1: Das Leiden

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??: Esto es una porquería. Necesito salir de aquí ya.

-Tiempo atrás-

Alexander: Hola, me llamo Alexander. Tengo 19 años y padezco una extraña enfermedad similar a la esquizofrenia. Actualmente, me encuentro internado en el laboratorio privado Das Leiden. Aunque se supone que este lugar cuenta con la mejor tecnología y los métodos más avanzados para tratar a los pacientes, mi experiencia hasta ahora ha sido muy diferente.

??: 000145. Tu medicina ya está aquí. Ven a por ella. 

Me acerco a la diminuta rendija por donde depositan mi medicina. Tengo que inyectarme cada 8 horas si no quiero perder el control. Al acercarme, el guardia toma mi mano y la electrifica durante un prolongado tiempo. Me sorprende que sea compasivo. Me han hecho cosas peores. Debe ser nuevo en este laboratorio. Alexander: Este laboratorio trata a sus "pacientes" de manera inhumana, pero yo soy el que más sufre. Según ellos, mis ojos color sangre y mi cabello blanco me hacen un "sujeto de prueba" excepcional. ¡Es ridículo! Me tratan así solo por eso. Son unos pedazos de imbéciles. Juro que los mataré a todos. 

Desde pequeño siempre sufría dolores de cabeza, pero no les di mucha importancia. Fue hace cinco años cuando el problema se intensificó. Cada vez que me deprimía o perdía el control de mis emociones, empezaba a tener alucinaciones asesinas. Voces gritaban en mi cabeza, pidiéndome que matara. Escenas de mutilaciones y otras cosas terroríficas invadían mi mente. No podía soportarlo. Siempre había sido una persona que se mantenía calmada ante casi cualquier situación, pero esto iba a otro nivel.

Se lo conté a mis padres, pero obviamente no me creían. Pensaban que estaba pasando por el "Síndrome de Octavo Grado" y que el hecho de que lo describiera con tanto detalle confirmaba aún más esa teoría. Sin embargo, dos años después, el problema se salió de mi control. Empecé a rasgar los muebles y a hacerme heridas. Fue entonces cuando mis padres comprendieron finalmente lo que estaba sucediendo.

Fuimos de hospital en hospital buscando una forma de aliviar mi dolor o simplemente controlarlo, pero al final fue una búsqueda sin éxito. Nunca fui bueno socializando en la escuela, así que no tenía amigos con los que pudiera contar en momentos así. Los únicos que me apoyaban eran mis padres, pero incluso ellos perdieron la fe y me dejaron a mi suerte. Me dejaron solo, desesperado y sin esperanza. En ese momento, cualquier ayuda era bienvenida, así que cuando vi un volante publicitario de un laboratorio, no lo pensé dos veces y decidí probar suerte. Desafortunadamente, no sabía que este sería el comienzo de una pesadilla interminable.

Alexander: Desesperado por encontrar una cura para mi extraña enfermedad vi en el panfleto, Laboratorio Privado Das Leiden, "Curamos cualquier enfermedad, contamos con la mejor tecnología y especialistas en todos los ámbitos. Si hay alguna enfermedad, nosotros la curaremos". Sonaba tentador, demasiado bueno para ser verdad, pero estaba desesperado y decidí contactarlos. Sin embargo, algo en mi interior me decía que algo no estaba bien. ¿Por qué el panfleto estaba en una sección tan pequeña? ¿Por qué no dieron una dirección? ¿Por qué no había escuchado de ellos antes? A pesar de todas mis dudas, decidí darles una oportunidad. Pero pronto descubriría que había cometido el peor error de mi vida.

El día en que los representantes de Das Leiden tenían que recogerme llegó una semana después de contactarme. Una camioneta elegante de color negro se detuvo frente a mi casa. Bajó una mujer en traje, con gafas y un maletín en la mano.

??: ¿Eres Alexander, verdad? Venimos del Laboratorio Das Leiden. Según lo que nos has contado, sufres algo parecido a esquizofrenia, pero no sabes exactamente qué es, ¿verdad? - dijo la mujer.

Asentí con la cabeza, sintiendo cómo mi corazón latía más rápido en mi pecho.

Alexander: Sí, eso es correcto. - respondí, tratando de controlar mi ansiedad.

Susurros AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora