La Antigua Magia
Ya los asuntos que Neal tenia con Susana no se limitaban a solo hablarlo por cartas, disfrutaban tanto el uno del otro que hicieron de sus encuentros mas y mas frecuentes: Les encantaban como sus bocas parecían reconocerse mas y mas, provocando en ellos una agradable corriente que los conducía a buscar de una intimidad mas físicas, mas ardorosa y pasional a la que Susana a último momento se resistía, no porque no quisiera o porque le desagradara la idea de estar con ese hombre; mas bien era algo mas, algo que iba mas allá del miedo y la prudencia.
Susana se removía a un lado y agachaba la cabeza y se llevaba un mechón de su rubio cabello a la oreja al tiempo que carraspeaba e intentaba modular su respiración y su autocontrol mientras buscaba un tema que le ayudara a llenar el incomodo silencio que venía cada vez que ella le impedía al moreno algún avance.
Por otra parte, Neal se le quedaba mirando fijo con sus sentimientos a flor de piel, intentando siempre en calmar esas ansias que lo obligaban a tragarse sus opiniones acerca de eso que le impedía a Susana a avanzar en su relación: ella estaba loca si creía que tan solo iba a limitar sus encuentros con ella a meros besos, cosa que pocas veces habia hecho en su adolescencia.
La amaba, habia reconocido para si el sentimiento que por ella sentía una noche que sopesando en todo lo que por ella habia estado haciendo desde el momento en que la conoció, y como, descubrió que podía pasarse horas pensándola.
En la privacidad de su alcoba o despacho, en mas de una ocasión se habia descubierto sonriendo a la vez que llevaba su mano a su pecho y cerraba los ojos, para, segundo mas tarde, verse evocando su sonriente y malcriada imagen, y se habia llamado estúpido por haber caído tan tontamente en el amor nueva vez. Si bien era cierto que el tipo de amor que Neal sentía para con la ex actriz no se asemejaba al que èl aun sentía por Candy, si era uno hermoso y sincero, que le aceleraba el pulso con el algo tan simple como mencionar el nombre de ella; y, mas importante aun: era uno sumamente maduro, que iba mas allá de llenar su soledad.
Mientras Le acariciaba la blanca y suave mejilla a la ex actriz, en su interior batallaba en formular las palabras correctas, palabras que dependiendo de la respuesta que Susana diera cambiarían sus vidas para siempre.
-Cásate conmigo, Susana.-al fin dijo con ojos y puños apretados.
-¿Qué?-una estupefacta Susana.
-No me hagas repetirlo, por favor-estaba haciendo un gran esfuerzo para pedirle a una mujer casada y encima con problemas de inseguridad, además, que de uno físico que dejara todo por èl y que uniera su vida a la suya.
-Pero Neal...-tapó sus labios con una de sus manos-Yo...Yo estoy...-intentaba decir pero el moreno cubrió la boca de la rubia con uno de sus dedos.
-No tienes que recordármelo.-torciendo sus labios mientras todo su cuerpo temblaba.-Soy consciente de ello; desde el momento en que te conocí y a estas alturas no has dejado de recordármelo.-con gestoduro-ademas, puedes dejarlo y venirte a vivir conmigo a la casa de chicago o a la de Lakewood por un tiempo, hasta que las aguas del escándalo mengüen.
-Neal...-abriendo sus ojos los cuales estaban bañado en lagrimasEl corazón de Susana se debatía entre continuar aferrándose a una vida carente de amor al lado de un hombre que apenas si le dirigía la palabra, y para cuando lo hacia era para preguntarle sobre sus necesidades económicas y cuidados, y en el hombre que le prometía amor eterno y con quien la pasaba muy bien en cada visita.
Lo quería, necesitaba de èl para sentirse completa ya que con las palabras que Neal le profesaba, aquellas tan cálidas y llenas de fantasías, la hacían sentir una mujer, una verdadera y que se merecía mas de lo que hasta el momento ha tenido.
-Ya tenemos casi siete meses manteniendo esta relación que se va haciendo mas y mas evidente para los demás, ya que no hay excusas para continuar visitándote en tu casa, además de que es una humillación para mi estar robándote besos y deseándote como lo hago en la casa de tu marido. Hagamos las cosas como deben de ser: casémonos, Susi.- finiquitó con voz exasperada, dejando a Susana privada del sentido del habla. -Llámame si decides casarte conmigo; sino no, interpretaré tu silencio en una negativa para con mi propuesta.- se levatò de la cama con una actitud tan fría que pareció contagiar a la rubia.
-Neal, espera...-dijo.-No hay nada que pensar: claro que me quiero casar contigo-dejó ver una melancólica sonrisa.-Pero antes, debo tratar de ser sincera con quien hoy es mi marido.
Èl asintió y abandonó el cuarto sin siquiera decirle nada a Susana, creyó que no era necesario ya que si por èl fuera Susana jamás pasaría palabra con Terrence y todos los tramites necesarios se arreglarían mediante un abogado.
Era increíble que sintiera celos a estas alturas del actor aun sabiendo este que èl nunca amò ni amaría a Susana; pero el solo pensamiento de que ella aun tuviera sentimientos por èl lo ponía paranoico, hasta el punto de sacar a ese niño malcriado que intentaba mantener dormido dentro suyo.
El corazón de Neal se llenò de calidez al cerrar la puerta, se recargò en la misma a la vez que un gesto de felicidad poblaban sus labios por haber escuchado de los labios de ella la decisión de que siempre si se quedaría con èl. Al fin seria suya del todo como lo ha estado deseando èl por quien sabe cuanto tiempo.
Alzó sus puños al aire en señal de triunfo para minutos mas tardes, cuando estaba por entrar a su lujoso auto, se recriminó en pensamientos el no haber hecho la propuesta con anillo en mano; pero era que simplemente no sabia que iba a ser tan estúpido en proponer algo tan importante de manera tan presurosa.
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-Es por eso que quiero el divorcio-el corazón de Susana se haia partido en dos en el momento de haber pronunciado esa última frase a su esposo quien la miraba realmente molesto.
No estaba molesto porque Susana rompiera su unión de esa manera ni tampoco porque la misma le haya confesado que tenia un amante; mas bien, era por quien lo hacia. ¡Por todos los infiernos! Entre todos los malditos hombres tuvo que ser èl, su mas grande enemigo ¿Era que Susana no sabia la clase de ficha que era la persona con la que pretendía unir su vida, ni sabia nada acerca de la familia a la que entraría? No podía permitir que la rubia entrara a un infierno mayor del que la misma se habia auto-impuesto por años.
-Susana no...-pero la rubia atajò sus palabras alzando sus manos al aire a modo de que se detuviera.
-No sé porque entre mi futuro esposo y tù existe una rivalidad que a leguas se nota con la simple mención de sus nombre en sus presencias; pero la verdad es que ya no me importa, son cosas que no deberían afectar la relación entre èl y yo y espero que tù la respete, Terrence.
-Susana yo solo quiero aclararte algo.-pero una vez mas la actriz se negó a escuchar sea lo que sea que èl le diría.
-No, Terrence; no dañes la imagen que tengo del único hombre que ha sabido como hacerme feliz, que ha sabido lidiar con mis malcriadeces...Por favor-dijo esas ultimas palabras con tremenda suplica dejando de manos atadas a Terrecen
-Esta bien, solo me queda desearte la mayor dicha en esta nueva vida que estas a punto de emprender; y esta demás que te diga que en mi siempre tendras a un amigo.-finalizando la conversación con un abrazo, uno que Susana habia anhelado durante años.
-Terry...-correspondiendo a aquel ultimo y verdadero gesto que tenia èl para con ella.0.o.0.o.0.o
Continuara...
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La Antigua Magia
RomanceDonde dos personajes incompredido dentro de la historia de Candy Candy se conocen un poquito mas a fondo; y en los que ellos creian que solo le serviria de una mera distracción laboral, surge entre ellos el sentimiento mas antiguo de todos los tiemp...