Me despierto en la oscuridad de mi habitación. Parece que me quedé dormida. Eran las 4:00 p.m. cuando había llegado, ahora el reloj marcaba más 9:00 p.m.
Sentía un regusto amargo en la boca, quizás estaba mal del hígado. Baje a hacerme un té de hierba buena. Cuando entro en la cocina, casi salto del susto. Mi mamá está sentada en la mesa, apuntando algo en un cuaderno. Supongo que está haciendo las cuentas.
Agarro una vasija de metal y la lleno de agua. La pongo encima de uno de los quemadores de la estufa, agarrando una cajetilla de fósforos que está en la encimera. Giro la perilla y enciendo el quemador. Escucho a mi mamá suspirar. Debe estar muy cansada. Ella y papá se turnan para hacer las cuestas. Hoy le ha tocado a ella. Me acerco detrás de ella y masajeó sus hombros. Ella se relaja poco a poco.
Palmea mis manos en un gesto cariñoso.
— Gracias cariño, eres la mejor haciendo masajes.— dice, sonriendo. Yo sigo en lo mío, hasta que me dice que ya es suficiente. Yo me acerco a la estufa y apagó el quemador. Sirvo el agua en una taza. Agarro unas hojitas de hierba buena y la tiro en la taza. Revuelvo con una cuchara y a los pocos segundos, toma un color amarillo pálido. Agrego solo un poco de azúcar y soplo antes de beber. Me siento junto a ella.
— Freya... ¿Algo sucede?— me pregunta y entro en pánico. No quiero decirle a ellos, menos a ella.
— No es nada mamá. Sólo me sentía un mal de boca, —decido decirle parte de la verdad, ella asiente.— baje a hacerme té para aliviarme.
— Está bien, linda. Regresa a dormir, mañana hay escuela.
Dicho esto, me besa en la frente. Yo la abrazo. Subo la escaleras de dos en dos para regresar a mi habitación. Entro y me siento. Termino mi té y coloco la taza en la mesita de noche. Me arropo y me abandono a la inconsciencia.
Es martes y siento el día demasiado lento. Hoy tengo planeado visitar a Caroline, ya llevo mucho tiempo sin verla desde que la fui al por última vez.
Stefan se acerca a mí, pero yo no tengo ganas de lidiar con nadie hoy. Sé que la culpa de los que pasó con Damon es olor mía; quien se enamoraría de alguien tan mayor, siendo una estudiante. Sólo yo y chicas de ficción, en libros o mangas shoujo. Sí, yo he leído los libritos esos con dibujos japoneses o "chinos" como les dicen algunos ignorantes.
— Freya...— empieza Stefan. No quiero ser grosera, así que decido dejarlo seguir hablando.— ¿Te parece si hoy vamos al cine?
Vaya, voy a tener que decirle que lo deje para otro día. Sí o sí, tengo que ir hoy al hospital. Casualmente iba a escribirle a Matt para eso. En eso, hace su aparición Meredith Fell, la más bitch de la escuela. Stefan solo me sostiene. Hace mucho que no le veía la cara a la creída esa, pero era bien sabido que no nos llevábamos bien. Después que me sucedió lo de Matt, ella se dedicaba a realizar burlas al respecto.
ESTÁS LEYENDO
Freya: "Entre Música Y Amoríos"© Fanfic Story✓
FanfictionFreya, es una chica dulce con una hermosa familia, hasta que esa fachada se derrumba. Su vida tendrá muchos cambios, entre ellos un triángulo amoroso cuando el guapo hermano de su mejor amigo regrese al pueblo como profesor de artes escénicas. Frey...