Capítulo 36

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Iuola salió de la carpa junto con Choomia y visualizó a la cantidad de gitanos que congregaron a recibir a Cam, también vio a su hermana y a Camelia que miraban con desagrado aquella escena y junto a ellas Becky y Aitasis conversaban con Sir Aaron.

De inmediato este cruzó la mirada con ella. Como siempre estaba pulcramente vestido de gris, camisa blanca y corbata azul rey; su sombrero era del mismo color de la corbata y llevaba unas botas de montar color marrón oscuro. Al parecer dijo algo gracioso porque Becky se echó a reír y Aitasis sonrió.

―Iuola, quiero ir a ver a tu primo―le informó la anciana―me gradaría muchísimo verte mañana

―Vendré de nuevo todos estos días hasta que Dika se coloque bien

―Te lo agradecería muchísimo

―¿Cuánto tiempo piensan quedarse aquí?

―Aproximadamente nos iremos en dos meses

―Muy bien, me gustaría poder darles una cátedra a las personas a cargo de la sanación. Sé que les será útil a donde quiera que vayan

Choomia sonrió―Sin duda tu hermana es la viva imagen de Georgiana, pero tú tienes aquella mirada con determinación que la embargaba siempre

Iuola se limitó a asentir y Choomia se dirigió a la horda que rodeaba a Cam. Ésta suspiró y se dirigió a donde estaba su hermana.

―¿Todo bien? ―le preguntó ésta―Es tarde y ellos deben estar desesperados porque no hemos llegado

―No tengo ningún problema en marcharme ya mismo―le dijo Iuola

―¿Vas a saludar al barón? ―le preguntó Camelia

―Por supuesto―respondió―No soy ninguna maleducada

Las tres se dirigieron a donde estaba este con sus cuñadas y de inmediato él le hizo una reverencia.

―Su excelencia, es un placer verla―le dijo―veo que le ha sentado bien el matrimonio

Iuola alzó la barbilla―Mi esposo es un hombre maravilloso

Él alzó las cejas―Es bueno saberlo

Ésta miró a sus cuñadas―¿Nos vamos?

Becky asintió―Marsias debe estar echando humo por las orejas

Iuola miró al barón―Es una pena que no podamos quedarnos a charlar con usted Weasly

Él le hizo una reverencia―Entiendo excelencia

Ella asintió y él se ofreció a ayudarlas a subir al coche, en el instante en que toma la mano de Iuola, este deposita un papel dentro de ella y ese gesto hace que ella lo mire interrogante. Él le guiñó el ojo, pero no le dijo nada y Iuola entró sin más preámbulos.

Becky, Aitasis y Georgia se sentaron juntas y no tardaron mucho en quedarse dormidas. El camino del campamento hasta Leithold Cottage-Wolfram le ayudó a titular la casa-era de cuarenta minutos.

Iuola tenía la nota en un puño y Camelia miraba por la ventana. A continuación, decidió abrirla.

Ven a verme mañana. Es urgente.

Junto a la nota estaba la tarjeta de visitas con la dirección. Era una residencia de solteros.

Iuola le puso la mano a Camelia en la pierna para atraer su atención y le dio la nota.

Su prima la miró―¿Quién te dio esto? ―le susurró

―El barón

Camelia alzó las cejas―¿Irás?

Idilio ©  (Saga Westhampton Libro # 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora