Capítulo 1

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Dedicado a mis hermosos amigos Jefferson Paniza y Kevin Jiménez. Gracias por estar allí para mi par de locos, los quiero ♡.

Boston, Estados Unidos. 1872

Existen personas que le encanta celebrar sus cumpleaños y los que no. Y luego está Iuola.

El hecho de ser la menor de cinco hermanos, pertenecer a una de las familias más antiguas de Inglaterra y poseer un hermoso don de curación, eran factores que hacían su vida más complicada a sus dieciocho años de edad.

Tenía que aceptar que meses atrás, una fiesta campestre sorpresa en el jardín de la casa de su hermana, con sus amigos de estudio le hubiese causado un desmayo de felicidad. Meses atrás, muy bién dicho.

Habían pasado cinco meses exactos desde el incidente de Ethan con Lady Francesca, tal incidente cumplía hoy cinco meses. Hoy. Día de su cumpleaños. <<Esto es simplemente maravilloso>> pensó.

Su hermana Georgia se encontraba sentada en una de las mantas que había colocado para cada uno de los invitados. Los únicos adultos eran su hermana, su cuñado Robert Harris dueño de una de las más grandes fundiciones del país y el director del instituto de Medicina Frederick Derkins, este había sido su mentor a lo largo de este año y le debía demasiado a ese viejo gruñón. Frederick Derkins era un hombre de cuarenta y dos a años, inglés, ojos miel, alto y de piel canela; él estaba casado y tenía un hijo dos años mayor que Iuola.

Ésta se encontraba en una manta rodeada de cinco amigas, la habían convencido de que abriera los regalos. Sus hermanos los habían mandado con anterioridad y le había llegado ayer; Marsias y Becky le regalaron cinco tomos de libros de botánica que no había leído; Uriel y Aitasis un pequeño cofre que tenía agujas de acupuntura; Wolfram le había regalado un collar de oro con el dije de una vara de asclepio, este era un antiguo símbolo asociado con dios Asclepio y con la curación de enfermos mediante medicina. Consiste en una serpiente entrelazada alrededor de una vara larga. Cada uno le había escrito una extensa carta a excepción de Wolfram obviamente. A su hermana Georgia le encantaban las breves notas de este, por el contrario a Iuola la ponía de pésimo humor, ya que se desgastaba escribiendo una gran carta para él, solo para que su hermano le respondiera con dos líneas o no lo hiciera.

Élla vio a su hermana mayor con el pequeño Mathew en sus brazos, su sobrino era el bebé más hermoso de Boston, podía jurarlo. Había nacido a los siete meses causando preocupación a todos, pero él estaba rebosante de vida junto a sus dos hermanos mayores que se peleaban su atención. Su mata de pelo negra, sus mejillas rosadas y sus ojos grises lo convertían en una cosita adorable. Los hermanos de Iuola aún no lo conocían, así como ellos tampoco conocían las hermosas gemelas de Aitasis y Uriel; Eris y Esmeralda en honor a la hija de Agnes, una de las mejores amigas de Aitasis. Aunque Iuola no estuvo de acuerdo en que se le colocara a una de ellas el nombre de la diosa de la discordia, la querría igual. Aquellas gemelas tenían una particularidad-le habían mencionado todos orgullosos de ello en sus cartas-que Eris tenía los ojos verdes como Aitasis y Esmeralda negros como los de Uriel; ambas rubias. Ya tenían cuatro meses y prometían ser unas auténticas bellezas.

-¿Iuola?

Esa era la voz de Caroline, una de sus amigas y con la que era más cercana, la sacó de sus pensamientos. Para Iuola, Caroline era una auténtica belleza con su mata de cabello castaño y ojos azules como el cielo; su amiga era de la misma altura que ella, salvo que tenía los pechos mucho más grandes y las caderas más anchas. Llevaba un hermoso vestido rosa de mangas cortas.

-¿Te pasa algo? -le preguntó ésta preocupada

Todas la miraban expectantes y ella sonrió-No me pasa nada, iré a caminar un rato ¿Me acompañas Caroline?

Idilio ©  (Saga Westhampton Libro # 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora