Capítulo 25

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Iuola se despertó y de inmediato sintió un fuerte dolor de cabeza.

Había llorado toda la noche, sentía los ojos hinchados y pesados; Altaír había dormido en otra habitación, al parecer. Ésta se sentó en la cama con los pies cruzados y empezó a trenzarse el cabello lentamente. Su estómago protestó de hambre y suspiró, anoche se había negado a probar la cena. Ésta miró hacia la mesa y allí se encontraba una caja blanca; Iuola frunció el ceño y se puso de pie, solo tenía la camisola de su vestido de baño puesta, así que cuando hizo contacto con el piso helado su cuerpo se retorció. Iuola tomó la nota que se encontraba encima de ésta.

"Buenos días Ma pétite. En esta caja encontrarás dos vestidos, escoge el que más te guste. Los compré en una modistería cercana tomando como referencia tu vestido de novia, no te vayas a asustar, este también se encuentra dentro de ésta. Te espero abajo para desayunar y marcharnos cuanto antes. Al."

Iuola intentó sonreír, pero no pudo, ésta destapó la caja y encontró dos vestidos de mañana, uno azul y otro amarillo, decidió ponerse el azul.

En ese instante se escucharon los toques de la puerta.

—¿Quién es? —preguntó ésta

—Soy Lily excelencia, su esposo me envió para que la ayudara a cambiarse —le informó

Iuola se acercó a la puerta y la abrió; allí se encontró con la chica y dos más.

—Buenos días excelencia—la saludó ésta mientras le hacía una reverencia—llenaremos la bañera de agua tibia

Iuola asintió y las dejó pasar. Estas comenzaron a hacer su trabajo y Iuola se acercó al rincón donde había arrojado la tiara, ésta la colocó en la cama.

—El vestido que usaré será el azul—les informó.

—Sí excelencia

Iuola se desnudó y se metió en la bañera; las muchachas prosiguieron a limpiarla.

Ésta suspiró y trató de relajarse, decidió cortar todos los lazos con sus familiares, ya que, eso era algo que no podía perdonar. Ellos no podían quitarle lo miserable que se sentía y ya no podía confiar en ellos; ahora mismo empezaría su nueva vida. Altaír al parecer no era tan malo y podían llegar a ser amigos. Las doncellas la secaron y la ayudaron a vestirse con el vestido de su elección.

—¿Dónde está mi esposo? —preguntó

—La está esperando excelencia, está en la planta baja deleitando a los huéspedes con su hermosa voz

Iuola alzó las cejas—Muy bien—ésta miró hacia el diario de su madre <<No, el diario de Nerissa>> se corrigió y se marchó.

***

Iuola descendió las escaleras y escuchó una melodía en el piano muy hermosa.

Caribe soy de la tierra del amor

De la tierra donde nace el sol

Donde las verdes palmeras

Se mueven airosas al soplo del mar

Iuola miró a las personas que estaban a su alrededor, la mayoría de éstas mujeres. Altaír cruzó la mirada con ella y le sonrió.

Buscó un amor

Que me quite del alma el pesar

Que me llene de felicidad

Un amor tropical

Quiero sentir

Las caricias de nueva ilusión

Entregarle todo el corazón

Idilio ©  (Saga Westhampton Libro # 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora