Iuola se encontraba en su habitación sentada en frente de su tocador dejando que Rose le hiciera un hermoso peinado. En pocas horas vendrían los duques de Leithold. Iuola se miró en el espejo, aún no descartaba a Leithold para nada, estaba segura que él algo tuvo que ver y si era así, estar cerca de él le iba a ayudar muchísimo. No obstante, pensar en aquel hombre como futuro esposo le causaba un gran escalofrío en la espalda. No era que fuese feo, todo lo contrario, su cabello castaño y sus profundos ojos azules le daban un rostro perfecto, aparte que era alto y delgado, pero ninguna belleza física podía compararse con la personalidad de aquel sujeto. <<Es un completo tonto>> pensó con resignación.
Para eso había sido educada, tenía que casarse bien. Se dijo que si no había podido casarse por amor, por lo menos lo haría de forma adecuada, como dictaba la sociedad: con un miembro de la aristocracia.
Suspiró al recordar cómo cada uno de sus hermanos y sus cuñadas ingresaban uno por uno a su habitación para hacerla entrar en razón. Y a todos les dijo las mismas palabras: No pienso cambiar de opinión, yo sé cuál es mi deber y lo debo cumplir.
Pero todo eso fue después de que Wolfram hablara con ella, ésta pensó que su hermano la citaría en su biblioteca y le comunicaría las nuevas. Sin embargo este llegó a su habitación muy temprano en la mañana y se sentó en su cama; lo que Wolf le dijo la dejó con la boca abierta.
―Las tierras que me está ofreciendo la duquesa las necesito con urgencia Iuola ―le había dicho este ―Tengo una gran extensión que limita con las de ella, pero éstas han padecido una enfermedad que ya va para un año y no he podido resolver este dilema. Muchas personas que dependen de mí se han quedado sin nada por este fenómeno, las he tenido que reubicar. Sin embargo, las tierras de Leithold tienen mucha agua y son muy prósperas, mi idea es tratar de recuperar con las mías permitiendo el flujo del agua y que las personas vuelvan a sus hogares.
>>De diversas fuentes e han dicho que Leithold las tiene abandonadas y los arrendatarios constantemente se quejan. Mi idea es poder ayudar a ambas poblaciones
―Eso es muy lindo de tu parte Wolf ―Le dijo ésta mientras se subía un poco las sábana
―Este matrimonio es muy ventajoso, no sólo por ese hecho sino porque serás duquesa. Ese es un estatus que sólo la hermana del duque de Westhampton debería tener y ¿Quién mejor que tú?
―Entiendo
―La idea de arrojarte a un matrimonio sin amor no me hace gracia, puesto que lo has podido ver en los ojos de nuestros hermanos, sin embargo existe la posibilidad de que te enamores de tu esposo una vez casados.
―Wolf ¿No piensas casarte nunca?
Este se lo pensó un momento―No lo sé, hasta ahora no he tenido la necesidad de adquirir una esposa
Iuola suspiró―Sólo espero que no te arrepientas nunca Wolf, me dolería verte derrotado
―Está listo mi lady ―le avisó Rose.
Iuola se vio en el espejo y sonrió un poco. Sólo por hoy le tenían permitido usar un color diferente del blanco, esta vez se colocó un hermoso vestido color azul aguamarina de mangas largas y pecho descubierto; la falda caía varios volantes que la hacían lucir muy elegante pero sencilla, su cabello estaba peinado en un tocado lleno de guirnaldas de flores.
Iuola se colocó su collar de la vara de Asclepio y en ese momento alguien tocó la puerta.
―Adelante ―dijo ésta y su hermana Georgia entró a su habitación.
ESTÁS LEYENDO
Idilio © (Saga Westhampton Libro # 4)
Ficción históricaInglaterra 1872. Tras ser una de las familias más antiguas y respetadas, Los Westhampton compuesto por cinco hermanos: Lord Wolfram el duque,Lord Marsias el Marqués, Lord Uriel el Conde, lady Georgia y Lady Iuola. Han decidido no mezclarse con...