Iba caminando junto a Damon, hacia su auto doble cabina azul. Me abre la puerta. "Muy caballeroso, Mr. Salvatore" pienso. El rodea el auto, sube y arranca el motor. La transición que nos toma casi una hora de camino, hablamos de cosas como la escuela, nuestros gustos y muchas cosas más. Llegamos al lugar al que nos dirigíamos. Se baja, rodea el auto y me abre la puerta. Todo un caballero de los que ya poco quedan en estos tiempos. Bajamos nuestras mochilas y llegamos al sendero.
- Bueno, a partir de aquí nos toca hacer el camino a pie.- me dice Damon, dedicándome esa sonrisa que vuelve a todas locas. En especial a mí.
- Pues, si queremos llegar pronto a nuestro destino, deberíamos ser más acción y menos palabras, así que ¡adelante! -dije alzando el puño como si fuera una pequeña exploradora. Gesto del que me arrepentí tan rápido como lo había realizado. Damon solo se rió y dió un gesto de afirmación con su pulgar. Me dijo que me acercara con la mano y caminamos por el sendero, el iba adelante y yo detrás, me dijo que era mejor así por si teníamos que sortear algo en el camino, no le vería expuesta directamente. En ese acto vi al gran hermano protector del que a veces hablaba Stefan, para él, su hermano era como una especie de super héroe cuando era pequeño.
Seguimos caminando. A veces yo me tropezaba y el tomaba mi mano, así continuamos hasta llegar al lugar que queríamos: un hermoso prado lleno de flores silvestres. Damon se sentó en un tronco que estaba casi totalmente en el suelo.
- Sabes, -comienza a hablar con un tono pensativo. Yo lo escucho- regresé a casa por más que el motivo de ser su nuevo profesor de baile. - me dice. Yo lo miro, confundida ¿Por qué me estará contando esto a mí?
- ¿Ah, sí? -es todo lo que atino a decir. Él se ríe por lo bajo.
- Bueno, en donde estaba, conocí una chica. Mamá sabe de ella por las cartas que les mandaba. Le dije que no le dijera nada a la familia, porque no estaba seguro de que tan serio íbamos ella y yo con esa relación. Estuvimos juntos por varios años, casi lo que duro mi carrera. El tiempo paso, hasta le propuse matrimonio...
- Oh Dios, no me digas...
- Espera Freya, no te adelantes.- me contesta a mi interrogante. -Ella al principio aceptó, pero luego me dijo que tenía que pensarlo. Lo que nunca imagine después que lo que tenía que pensar, era si estaba dispuesta a dejar el amante con el que me engañaba. Los encontré en la casa de ella. Yo tenía la llave de repuesto, ya que ella me la había dado. ¿Será que se lo olvido? No tenía idea, ni me importaba. Ya te imaginarás el resto... -terminó por decir Damon. Levantó la vista, con una sonrisa un poco afectada. Yo solo pude acercarme y abrazarle. Él se dejó abrazar y me devolvió el gesto. Así que me crush y nuevo profesor de música y danza le habían roto el corazón. ¿Sería por eso que era inmune a Rebeka? Bueno, aunque sabiendo como es, ningún hombre en su sano juicio se enrredaría con ella. Está loca de atar.
Damon se me da una palmadita en la espalda, lo que yo interpreto como una manera de indicarme que ya esta bien. Deshago el abrazo y tomo lugar a su lado, sentándome en el tronco. Nos quedamos platicando de cosas triviales hasta que la luz mortecina va decayendo y se va volviendo todo poco a poco más oscuro. Decidimos pararnos para volver a casa. Cuando me propongo a avanzar, Damon me detiene del brazo. Me giro hacia él para saber la razón. Solo se me queda mirando y dice:
- Gracias por el abrazo, Freya. En verdad lo necesitaba. -yo solo le sonrío y le contesto.
- Para eso estan los amigos.
Seguimos caminando por el sendero para regresar a su vehículo. Esta vez corro con la suerte de solo tropezarme una vez. Si es que a eso se le puede llamar suerte. Cuando llegamos, nos apresuramos a entrar al coche, ya que en el último trayecto, comenzó a caer una llovizna.
- Uff, suerte que ya estabamos cerca ¿no? -dice Damon, a la vez que da un portazo para cerrar bien su lado.
- Y que lo digas, pero se me mojo todo el cabello. ¡Que horror! -digo haciendo pucheros mientras veo en el espejo que mi cabello está un poco esponjado. Lo peor que le puede pasar a una chica. Y más aún, se me pega a la piel como si fuera un perro mojado.
Damon solo se ríe y comienza a revolverme el cabello.- ¡No Damon, no! -digo toda enfurruñada con él. Parece un niño. Solo se ríe y luego se detiene.
- A ti lo que te hace falta es ¡cosquillas!- me dice con una mirada malévola.
- Damon ¡NO! -le advierto, a lo que él ni caso hace y se estira hacia mi costado y comienza la tortura.
- ¡Jajajaja, no Damon en serio para, me haces demasiadas cosquillas! ¡No puedo respirar! -el maldito no se apiada de mi hasta que ve que en verdad ya me estaba quedando sin aliento.
- Bien, ahora regresemos a casa, antes de que se haga más tarde.
Yo me limpio las lágrimas que me provocó su ataque de cosquillas y solo asiento. Por el camino, pongo la radio y suena una canción de "The Cranberries". Zombie. Es una de mis preferidas, comienzo a tararearla.
- ¿ Te gusta The Cranberries? -me pregunta impresionado Damon. Sin saber muy bien porque se ve sorprendido, le respondo.
- Pues sí, es una de mis agrupaciones preferidas.
- A mi también me gustan. -responde sonriendo. Me alegro que ya el tema de su ex-novia/ex-prometida se le haya olvidado. De verdad nunca pensé que el hubiera regresado por algo como eso. Quizás porque extrañaba a su familia, pero jamás eso. Estaba segura que Damon podía ser un gran enigma, y que aún no había descubierto ni la mitad de lo que este implicaba.
Continuará...
Hola amigos hermosos de wattpad. Si, revivió Freya. Aquí les traigo este otro pedacito de mi invención. Espero que les guste y no olviden dejar su voto y comentario. Byee❤😘

ESTÁS LEYENDO
Freya: "Entre Música Y Amoríos"© Fanfic Story✓
FanfictieFreya, es una chica dulce con una hermosa familia, hasta que esa fachada se derrumba. Su vida tendrá muchos cambios, entre ellos un triángulo amoroso cuando el guapo hermano de su mejor amigo regrese al pueblo como profesor de artes escénicas. Frey...