dada en el estómago de Black quien en ese momento se estaba retorciendo.