Alicia La Hija Del Pecado [TERMINADA]

Las pesadillas de Román se hacen realidad.

El cura soñaba con la monja Sofía y su sacristán Tomás, los que había mandado matar porque le estorbaban en su vida; ellos lo perseguían como unos zombies en un campo amplio. Román los miraba con horror y corria lo más rápido que podía, pero no lograba alejarse de ellos. En su sueño, el cura tropezó con una piedra y cayó, Sofía y Tomás le dieron alcance y comenzaron a devorarlo vivo.
   En ese momento el padre despertó y dio un grito tremendo: "¡No! ¡No me maten!". Estaba empapado de sudor.
  "¡Fue una pesadilla! ¡Una horrible pesadilla!", Dijo el sacerdote.
    El clérigo encendió la luz del buró, se sentó en la cama y cubrió su rostro con sus manos, arrepentido por las decisiones que había tomado en su vida. Se levantó y saco del ropero una botella de licor, se sirvió un trago y se lo tomó sin saborearlo; después sé sirvió otro y este si lo bebió lentamente.
   En ese momento Román escuchó unas pisadas que se dirigían a su había. Un cuadro que estaba colgado en la pared cayó y su cristal se hizo añicos. De forma sobrenatural, una espesa neblina comenzó a aparece por debajo de la puerta. El sacerdote vio todo esto y sintió horror.

—¡Esto no puede estar pasando! Debo seguir dormido— dijo Román—. ¡Dios mío, ayúdame a despertar!

  En ese momento la puerta se abrió y entraron Tomás y Sofía, lucían tal y como en su sueño, con la carne podrida cayéndose a pedazos. Aún se les veían los orificios de las balas que les arrebataron la vida.

—¿Podemos pasar?— Preguntó burlón "Tomás"
—¡No puede ser! ¡Ustedes están muertos!— dijo Román—. ¡Yo los mande matar!
—¡Hemos venido por ti!— dijo Sofía
—¡Ustedes no son reales!— Dijo Román—. ¡Yo mandé matarlos porque me estorbaban en mi vida!
—Morimos, pero hemos regresado por ti— dijo Tomás

   Las visitas inesperadas se acercaron a Román y este no lo soporto, observó la ventana de su habitación y se arrojó por ella; decidió ponerle fin a su vida. Desde ahí, Sofía y Tomás miraron hacia abajo el cadáver del sacerdote y al ver que por fin habían tomado venganza, comenzaron a desvanecerse lentamente.